Un abril seco pronostican modelos de clima en 2023
Desde Cenaos advierten que el termómetro puede alcanzar picos de hasta 40 grados centígrados.
Foto: La Prensa
Pronóstico verano 2023: temperaturas altas durante más tiempo.
Por: Reynaldo Yanes
15 min. de lectura
San Pedro Sula
Honduras ha sido declarado como uno de los países más vulnerables a los efectos del cambio climático, un fenómeno que tiende a producir extremos de clima muy marcados, y lo que pronostican los modelos meteorológicos son tan solo el ejemplo más reciente.
Por su ubicación, el país queda expuesto a los fenómenos climáticos que se originan desde los océanos Índico y Pacífico y que se conocen como El Niño y La Niña.
2023 marcará el paso de la parte de nombre femenino del fenómeno, la cual se caracteriza por una mayor cantidad de precipitaciones, mientras que su contraparte masculina lo hace por producir el efecto contrario: la escasez de lluvias.
Modelos climáticos
Aunque los meses de marzo y abril suelen considerarse como la temporada veraniega, en realidad marcan la etapa de transición entre la temporada seca y la lluviosa, en la cual las precipitaciones tienen lugar hacia finales de abril y, sobre todo, durante mayo.
Sin embargo, los pronósticos sugieren que esta etapa de transición pudiera prolongarse más de lo normal. “Lo que estamos viendo es que tanto los modelos europeos como los modelos norteamericanos nos están indicando que para abril no esperemos precipitaciones, así como el año pasado, que tuvimos un par de precipitaciones, sobre todo en la parte sur del país”, explica Estéfana Velásquez, jefe de Hidrometeorología del Centro Nacional de Estudios Atmosféricos, Oceanográficos y Sísmicos (Cenaos).
De acuerdo con esos modelos, podemos esperar un mes de abril bastante seco, tras lo cual seguiría la proverbial “agua de mayo”, con lluvias relativamente normales que continúen durante junio, incluso, quizá, con una mayor intensidad.
Continuando con esta secuencia, se anticipa que para el mes de julio ya se sentirán los efectos de la canícula, la cual se espera dure más de lo normal y se prolongue hasta bien entrado el mes de agosto.
“Los pronósticos nos están indicando que todo el departamento de Choluteca, el departamento de Valle, los municipios al sur de Francisco Morazán, La Paz, una zona de Olancho, parte del norte, Tela, San Pedro Sula, Puerto Cortés, todas esas zonas vamos a tener precipitaciones por debajo de lo que normalmente esperamos para un mes de julio”, acota Velásquez.
Esta escasez de lluvias, que afecta con especial fuerza al llamado Corredor Seco, pone en aprietos a unas 170,000 familias que viven en o alrededor de la zona afectada.
Para tratar de anticiparse a esta situación, los gobiernos locales han comenzado a buscar soluciones y alternativas para procurarse el suministro de agua.
Marlon Pineda, uno de los vicepresidentes de la Asociación de Municipios de Honduras (Amhon), informaba recientemente que en algunos municipios se ha considerado tomar medidas como el racionamiento de agua o la compra de camiones cisterna para abastecer a las zonas que se vean más afectadas por las condiciones de sequía.
Picos de temperatura
Tradicionalmente, las temperaturas más altas en Honduras se dan en la zona sur, la más cercana al océano Pacífico, y las proyecciones apuntan a que 2023 no será la excepción, pero tampoco será el único lugar.
“Los máximos los tenemos en la zona sur. Acá pueden alcanzar hasta 40 grados, igual en la zona de San Pedro Sula, pero después ya tenemos esos datos en abril, en donde estamos en temporada seca y se pueden presentar esos extremos”, señala Velásquez.
Los fenómenos climáticos tienen una naturaleza cíclica y las condiciones que se están proyectando para este año son muy similares a las que se han presentado en años anteriores. Al hacer la comparación, los meteorólogos encuentran que condiciones parecidas se dieron en los años 2002 y 2009, cuando también ocurrieron condiciones bastante secas.
- > 79% han alcanzado los picos de humedad relativa en el ambiente, luego de analizar los datos de las últimas décadas.
- > 14 días de lluvia es lo que promedia el clima en la época más lluviosa del año, por lo regular, hacia el mes de septiembre.
- > 2,993 horas de sol anuales se registran en zonas del departamento de Lempira, en especial las que se encuentran en el Corredor Seco.
Las condiciones de sequía se asocian a otros fenómenos relacionados, algunos de ellos provocados por el hombre, como la deforestación.
“Hay estudios donde la variabilidad climática está fuertemente ligada con la deforestación. Si seguimos deforestando las cuencas, eso evita que haya producción de humedad en el ambiente y entonces reduce la precipitación que se genera durante el año en toda la región”, indica Velásquez.
Sobre el aspecto de la deforestación se pronunció también Francisco Argeñal, director de Cenaos, quien refiere que “cada año tenemos pérdida de hectáreas de bosque, de millones de hectáreas de bosque, eso es un problema que se transfiere después en el manejo de las cuencas, en el manejo de las crecidas de los ríos y después en la época de sequía con una pérdida prácticamente desde el espejo de agua sobre los ríos y sobre las quebradas”, lo que se debe, en buena medida, a las prácticas agrícolas destructivas como la quema de áreas boscosas, práctica que contribuye a provocar las condiciones de sequía y que, a su vez, constituye uno de los factores que elevan las temperaturas.
- > La transición entre fenómenos climáticos. 2023 marca el momento en el que el clima pasará de las condiciones de La Niña (más lluvias) al fenómeno de El Niño (escasez de lluvias), de lo que resultará una estación seca más larga de lo habitual con todos los efectos que conlleva.
- > Los modelos climáticos predicen que abril será bastante seco, pero en mayo las lluvias caerían con relativa normalidad, prolongándose durante junio. Luego, para la segunda mitad del año, a partir de julio, comenzarán a sentirse los efectos de la canícula, con intensidad también en agosto.
- > Al estar sometidos a temperaturas más altas durante más tiempo, aumentan los riesgos de enfermedades en la piel por exposición al sol, por lo que siempre es recomendable protegerla con filtros solares con alto nivel de protección, así como limitar el tiempo de exposición.
Un análisis de las temperaturas de los últimos 40 años muestra cómo la temperatura media se ha ido incrementando con el paso del tiempo.
Mientras que en la década de 1980 la temperatura media máxima anual era de unos 28.9 grados, para la década que terminó en 2020, esa misma temperatura media se había elevado 1.9 grados, hasta alcanzar los 30.8 grados.
Correspondientemente, las temperaturas mínimas medias, que hace 40 años promediaban 20.1 grados, se elevaron, ligeramente, 0.3 grados, hasta promediar en la última década los 20.4 grados.
Precauciones
Tomando en cuenta las variaciones de temperatura, que poco a poco tienden a ser más calientes, algunas recomendaciones están a la orden del día de cara a la temporada de asueto, cuando miles de personas viajan hasta los destinos vacacionales de playa, en donde quedan expuestos al sol y sus efectos.
“Los efectos del sol son peligrosos, producen enfermedades de la piel. Entonces, solo recordarles que deben protegerse con bloqueador, evitar estar (expuestos) durante las horas donde tenemos los rayos perpendiculares al territorio, que es entre las 11:00 am y la 1:00 pm”, recomienda Velásquez, quien agrega que las mismas precauciones deben tomarse aun cuando el destino elegido sea una quebrada o un río.
Consideraciones vacacionales aparte, no hay que olvidar que el problema de altas temperaturas y escasez de lluvias son síntomas de un problema más serio y complejo, asociado al cambio climático y a prácticas que lo agravan, lo que no augura un buen pronóstico en el largo plazo.