25/04/2024
04:19 PM

Reactivación turística

  • 19 marzo 2023 /

    Entramos los hondureños en la temporada fuerte de desplazamiento interno, de viajes a lugares turísticos con la supuesta intención de descanso, de cambio en los hábitos diarios del ámbito laboral y las obligaciones familiares. Tras la pandemia en casi todos los países, en unos más que en otros, la población ha escenificado una salida a recreo de los centros educativos donde los estudiantes salen en carrera para ocupar sitios de privilegio en las áreas destinadas al deporte o simplemente a la comodidad.

    Entre nosotros también, aunque en menor grado por las múltiples dificultades, los lugares más atractivos, playas, centros arqueológicos o rutas de aventura, son atractivos los fines de semana con antesala a los días de la Semana Santa en la que los ritos religiosos atraen multitudes. Todo ello tiene una dedicatoria y un indicador que nos dará un cálculo aproximado del bienestar pasajero de los hondureños y el nivel de confianza que tanto necesitamos elevar para superar el sobrevivir cotidiano.

    Este ambiente positivo, propio de la temporada estival, tiene una ecuación, cuyo término desconocido es necesario averiguar, pues el sector turístico espera esta temporada alta anual con gran anhelo para disminuir las pérdidas acumuladas durante esos meses en que la estancia de los viajeros apenas da para el sostenimiento de las empresas, obligadas a la reducción de personal. Estos días han sido en año anteriores generadores de empleo, temporal, por hora, pero fuentes de ingreso para muchas familias. Hoy la inquietud, tras la nefasta decisión de eliminar el empleo por hora, aumenta al no atender la iniciativa presentada en el Congreso.

    Claro que en el sector turístico se resiente la falta de personal, pues no es lo mismo atender a unas decenas de personas que pueden llegar los fines de semana, a los miles que han comenzado ya a viajar. Si en el Congreso aplican la estrategia de no ver, no oír y callar surgirá, sin duda, un submundo laboral al que se aferrarán desempleados para conseguir recursos mínimos al hogar. Quienes tienen segura la acreditación mensual, viáticos, gastos de representación y en temporadas especiales ingresos excepcionales viven en la “gloria” sin sentir el débil latido existencial de la supervivencia en la familia.

    Las expectativas en la industria sin chimeneas son altas, pero es necesario la contribución de la ciudadanía para evitar riesgos, no pocas veces mortales, y disfrutar en familia. Pero ello exige comportamiento responsable en los desplazamientos en vehículos, pues temeridad y el irrespeto a las más elementales normas de circulación llevan a desgracias que, muy bien, pudieron ser evitadas sin disminuir el disfrute en la temporada veraniega. Que el año de la reactivación turística sea de convivencia armónica para gozar estos días en paz y libertad.