26/04/2024
12:56 AM

Lo mismo

Francisco Gómez

Desfachatez es la actitud de la persona que obra o habla con excesiva desvergüenza y falta de comedimiento o de respeto.

También se entiende por dicho o hecho descarado e insolente. Por otro lado comedimiento o decoro es la contención y moderación en la forma de hablar o de comportarse. Estas definiciones se aplican universalmente a todas las personas de todo grupo económico, político y social.

La desfachatez es una forma de violencia que en los últimos tiempos ha tomado auge en el ambiente político. Forma parte del uniforme del populista vulgar.

Tal vez la aceptación de esta forma de conducta es una adaptación cultural de la sociedad actual. Las nuevas generaciones se rebelan a lo establecido y se identifican con esta nueva forma del ser.

Por eso estamos viendo que las personas publicitan sus vidas descaradamente, que la televisión se lucra de estas actitudes de sus programas en vivo, que el cuerpo humano es moneda de cambio, y que cuanto más modificado quirúrgicamente más digno de ser exhibido y servir de inspiración a personalidades débiles, que la confrontación verbal publicitada es una vitrina gratis que no se puede desaprovechar.

Y para colmo de males, está conducta ahora como que es requisito para poder acceder a un puesto directivo del gobierno actual. Deben ser bravucones, ignorantes, mal hablados, vulgares, con una retórica ridícula que trata de ocultar sus malas decisiones y conductas, déspotas, dueños de la verdad absoluta, el génesis. En una sola palabra, intolerables.

Esta difícil enderezar este país, si los que llegan a enderezarlo ya están torcidos. Pero esa es la historia triste nuestra de toda la vida. Un pueblo indiferente, sin educación, tolerantes, utilizado por políticos hambrientos, desfachatados, que se tornan en reyes al llegar al poder. Por eso aquella frase de que los “pueblos tienen los gobiernos que se merecen”, siempre es vigente.

Es intemporal. Las confrontaciones de las ideologías políticas ahora están tomando mas fuerza que antes. Es una polarización tremenda, y lo triste es que ningún modelo ha demostrado ser eficaz en mejorar las condiciones del ser humano pobre.

Tanto la derecha y la izquierda no son más que una imagen en espejo de la misma incapacidad. Venden el mismo populismo con distinta forma de marketing.

La desfachatez en tiempos pasados se asoció a grupos de personas con escasa o nula educación.

Denotaba vulgaridad, ignorancia, impertinencia. En los momentos actuales denota lo mismo.