26/04/2024
12:56 AM

¡Heridas!

Alejandro Espinoza

“Las heridas que no se ven son las más profundas: “William Shakespeare.

Las heridas de la vida pueden afectar la autoestima, las relaciones y la capacidad de confiar en las demás personas; la capacidad de poder experimentar emociones positivas y desarrollar sus habilidades. En la niñez hubo muchas heridas como el rechazo del embarazo, abandono, humillación, traición y la injusticia. Solo las personas que han sido rechazadas saben lo que esto significa; es como no tener derecho a existir, muchas personas crean un mundo imaginario para pasar desapercibidos el dolor, pero se muestran frágiles; la madre se vuelve protectora viviendo un mundo irreal. Cada individuo es protagonista de su propia historia, pero muchos experimentan en diferentes edades la experiencia del derecho a la vida, la felicidad, la libertad; pero el amor está negado, y esto es lo que limita la realización y bloquea la unidad. Lo más importante es que cada uno aprenda aceptar la herida y aprender de ella, nunca se culpe o reproche nada, quizás se pudieron hacer mejor las cosas y es tiempo de aprender, pero no permita que el ciclo de auto castigo permanezca en usted; es tiempo en cuanto dependa de usted perdonar y estar dispuesto a pedir perdón, de cada fracaso y del dolor; y es aquí donde más se puede valorar y aprender; de las caídas se aprende mucho más que del camino que recorres, recuerda que cuando te levantas de las heridas siempre serás más fuerte. “Dios sanó las heridas de los que habían perdido toda esperanza”: Salmo 147:3 TLA. Sean heridas físicas, emocionales o mentales; Dios las puede sanar, pero si pasas hablando mal de la persona que lo hirió, cada vez que lo hace le causa dolor o ira, desconfían de su sombra, están fríos en su relación con Dios, tienen escudo de autodefensa, y los ataques de ira no se curan con una gasa médica, sino que necesitas una cirugía en el corazón. A través de las heridas se aprende y te hacen madurar, pero si no aprendes de ellas lo que te causan es a odiar.