La canasta básica familiar en Honduras referente a los alimentos de la dieta alimenticia del 70% de la población se ha vuelto inalcanzable debido a sus incrementos en especial este 2021.
Pues, según datos de diversas instituciones, este año comenzó con 600 lempiras de aumento y al mes de junio subió a 800, llegando a 9,500 lempiras.
Los productos alimenticios en especial los frijoles, arroz, maíz, carnes, aceites, verduras y frutas se han disparado sus precios y el productor acusa al intermediario y este al vendedor.
El más afectado es el pueblo, el perjudicado directo de esta cadena de acusaciones que se aprovecha de la indiferencia de la Fiscalía de Protección del Consumidor de este agiotaje.
Aumentando este fenómeno especulativo las crisis que han dejado la pandemia del coronavirus y las inundaciones del año pasado.
En la mayoría de familias donde trabajaban hasta dos o tres de un hogar integrado por siete miembros, la mayoría pasó a formar parte del batallón aproximado a los 1,500,000 desempleados.
Siendo la zona norte la más perjudicada por los daños de las tormentas Eta y Iota, pues siempre ha estado en desigualdad con la zona central, ya que en Tegucigalpa se gastan lo que el valle de Sula produce.
Un ejemplo tangible en San Pedro Sula es que la Capital Industrial trabaja más y gana menos; en Tegucigalpa, la capital política, los salarios son altos y laboran menos.
Siendo así que el aumento a los productos de la canasta básica familiar afecta aún más a la población norteña por la desigualdad de los salarios. Además al ser similar o superior el costo de los alimentos al salario mínimo la mayoría de la población asalariada solo trabaja para medio comer y pagar deudas en un país llamado Honduras.
