25/04/2024
10:31 PM

El paraíso de los mosquitos

Emilio Santamaría

Uno de los proyectos más fascinantes que ocurrió en el siglo veinte fomentó la división de un país y el nacimiento de otro, movió enormes inversiones económicas y constituyó un reto para la ciencia y la tecnología, es sin duda el canal de Panamá. ¿Cómo se concretó esta monumental obra? Su historia está salpicada de sueños, frustraciones, intrigas, decisiones, fracasos y éxitos. Se inició en 1878 cuando el Gobierno colombiano otorgó a Francia la autorización para construirlo. Se puso al frente al hombre que había ganado una merecida fama al construir el canal de Suez, que unió los mares Rojo y Mediterráneo, el ingeniero Ferdinand de Lesseps. Las obras se iniciaron en 1881, trayendo miles de trabajadores de África, China y Latinoamérica. Todo era entusiasmo, cientos invirtieron todos sus ahorros en la empresa. Se hicieron intensas mediciones y cálculos y se procedió a cortar decenas de kilómetros de montaña y zonas pantanosas; pero cuatro años después, 18,000 trabajadores habían muerto víctimas de la fiebre amarilla, los inversionistas estaban en la ruina, la compañía se declaraba en quiebra y al propio De Lesseps se le había retirado la Legión de Honor ganada como constructor del canal de Suez. ¿Qué provocó esta catástrofe? Nada menos que el mosquito transmisor de la fiebre amarilla.

Imagínese usted, un insecto fue el culpable de todas esas muertes y de la transformación de ese sueño en pesadilla. Fue entonces cuando los Estados Unidos propiciaron la independencia del Departamento del Istmo, nació la república de Panamá y los contratistas norteamericanos eliminaron esos mosquitos. Fue así como el 15 de agosto de 1914 el canal de Panamá quedó habilitado.

Pero ¿qué hay en el fondo de los fracasos personales? Pues también un verdadero “paraíso de mosquitos”. Los mosquitos de la indolencia, la apatía, el desinterés, el me vale, que nos anulan, los cuales podríamos eliminar con cierta facilidad interesándonos genuinamente en lo que nos rodea, en el trabajo y en la familia. Esta decisión saneará el ambiente y propiciará el éxito.

LO NEGATIVO: Dejar que nuestro ambiente se llene “de mosquitos” y nuestros sueños de pesadillas.

LO POSITIVO: Eliminarlos para que no afecten nuestro éxito y convertir nuestros sueños en realidades.