SANTIAGO.
La jornada de protestas de ayer en Chile comenzó marcada por la tranquilidad en las manifestaciones que se desarrollaron en Santiago, pero con el paso de las horas comenzaron los disturbios y los enfrentamientos con las fuerzas del orden.
El llamado a paro nacional de las agrupaciones sindicales, educativas y docentes se desarrolló de forma pacífica, e incluso los manifestantes llegaron por primera vez en 13 días de protestas a marchar frente al Palacio de La Moneda, algo que no había pasado hasta el momento. A pesar de horas de protesta sin incidentes, esa normalidad se vio alterada cuando Carabineros trató de dispersar a los ciudadanos.
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Los carros lanza-agua entraron en acción y desde ese momento las fuerzas del orden trataron de evitar que la situación se saliera de control, como ocurrió en los días previos en el centro de la capital chilena, que registró incendios y saqueos a locales comerciales.
La Policía se desplegó después hacia el sector de Plaza Italia, donde varios miles de personas llegaron de forma individual a mostrar su descontento con la situación de desigualdad social.
Las fuerzas del orden llegaron a la zona para desalojarlos con carros lanza-agua, conocidos popularmente como “guanacos”, carros lanza-gases (los “zorrillos”) y los disparos de bombas lacrimógenas y balas de goma.
Golpe
El presidente Sebastián Piñera anunció ayer la cancelación de la organización del encuentro de líderes del Foro de Cooperación del Asia Pacífico (APEC) y de la cumbre mundial del clima de la ONU COP25, que iban a celebrarse en Santiago en pocas semanas.“Nuestro gobierno, con profundo dolor, porque éste es un dolor para Chile, ha resuelto no realizar la cumbre de APEC... y tampoco la cumbre de la COP 25”, dijo el mandatario.
Sin embargo, la ministra de Deportes, Cecilia Pérez, ratificó a Santiago como sede de la final única de Copa Libertadores-2019, que se disputará el 23 de noviembre en el estadio Nacional entre el River Plate argentino y Flamengo de Brasil.
Ayer, además, el gobierno recibió a delegados de la Alta Comisionada de las Naciones Unidas para los Derechos Humanos, la expresidenta chilena Michelle Bachelet, que verificarán denuncias sobre abusos a los DDHH.
Para Octavio Avendaño, analista de la Universidad de Chile, lejos de aplacar el descontento, la cancelación de las dos reuniones representa “una señal de debilitamiento”.
