El caudaloso río Ulúa encendió las alarmas en Santa Bárbara y el valle de Sula ya que registró picos de crecida que superaron los tres metros de altura en la estación telemétrica de Chinda, Santa Bárbara.
Fotografías: Jessica Figueroa
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Cuando en ese punto, el río evidencia elevado caudal, se emiten alertas desde el Centro de Operaciones de Emergencias de Santa Bárbara, para que aguas abajo se preparen. Es así que este jueves se extendió la alerta amarilla que se emitió el miércoles para Santa Bárbara. En imagen, el sector conocido como el “malecón”; en Gualala, donde el río se desborda y deja incomunicados a decenas de municipios del cono sur “patepluma”.
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La alerta ahora abarca a Villanueva, Pimienta, Potrerillos y San Manuel, de Cortés; así como, El Progreso, Santa Rita y El Negrito de Yoro. Además abarca al Ramal del Tigre, en Tela, Atlántida.
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El Chamelecón, a la altura de La Ceibita, también muestra un aumento considerable en su caudal. Este río, que surca el valle de Sula, provoca inundaciones en varios municipios.
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Pobladores en Santa Bárbara, ahora, mantienen las alertas encendidas ante posibles daños por inundaciones. En esta zona, hasta una quebrada aparentemente “inofensiva” pasó a ser una potencial amenaza.
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Marco Antonio Fernández, alcalde de Gualala, dijo que la quebrada La Chorrera, que en verano ni se ve, dejó incomunicadas a decenas de personas que utilizan la vía entre Río Hondo, Gualala y San Buenaventura, San Francisco de Yojoa, en Cortés.
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Los daños provocados por la quebrada sorprendieron a la población. La preocupación aumenta cuando se habla de la inminente entrada del temporal antes del cierre de 2022.