Así fue como un hombre entregó a su esposa a más de 70 abusadores

El juicio en Francia contra Dominique Pélicot, acusado de drogar a su esposa Gisèle Pélicot durante nueve años (entre 2011 y 2020) para entregarla a más de 70 agresores sexuales, ha revelado detalles aún más perturbadores sobre cómo organizaba estos crímenes.

Según Jérémie Bosse Platiére, comisario en jefe de la Policía Judicial de Aviñón y líder de la investigación, Plicot utilizaba un sitio de citas para contactar a los violadores y cerraba los acuerdos a través de Skype. é

Aunque inicialmente se pensó que Pélicot no obtenía ganancias económicas de estos actos, Bosse reveló que él cobraba a los violadores en la puerta de su casa antes de proporcionarles instrucciones precisas sobre cómo proceder, incluyendo detalles como desnudarse en la cocina o susurrar a la víctima.

Las agresiones que sufrió Gisèle, de 71 años, sumaron más de 285 ataques sexuales por año entre 2011 y 2020, la mayoría cometidos por su esposo. Este caso ha implicado no solo a Pélicot, sino también a otros 50 acusados, cuya identificación ha tardado dos años en completarse.

Para identificar a los culpables, los investigadores examinaron facturas telefónicas y emplearon software de reconocimiento facial en más de 20,000 archivos encontrados en los dispositivos de Pélicot. Hasta la fecha, han logrado identificar a 72 agresores, aunque solo 51, con edades comprendidas entre los 26 y 74 años, están actualmente siendo procesados.

Entre los acusados, Pélicot había guardado registros detallados de cada uno en su ordenador, con nombres como “Chris, el bombero” o “David, el negro”.

Las grabaciones de las violaciones, muchas de ellas violentas, mostraban a Gisèle siempre inconsciente y sin signos de reacción.

“Para mí el mal está hecho”, señaló Gisèle Pélicot en su primera intervención ante el Tribunal de lo Criminal de Vaucluse antes de añadir que ha renunciado a que todo se hiciera a puerta cerrada “en nombre de todas esas mujeres que tal vez nunca serán reconocidas como víctimas”.

“Durante 50 años, siempre apoyé a mi marido” y en ese tiempo “nos mantuvimos unidos”, señaló antes de puntualizar que su mundo “se hundió” el 2 de noviembre de 2020 cuando los convocaron a los dos en comisaría y le enseñaron los archivos que le habían descubierto.

“No son escenas de sexo, son escenas de violaciones. Hay dos o tres encima de mí y yo estoy inerte”, relató la víctima antes de insistir en que “me sacrificaron ante el altar del vicio”.