26/04/2024
08:37 AM

Pandemia COVID-19: Honduras con las peores cifras en Triángulo Norte

Guatemala y El Salvador hacen más pruebas Nuestro país tiene la tasa de letalidad más alta, mayor número de contagios y la tasa de recuperación más baja.

    San Pedro Sula, Honduras.

    Después de seis semanas de vivir bajo la amenaza del COVID-19, las cifras demuestran que las medidas tomadas por el Gobierno de Honduras, comparadas con las ejecutadas por sus homólogos de El Salvador y Guatemala, han sido las menos efectivas y siguen demostrando que, de no replantear la estrategia, envolverán al país en una tragedia en las próximas semanas.

    En el Triángulo del Norte, una región con más de 32 millones de habitantes y con sistemas de salud similares por su estado de precariedad, Honduras aloja el 57% de los casos confirmados del coronavirus, de los 690 diagnosticados por los laboratorios nacionales de virología entre marzo y primeros días de abril.

    IMPORTANTE
    Pronóstico desalentador Epidemiólogos consultados por Diario LA PRENSA plantean que el Gobierno deberá reducir la propagación en las próximas dos semanas; de no lograrlo, los habitantes de Honduras tendrán que mantenerse encerrados hasta finales de mayo o inicios de junio.

    Honduras, además de llevar el mayor número de contagiados, registra la tasa de letalidad más alta, de 6.3%, ante 4.4% de El Salvador y 3.8% de Guatemala. Frente a los vecinos también tiene la tasa de recuperación de pacientes más baja, 1.8%; El Salvador 16% y Guatemala 12%.

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    Estos números, según epidemiólogos, indican que la Secretaría de Salud de Honduras no está haciendo bien su tarea, lo cual no solamente terminará afectando masivamente a la población hondureña, sino a la de los países vecinos por la estrecha relación económica que existe.

    Las pruebas masivas han sido usadas por muchos países para intentar ganar tiempo y vencer al COVID-19

    Para el médico Ramón Solís, encargado de la Unidad COVID-19 del Instituto Hondureño de Seguridad Social de Honduras (IHSS) en San Pedro Sula, “El Salvador tomó las mejores medidas epidemiológicas porque cerró sus fronteras a tiempo y su Gobierno y sector privado llegaron a acuerdos para hacerle frente a pesar de los sacrificios económicos”.

    “Desde que se presentó el primer caso en Centroamérica, Honduras debió haber cancelado los vuelos y no permitir vuelos de hondureños que han venido contagiados. Era más barato que el Gobierno les pagara el hotel y otros gastos en el exterior. Como sucedió en Italia y España, en Honduras hubo una confianza terrible. No pensaron que el virus era agresivo.

    El Gobierno hasta hace poco comenzó a tomar medidas, pero ya es muy tarde”, dijo Solís.

    El gasto diario en el cual incurre una institución por atender a un paciente en una unidad de cuidados intensivos, según datos del IHSS, es de L130,000 diarios, alrededor de L1,000,000 durante el período (de 7 a 16 días) que necesita el enfermo.

    Desde el 11 de marzo, cuando el Sistema Nacional de Gestión de Riesgo (Sinager), anunció los primeros dos casos, el Laboratorio Nacional de Virología ha realizado un promedio diario de 61 pruebas de detección, una cantidad mínima que, según epidemiólogos, no permite leer correctamente la situación real y contener la ola expansiva.

    Comparado con los países vecinos, Honduras tiene capacidad para aplicar en Tegucigalpa 96 pruebas diarias, según autoridades de la Secretaría de Salud. Guatemala tiene capacidad para practicar 200 y El Salvador 400.

    Sin embargo, el Sinager anunció a finales de la semana anterior que, en este período, solamente han aplicado un promedio diario de 61 pruebas de detección. Mientras el virus se propaga, el Gobierno contará, antes de que finalice abril, con 250,000 kits de pruebas PCR compradas a Corea del Sur.

    Este lote será sumado a las 26,000 unidades procedentes de ese país asiático que el Banco Centroamericano de Integración Económica (BCIE) le donó a Honduras a inicios de este mes.

    La epidemióloga Elsa Palou, exsecretaria de Salud, cree que el Gobierno puede contener la propagación del COVID-19 detectando a tiempo los casos, es decir, aplicando pruebas de forma masiva y redefiniendo el toque de queda para todo el país.

    “Con la aplicación de las pruebas PCR en los lugares donde hay más casos, como Cortés, Colón y Atlántida, también en Tegucigalpa, y con el toque de queda que permita solamente la salida a las personas para abastecerse de alimentos considerando solo un digito por día ayudará a tener un eficiente control”, dijo a Diario LA PRENSA en entrevista telefónica.

    Las pruebas PCR (reacción en cadena de la polimersa) son las recomendadas por la Organización Mundial de la Salud (OMS) para detectar el coronavirus en pacientes sospechosos, y ha desaconsejado el uso de las PRD (pruebas rápidas de diagnóstico) porque no identifican el coronavirus en los primeros días de contagio.

    Sin embargo, las autoridades regionales de Salud en San Pedro Sula comenzaron el sábado anterior con pruebas rápidas a personas sospechosas que han ingresado al país por vía aérea y han logrado detectar pacientes con COVID-19.

    Epidemiólogos consultados por Diario LA PRENSA coinciden en que el Gobierno debe acelerar y multiplicar la aplicación de la PCR porque es la única vía para establecer las áreas geográficas más contagiadas y crear cercos epidemiológicos.

    Las pruebas rápidas son herramientas que tienen ventajas y desventajas: “ayudan a identificar a personas contagiadas después de cinco días, pero dan un resultado negativo a pacientes contagiados en los primeros días”, dijo Solís. “Esto puede permitir que las autoridades de Salud cometan errores”.

    Para una experimentada epidemióloga que solicitó el anonimato, Honduras no logrará superar el coronavirus en abril, ni en mayo, en vista de las “medidas erróneas que ha tomado el Gobierno posiblemente por presiones económicas”.

    Contagio
    En Guatemala, El Salvador y Honduras, las personas más afectadas están entre los 20 y 50 años de edad.

    “El toque de queda es la mejor medida siempre, que haya restricciones; pero veo que con esas salidas que permite el Gobierno la epidemia continuará expandiéndose.

    Las personas salen a la calle sin protección y hasta en grupos. Y es la gente de menos recursos y más enferma”, dijo.

    Hasta ahora, desde el punto de vista de los médicos, el Gobierno, que no tomó las medidas epidemiológicas correctas antes de la llegada del virus, ahora, cuando lo enfrenta ejecuta acciones a ciegas por carecer de información real.

    “Mientras no haya pruebas rápidas masivas en la población, es difícil predecir estadísticamente resultados verdaderos y hacer pronósticos.

    Es bajo suposiciones que hemos estado trabajando”, dijo Álvaro Funes, catedrático de Medicina en la Universidad Católica de Honduras.

    Los epidemiólogos le recomiendan al Gobierno que, de aumentar dramáticamente el número de casos en las próximas dos semanas, tendrá que sacar los militares a las calles en vista de que la población, por su bajo nivel educativo, no acata las medidas de confinamiento que conlleva el toque de queda.