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Un trabajo de altura

Las azafatas o tripulantes de cabina ayudan a calmar a los pasajeros que tienen miedo a volar

  • 16 sep 2015

Redacción.

Si has viajado en avión seguramente te ha atendido una linda joven. A esta persona se le llama azafata, auxiliar de vuelo o tripulante de cabina.

Ella es responsable de la seguridad y comodidad de los pasajeros en un avión. “Somos la cara visible de la compañía aérea para todas las inquietudes o problemas de los pasajeros”, dice Natalia Buser, azafata de los Boeing 737 de Aerolíneas Argentinas.

¿Qué es lo más difícil de este trabajo?

Para Natalia es acostumbrarse a tener horarios diferentes a todos los demás. “Trabajamos solo 19 días al mes, pero nos puede tocar en fin de semana, en feriados o en el cumpleaños”, dice.

Si una auxiliar de vuelo tiene un resfriado, no puede volar porque tiene que estar en perfectas condiciones físicas, y con los catarros es probable que duelan mucho los oídos si se está constantemente en vuelo.

Beneficios

Para las azafatas lo mejor de su trabajo es conocer otros lugares del mundo. “Cada vuelo es diferente, no siempre voy con los mismos compañeros, eso me gusta”, confiesa Natalia.

Foto: La Prensa

¿Qué hay que hacer para convertirse en auxiliar de a bordo?

Para ser tripulante de cabina, se tiene que aprobar un curso de varios meses de duración.

Natalia Buser, de 29 años, aprendió en ese curso aspectos técnicos del vuelo, las normas de seguridad y las acciones de emergencia y rescate, así como características psicológicas de las personas en situación de vuelo.

Se exigen algunas condiciones previas para poder hacer el curso. 'Hay que saber nadar y hablar inglés para ser auxiliar de a bordo y no se puede ser daltónico (alquien que no reconoce los colores)', explica Natalia.

Además se tiene que tener una estatura mínima para poder llegar con comodidad a los compartimentos de equipaje sobre las filas de los asientos.

No sólo para controlar que estén bien cerrados durante el vuelo o ayudar a algún pasajero mayor a bajar su bolso.

'También tenemos que poder alcanzar los elementos de emergencia que se encuentran en algunos de estos compartimentos', dice Natalia Buser.

Después de obtener la licencia de azafata, en general hay que hacer un nuevo curso de un mes en la aerolínea en la que uno vaya a trabajar, para conocer todos los detalles del modelo de avión en el que se va a viajar.

Luego se hacen cinco vuelos de instrucción sin pasajeros. Apenas entonces uno obtiene la licencia para trabajar en vuelos comerciales de determinado tipo de avión. En el caso de Natalia, de los Boeing 737. Y cada año hay que renovar esa licencia con un curso más breve, de una semana, y un vuelo de prueba.