Con tres represas en occidente, el valle de Sula estará más seguro

Los tres proyectos, dos en río Ulúa y uno en Chamelecón, costarían por lo menos $1,000 millones, según estudios de 2011 y 2014.

Foto: Fotos Juan Carlos Rivera

Los habitantes de las zonas más bajas de La Lima anteriormente tenían que refugiarse en los albergues cada 10 o 20 años.

mar 27 de septiembre de 2022

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La Lima, Cortés.

Sobrevivientes de las inundaciones causadas por los huracanes Fifí (1974), Mitch (1998) y tormentas tropicales, como Gamma (2005), Eta y Iota (2020), solicitan al nuevo Gobierno construir tres represas en el occidente del país para evitar nuevas catástrofes en el valle de Sula.

Durante cuatro décadas, estos ciudadanos (muchos refugiados en albergues actualmente) han visto cómo las aguas de los ríos Chamelecón y Ulúa se han desbordado y han destruido la infraestructura pública y privada de la costa norte.También han escuchando de presidentes y políticos promesas incumplidas.

“Lamentablemente, todos los políticos mienten. Todos nos han prometido represas, pero ninguno ha cumplido. Esperamos que la presidenta Xiomara Castro cumpla porque el anterior no hizo nada por este valle. Yo he vivido todas las inundaciones desde el huracán Fifí y parece que nadie tiene interés en darnos protección”, dijo Frank Hernández cuando circulaba en una bicicleta sobre un puente metálico que cruza el río Chamelecón.

INSTITUCIÓN
  • > El Gobierno anterior eliminó la CCIVS y creó el Instituto para la Protección y Desarrollo Sostenible del Valle y no funcionó.

Cerca de ese puente está el gimnasio municipal de la Lima, donde más de 191 personas (entre ellas, 60 niños) se encuentran albergadas luego de de que se inundaran sus comunidades.Estos limeños piensan que “si hubiera represas en occidente que controlaran el agua de los ríos no habría problemas aquí”.

“Antes, como decían, cada 20 años éramos afectados por las inundaciones, hoy nos toca salir de las casas a cada rato. Hace dos años, durante Eta y Iota, tuvimos que dejar las casas porque el agua les cubrió hasta el techo”, dijo Ernestina López (65 años) cuando estaba acostada en la una colchoneta en el gimnasio.

López, su nuera Janeth López (26) y sus nietos aún no saben cuándo regresarán a casa, ubicada en la comunidad 17 de Enero, conocida como La Metálica, porque los pronósticos no son positivos.Inversión. Para construir dos represas en el río Ulúa, en los Llanitos y Jicatuyo, y la tercera sobre el Chamelecón en El Tablón, el Gobierno tendría que desembolsar más de $1,000 millones.

$!Ahora, dicen, los ciclos de las inundaciones se han acortado y cada dos años deben abandonar sus casas.

Las primeras dos represas, que inicialmente tenía previsto desarrollar la Empresa Nacional de Energía Eléctrica (Enee), costarían $900 millones (de acuerdo con estudios de 2011) y la de El Tablón implicaría una inversión de $168 millones (según estudios de 2014).

El Gobierno anterior pretendió ejecutar el proyecto El Tablón a través de la Secretaría de Planificación y Cooperación Externa, por medio de la desaparecida Comisión para el Control de Inundaciones del Valle de Sula (CCIVS); pero no lo logró.

Marissa Mena, directora del Centro de Estudios y Desarrollo del Valle de Sula, plantea que “las represas son una solución dentro de un enfoque integral que incluye la reforestación en la cuenca alta de los ríos”.

“El Ulúa y el Chamelecón tienen una cuenca alta de aproximadamente 24,000 kilómetros cuadrados, y el porcentaje de escorrentía anda alrededor del 0.6: un porcentaje alto de esa agua escurre por la cuenca y llega al cauce al valle de Sula (...)”, dijo.

Mena explicó en una entrevista con Diario LA PRENSA que el valle de Sula “necesita esas represas, reforestar, limpiar los canales de alivio (construidos por los estadounidenses de la Tela Railroad Company) y otros ríos artificiales que alivian al Chamelecón y Ulúa (...), la sostenibilidad de los bordos y el desazolvamiento de esos dos ríos”.

“Para eso necesitamos estudios que no bajan de dos o tres años. Son actividades de gran envergadura”, dijo. “Lo que está haciendo este Gobierno es lo correcto, tiene un departamento de planificación que cerraron hace doce años”.

El Centro de Estudios y Desarrollo del Valle de Sula es una nueva entidad que solo puede diseñar proyectos, no de licitar y ejecutar, como lo hacía la CCIVS, que operaba con un presupuesto anual de L100 millones.

$!En 2020, Eta y Iota los obligaron a salir de sus comunidades.