Hasta 2 millones de menores hondureños enfrentarían trastornos mentales

Desde la pandemia han crecido las enfermedades mentales, especialmente los casos de déficit de atención e hiperactividad, ansiedad y depresión. Entre el 10% y 40% de los niños tienen trastornos o síntomas.

Foto: Melvin Cubas / LA PRENSA

Población infantil en Honduras se aproxima a 4.8 millones. Cobertura de registros públicos están por debajo del subregistro de casos reales.

lun 10 de junio de 2024

24 min. de lectura

San Pedro Sula, Honduras.

Dos hermanitos de 12 y 14 años llegaron al consultorio acompañados de una cuidadora, cargando el inmenso dolor de haber perdido a sus padres a causa del devastador COVID-19. Sus miradas vacías reflejaron una tristeza que trasciende su edad, y el mayor, además de la desolación, lucha contra un trastorno disocial.

Una niña de tan solo 6 años, cuyo comportamiento recuerda al de una adolescente, ha sido forzada a crecer demasiado rápido, vive con su padre, mientras su madre reside en España. La pequeña, atrapada entre el anhelo de afecto y un entorno físico inestable, expresa con lágrimas en los ojos cuánto extraña a su madre, sintiéndose sola en un vacío emocional que ninguna palabra llena.

Un niño fue llevado por su padre, quien insiste con angustia en que su hijo debe cambiar su orientación sexual porque “no le gustan las niñas”, sin embargo, detrás de esta demanda se oculta un grito marcado por el divorcio de sus padres cuando tenía 12 años. Su comportamiento no es más que una lucha desesperada por atención y comprensión en medio de un caos emocional que no puede controlar.

Una niña de una familia adinerada fue hospitalizada tras sumergirse en el abismo de las drogas a los 10 años, en Estados Unidos, marihuana y cocaína se convirtieron en sus mortales compañeros, mientras sus padres, atrapados en su disfunción, la abandonaban emocionalmente. Ella terminó viviendo con su madrastra en Estados Unidos bajo la custodia paterna.

Estos desgarradores casos son parte de una serie de expedientes conocidos por LA PRENSA Premium, de eventos atendidos recientemente por psicólogos en San Pedro Sula, reflejando la profunda crisis que menores enfrentan.

$!Cambios en el comportamiento, aislamiento, abuso de sustancias, cambios en estado de ánimo, problemas de sueño y de rendimiento escolar.

Progreso

Los trastornos mentales en niños y adolescentes son un tema que sigue siendo tabú, pero los datos y las historias personales revelan una crisis silenciosa que afecta a miles de jóvenes en el país. Muchos niños sufren en silencio debido a la estigmatización y la falta de comprensión sobre la salud mental, lo que impide que reciban la ayuda que necesitan.

El sistema de salud pública en Honduras enfrenta numerosos desafíos, y la atención de la salud mental no es una excepción. Con solo unos pocos centros que ofrecen servicios especializados, la demanda supera con creces la capacidad disponible.

Según expertos en salud mental consultados por LA PRENSA Premium en San Pedro Sula, la ansiedad, la depresión y el trastorno por déficit de atención encabezan la pirámide dentro de las enfermedades mentales que afectan a los menores desde la pandemia del covid-19 en el año 2020. Estas condiciones suelen llevar al consumo de drogas y comportamientos autodestructivos.

$!Hogares desintegrados, falta de atención en el hogar, acoso, cambios en el estilo de vida y uso de tecnología, además de la influencia social y cultural, figuran entre las principales causas.

Al par de estas afectaciones también se mencionan el trastorno oposicionista desafiante (rebeldía en casa), trastorno disocial de personalidad (rebeldía generalizada) y trastorno antisocial de la personalidad (va contra las normas). La duración primaria de estos trastornos es de dos años.

De acuerdo con estimaciones basadas en datos recogidos tanto en los sectores público y privado, entre el 10% y 40% de niños y adolescentes en el país padecen trastornos o rasgos. Por ejemplo, en un centro educativo con 500 niños y adolescentes, siguiendo esta estadística, se esperaría que entre 50 y 200 de ellos puedan estar lidiando con alguna patología. Se calcula que entre el 5% a 10% no reciben asistencia, el resto sí de manera directa o indirecta.

$!Adolescentes son más vulnerables a ansiedad y depresión. Niños, por su parte, suelen enfrentar déficit de atención e hiperactividad y acoso escolar.

Mientras tanto, informes oficiales de la Secretaría de Salud a los que accedió este medio detallan los principales 20 trastornos consignados sobre pacientes de entre cero y 18 años.

Tan solo el año pasado se registraron 124 casos de trastorno específico del desarrollo de la función motriz, una condición que afecta la coordinación y habilidades motoras de un niño, interfiriendo en su desempeño académico y actividades diarias.

Además, se reportaron 122 casos de episodio depresivo no especificado. Por otro lado, se documentaron 87 casos de trastorno específico mixto del desarrollo, lo que significa una condición que impacta el desarrollo de habilidades básicas como hablar, leer, escribir o hacer cálculos matemáticos.

$!Ambos grupos también han enfrentado consumo de sustancias dañinas, pensamientos suicidas y desarrollado trastornos mentales producto de abusos sexuales previos.

También se identificaron 70 casos de distimia, un tipo de trastorno del estado de ánimo caracterizado por sentirse constantemente triste o desanimado la mayor parte del tiempo. Por último, se registraron 48 casos de autismo y 42 casos de ansiedad. La mayoría de menores atendidos fueron niñas y adolescentes, por encima de los varones. La mayoría de atendidos fueron niñas y adolescentes.

El Instituto Nacional de Estadística (INE) muestra un total poblacional de 9.8 millones de habitantes en el país actualmente, de los cuales, alrededor de 4.8 son personas de entre cero y 18 años.

Honduras no cuenta con estudios específicos que aborden la dimensión de esta problemática social, pero al tomar como punto de partida las estimaciones de expertos en salud mental y proyecciones del INE, la población infantil representa aproximadamente el 49% del total en Honduras, lo que lleva a concluir que entre 480,000 y 1.9 millones de niños y adolescentes podrían estar afectados por trastornos mentales o tener rasgos de los mismos. Esto representa entre el 4.9% y el 19.6% de la población total de Honduras.

Honduras no cuenta con estudios específicos que aborden la dimensión de esta problemática social, pero al tomar como punto de partida las estimaciones de expertos en salud mental y proyecciones del INE, la población infantil representa aproximadamente el 49% del total en Honduras, lo que lleva a concluir que entre 480,000 y 1.9 millones de niños y adolescentes podrían estar afectados por trastornos mentales o tener rasgos de los mismos. Esto representa entre el 4.9% y el 19.6% de la población total de Honduras.

Limitaciones

Aarón Paredes, psiquiatra del hospital Mario Catarino Rivas, comentó que la ansiedad se combina frecuentemente con la depresión.

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“Serán relevos generacionales, no podemos dejarlos atrás. Lastimosamente el acceso es limitado, pero oriento a familias a buscar libros de autoayuda o técnicas de paternidad”: Aarón Paredes, psiquiatra del Catarino Rivas

“Estos trastornos no tienen una única causa, hay que considerar la historia de vida, los patrones de crianza que han cambiado, los problemas económicos, la desintegración de la familia, las comunidades menos cohesionadas y la disminución de la religiosidad. La dinámica familiar y los factores individuales, como los genes que predisponen a ciertos trastornos, el acoso escolar, y las experiencias traumáticas, también juegan un papel importante”, arguyó el especialista.

Solo el Mario Rivas, a nivel de emergencia pediátrico recibe cada semana unos cuatro casos en promedio. “Se necesitan intervenciones sociales, fortalecimiento de la familia y leyes que favorezcan la unión familiar y no la disolución de los matrimonios, todos debemos asumir nuestra responsabilidad en la crianza”, pormenorizó.

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“Muchos corrigen a sus hijos en forma de castigo, no como un estilo correcto de crianza. Se debe hacer que el niño invierta su tiempo y actividades en cosas que produzcan, eso los hará crecer y es positivo”: Aminta Paz, psicóloga del Ihss

Aminta Paz, psicóloga del Instituto Hondureño de Seguridad Social de San Pedro Sula (Ihss) , recordó que en primer lugar “nos encontramos con el trastorno depresivo y la ansiedad, y observamos trastornos en el proceso de aprendizaje, como la dislexia y la discalculia. Uno de los trastornos que cada vez se menciona más y está en aumento es el trastorno del espectro autista y el trastorno por déficit de atención e hiperactividad”, dijo.

Para la experta en salud mental del centro regional, las causas pueden ser hogares desintegrados, factores socioeconómicos propios de la adolescencia, como las crisis conductuales, y la falta de atención en el hogar. Por ejemplo, padres ausentes o niños que se cuidan a sí mismos. La influencia social, como la presión de pertenecer a grupos, también juega un papel importante.

“Cada paciente tiene su propia historia, algunas más difíciles, más dolorosas y más traumáticas que otras, por más mínimo que pueda parecer, para el paciente es algo que no puede manejar”, externó Paz.

Las niñas suelen ser más emocionales y expresivas, mientras que los niños tienden a reprimir sus emociones. El abuso sexual también está contribuyendo negativamente.

“Les digo a los adolescentes que confíen en comunicarse con sus padres, ya que a menudo tienden a hablar menos con ellos y más con personas externas o amigos, es importante que los niños se abran, pidan ayuda y comprendan que no es signo de debilidad, sino de valentía y amor propio. A los padres les aconsejo que sean abiertos y no permisivos, manteniendo su rol de educadores y guías para sus hijos, escuchar al hijo sin juzgar, señalar ni reprimir es fundamental para una crianza efectiva y amorosa”, instó.

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“Padres reportan que su hijo, antes obediente y de buen humor, ahora muestra aislamiento, pérdida de contacto con amigos, baja interacción familiar y rendimiento académico. Hay hasta pensamientos suicidas”: Héctor Valle, psiquiatra privado

Héctor Valle, psiquiatra privado, sostiene que la pandemia influyó mucho, afectando la continuidad de la socialización, asistencia regular a centros educativos y cambios en los modelos de enseñanza, así como las crisis familiares experimentadas durante este período.

“La concepción cultural a menudo subestima la posibilidad de que un niño o adolescente pueda deprimirse o estar ansioso, pero estos problemas tienen una presentación clínica bien definida en comparación con los adultos. Muchas veces, las familias solo pueden costear una o dos citas en el sector privado y terminan dependiendo del sector público”, expuso Valle.

“Es crucial identificar a tiempo a niños y adolescentes en riesgo de desarrollar trastornos mentales. Siempre es posible que necesiten estos servicios, ya que la prevalencia está documentada”, apuntó.

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“Tenemos muchos casos de niños rebeldes en la casa, escuela y comunidad. En el peor de los casos hay quienes agreden, se hacen daño, van contra las normas o no respetan autoridad alguna”: Manuel Orellana, presidente del Colegio de Psicólogos

Manuel Orellana, presidente del Colegio de Psicólogos en la región, externó que el aspecto más relevante para evaluar la salud mental es si el niño está dispuesto a participar en todas las actividades, como el aprendizaje, compartir con sus hermanos, y en la comunidad.

Un niño que disfruta del aprendizaje, de compartir con otros y de participar en su comunidad demuestra buena salud mental. Estos son indicadores positivos que permiten la medición.

“Los padres, como líderes naturales, deben resolver sus conflictos. Una edad crucial para determinar los trastornos mentales es cuando comienzan la escuela”, dijo.

“Desde el Colegio de Psicólogos compartimos información de prevención, ofrecemos capacitaciones y brindamos asesoría o consejería en instituciones”, indicó.

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“En lugar de enfocarnos cuántos sufren, cuestionar por qué centros educativos carecen de inclusión y jornadas de prevención. Al excluirlos les decimos que no forman parte del sistema”: Juan José Velásquez, coordinador de Psicología Unah-vs

Juan José Velásquez, coordinador de la carrera de Psicología de la Universidad Nacional Autónoma de Honduras en el Valle de Sula (Unah-vs), informó que realizan acciones vinculantes para promover la conciencia sobre la salud mental.

“La salud mental no debe ser descontextualizada, es crucial abordar las causas subyacentes que generan factores de riesgo, tales como violencia, abuso de sustancias, acoso, migración o desplazamiento forzado en nuestras comunidades”, especificó Velásquez.

En opinión del magíster, la salud no es la ausencia de enfermedad, ahora salud es un estado de bienestar psigológico, social y fisico. Recordó que, según los modelos mundiales de salud, dentro de la población vulnerable están los niños y adolescentes, los cuales merecen especial atención.

El académico agregó que, aunque enfrentan una notable falta de investigación y registro, se observa una alta incidencia de ansiedad, depresión, trastornos del aprendizaje y comportamientos suicidas.

En Unah Valle de Sula iniciaron desde el año 2022 el Centro de Atención Psicológica, un proyecto de vinculación con la comunidad externa. Se ofrecen servicios de atención psicológica, capacitaciones y jornadas de salud mental. Esta iniciativa se ha llevado a escuelas, colegios y comunidades, buscando así impactar positivamente en el bienestar de la población.

Por otro lado, espacios como el hospital Santa Rosita ofrece una unidad especializada para cuidado de niños y adolescentes. Además, tanto en hospitales públicos como privados, así como en algunos centros de salud, escuelas y municipalidades se dispone de servicios de psicología por parte de profesionales.

Estudios y revistas médicas internacionales subrayan que uno de cada 10 niños y jóvenes de esta edad (cinco a 24 años, o lo que es lo mismo, 293 millones en todo el mundo), convive con al menos un trastorno mental diagnosticable. La Organización Mundial de la Salud (OMS) refiere al menos el 20% de niños y adolescentes con afectaciones mentales en todo el mundo.

$!Menores atraviesan cambios normales durante sus etapas como parte del proceso de adaptación, y a menudo es confundido su diagnóstico.