“Prostitución acaba tarde o temprano con el ser humano”: expertos

San Pedro Sula

Las mujeres en situación de prostitución sufren a mediano y largo plazo un impacto en su identidad, a nivel físico y emocional, que se traduce en problemas de salud y afecta severamente en su forma de relacionarse con los demás.

La psicóloga clínica Delmy Dubón menciona que la decisión de algunas de ellas se desprende de episodios sexuales sufridos previamente.

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Según estudios citados por la experta, la mayoría de mujeres entra a este mundo entre los 13 y 14 años, cuando miran que el cuerpo está listo para ser vendido. No se descarta que muchas en un futuro se vuelvan violentas y queden con traumas.

“Estas mujeres se deterioran con el pasar del tiempo y es lamentable que en Honduras no exista como tal una intervención psicosocial para ellas. Urge trabajar con estas patologías puesto que se trata de una actividad que tarde o temprano termina con el ser humano, muchas mueren”, subrayó la especialista en salud mental.

Recordó que las víctimas más expuestas son quienes viven en la calle debido a enfermedades infecciosas y la constante ola de violencia.

Dubón concluyó que es inevitable que muchas veces se generen situaciones de depresión y ansiedad entre las víctimas, ya que suelen sentirse como personas sucias, llegan a pensar que su cuerpo no vale nada y que no pueden decidir sobre él, a esto se le denomina como síndrome de disociación.

Por otro lado, la actividad sexual recurrente desemboca en el daño a sus creencias, a la visión de su mundo y a la visión de los otros, provocando una secuela irreparable.

Lelys Paz, sociólogo de la Universidad Nacional Autónoma de Honduras en el Valle de Sula (Unah-vs), comentó que este es una de los oficios más antiguos del mundo y que la prostitución se ha modernizado.

“Esto sería inmoral si lo hicieran en espacios públicos, en cambio si es privado se evita afectar la convivencia y las buenas costumbre. En todo caso, la situación de desempleo es grave en Honduras, el Estado tiene una gran culpa por lo que se ha dejado de hacer como nación”, dijo el académico.

Para el analista, la sociedad también tiene cuota de responsabilidad por la ausencia de formación de valores, sobre todo el de respetar el cuerpo de los seres humanos, pudiendo llegar hasta la muerte.

“Vivimos en una sociedad posmoderna y hay que sentar las bases para construir un Estado que ayude a sectores vulnerables como mujeres y niñas”, recomendó durante entrevista.

La mayor parte de organizaciones feministas sostienen que la prostitución es una forma de explotación y dominio masculino sobre las mujeres, es decir, es una práctica resultado del orden patriarcal existente. De igual manera argumentan que la prostitución tiene efectos muy negativos.

Damicela Mayes, coordinadora del Centro de Derechos de la Mujer, es del criterio que como organización feminista apoyan el derecho al trabajo de quienes se dedican a esta actividad, sin embargo, cuestionan que esto se desprenda de un sistema patriarcal donde la violencia contra las mujeres se ha profundizado.

“Es innegable que se sigue sexualizando el cuerpo de la mujer y lo siguen mirando como un objeto, lo miramos, por ejemplo, en los anuncios publicitarios. Sabemos que hay muchas mujeres que están en las orillas ofreciendo sus servicios, o sea vendiendo su cuerpo, incluso hasta niñas”, lamentó.

Mayes rememoró que antes en el centro de San Pedro Sula se miraba a mujeres salir básicamente en horas de la tarde y noche, sin embargo, tras la pandemia se ha masificado la presencia durante plena luz del día.

“En el centro hay diferentes hoteles que sirven para este tipo de trabajo, y aunque apelamos por sus derechos, también somos conscientes que esto es parte de la violencia.Las autoridades deberían regular esta situación, porque el hecho que una persona se vea obligada a ser parte de este trabajo no es porque quiera, sino porque las fuentes de empleo en el país son limitadas”, apuntó.