“Me hallan llorando por mi hija, pero trato de que no me vean”

Sofía (nombre ficticio) tiene cuatro años y padece leucemia. La pobreza extrema de su familia dificulta que pueda llevar un buen tratamiento en condiciones decentes.

Foto: Danilo Hernández.

Sofía y su familia viven en una modesta covacha en lo alto de una loma en El Plan, San Manuel, departamento de Cortés.

jue 18 de mayo de 2023

13 min. de lectura

San Manuel

Todo empezó con un aparente dolor de estómago que la tumbaba al piso de tierra, moretes en diferentes partes del cuerpo y mucho llanto al no poder controlarle los malestares con los “remedios caseros” que acostumbran hacer algunas mamás.

Tiene tan solo cuatro años de edad, se le identificará como Sofía Ramos (nombre ficticio), es de piel trigueña, mide menos de un metro y desde hace casi cuatro meses está enfrentándose a un gran desafío. Resulta que no eran dolores comunes. Padece leucemia.

Pasadas las 3:00 de la tarde aún el sol estaba resplandeciente, comenzó la conversación con la madre de la menor. Su papá se encontraba trabajando y Sofía estaba acostada en una hamaca elaborada de diminutas cabuyas de colores, recién había llegado de una cita médica en el Instituto Hondureño de Seguridad Social (IHSS).

$!La familia de Sofía sobrevive con lo básico, mientras cada día es una lucha por la enfermedad de la niña.

La infanta se veía inquieta, se quejaba y en algunos momentos probablemente quería llorar. Su madre, quien pide omitir el nombre, interrumpió en varias ocasiones la conversación para ir a mover la hamaca o tan siquiera a preguntarle a la niña si le pasaba algo.

El sueño y el cansancio en aquel cuerpecito era profundo, la pequeña junto con su mamá salieron a las 3:00 de la madrugada rumbo al IHSS, aunque también así suele reaccionar cuando le aplican el procedimiento de la quimioterapia.

¿Por qué no llevó su niña a la Fundación Hondureña para el Niño con Cáncer?, preguntó el periodista. “Allí se miran cosas muy fuertes y no quiero que mi hija vea eso y le afecte”, respondió la acongojada madre con voz entrecortada mientras se le llenaban los ojos de lágrimas.

Pobreza

En la casa no hay lujos, la pobreza es visible, bastó con forrar de madera y láminas de zinc una parcela de aproximadamente 16 metros cuadrados en lo alto de una loma en El Plan, San Manuel, en el departamento de Cortés.

Sofía es la cuarta hija de seis hermanos, el último tiene tan solo siete meses. La madre se desmoronó en llanto desde el inicio de la conversación, se aferra a Dios para mantenerse fuerte y luchar hasta el final con la bebé, su mayor anhelo es verla sana y corriendo junto a sus hermanitos en aquellos deslizaderos de tierra y loma abajo.

Ayuda
  • > Si desea colaborar con la familia, comuníquese al número telefónico 9660-5403.

Según datos de la Secretaría de Salud a los que tuvo acceso LA PRENSA Premium, 10,349 menores fueron diagnosticados con cáncer entre 2018 y 2022 en Honduras. Leucemia, como el caso de Sofía, es el diagnóstico más común en los niños y los adolescentes.

Batalla

El cáncer no es la única batalla de la niña. “La doctora me dijo que la rescatáramos de una cosa primero y después de otra”, expresó la mamá en referencia a que la menor lleva dos tratamientos: uno para la leucemia y otro para eliminar una bacteria en el estómago.

Sofía y su familia deben entender que van para un largo proceso. Muy estricto. De acuerdo con la versión de la pediatra y oncóloga Roxana Martínez, algunos diagnósticos de cáncer requieren un tratamiento de hasta dos años o más, siempre y cuando la familia siga las instrucciones de los médicos, de lo contrario, es una recaída segura y un progreso de la enfermedad.

Ese tratamiento es inevitable que vaya acompañado de intensas emociones, a veces dolorosas. “La niña mayor a veces me halla llorando y me pregunta si me pasa algo, yo le respondo que no, pero ella sabe y me dice: ‘¿Verdad que usted llora por Sofía porque está enferma?’ Sí, le respondo, pero trato de que no me vean”, expresó la mamá mientras amamantaba a un niño de siete meses.

$!Medicamentos que consume Sofía.

En Honduras, los casos de Sofía se replican en cada esquina. Las familias no solo deben enfrentarse al diagnóstico, pues de por medio está que muchas van a la batalla sin armas (el 70% de los hogares del país son pobres).

Los hogares que han pasado por esta situación han experimentado las peores aflicciones de su vida. Como alternativa está la Fundación Hondureña para el Niño con Cáncer, organización que acompaña con psicólogos antes, durante y después de la noticia, es como un duelo que se va superando poco a poco.

Para los autores del libro Robbins “Patología humana”, uno de los más importantes en el mundo de la medicina, “el cáncer es ubicuo en la población humana, la única manera cierta de evitarlo consiste en no nacer, ya que vivir supone un riesgo”.

Sin embargo, todo a tiempo tiene altas posibilidades de contrarrestarse.