Norte y occidente de Honduras, constantemente golpeados por desastres naturales

En 70 años, de 1905 a 1975, en Honduras se registraron nueve eventos climáticos con un golpe destructor y profundo.

Los siguientes 47 años, llegando a 2022, el conteo fue de 13 desastres naturales, entre los que se incluyen el demoledor huracán Mitch (1998) y las recientes tormentas tropicales Eta y Iota (2020).

Al menos así lo indican los datos recopilados en el Atlas climático y de gestión de riesgo, elaborado por la Universidad Nacional Autónoma de Honduras (Unah) y el Instituto Hondureño de Ciencias de la Tierra (Ihcit), sumado a un conteo independiente de los fenómenos de los últimos años.

El estudio, que abarca en amplitud los desastres naturales, revisa un poco más de cien años (de 1905 a 2010) de inundaciones e impactos históricos en Honduras.

Se llega a una conclusión rápida: además de que cada vez son más frecuentes los daños por tormentas tropicales y huracanes, la zona norte, occidente y central han sido el principal blanco de los fenómenos destructores.

El informe también proyecta que hay departamentos cuyo territorio es más susceptible a quedar bajo agua, como el caso crítico de Gracias a Dios, con el 51.4% de su área inundable.

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Esa fragilidad también es notoria en otros departamentos costeros, como Atlántida (30.2%) y Colón (21%) al norte, y Valle (26.6%) y Choluteca (23.3%). Según el informe, casi el 15% del territorio hondureño es susceptible a una inundación.

La base de datos Desinventar, citada en el Atlas Climático, mide el impacto de cien años de desastres naturales (el rango de análisis cambia un poco, de 1915-2015) desde el lado humano: al menos 14,540 víctimas de la falta de prevención, la omisión y el humano cruzando el camino de la naturaleza.