Miles de hondureños ocultan sus tatuajes cuando buscan empleo o por miedo a despidos

La mayoría de denuncias de discriminación laboral se dan en la empresa privada, pero casi siempre los afectados retiran la queja por temor a jefes y entorno laboral.

Foto: Melvin Cubas / Héctor Edú

Se calcula que menos del 50% de tatuadores hondureño ya optó por negocio propio.

vie 21 de octubre de 2022

17 min. de lectura

Pese a que en los países industrializados es común ver a empleados con su rostro y cuerpo tatuados, en la mayoría del mercado laboral hondureño, el tema de los tatuajes es aún determinante a la hora de conseguir o mantener un empleo.

“Es un excelente candidato, pero ...esos tatuajes son muy visibles y grandes, de pronto salga afectada la imagen que tiene nuestra empresa ante los clientes”, esta frase se da bastante a menudo en los departamentos de Recursos Humanos del país y en dependencias gubernamentales y municipales.

Aunque las redes sociales y población “millenials” (de 25 a 39 años) o “centennials” (de 10 a 24 años) normalice la tinta en la piel en pleno siglo XXI, la estética juega un punto clave al momento de elegir al personal.

$!Todavía hay sectores laborales que piden ocultarlos o directamente lo prohíben.

Indagaciones hechas a través de múltiples artistas indican que más del 90% de personas tatuadas escogen puntos de su cuerpo fuera del alcance de la vista para no ser despedidos o lograr un empleo en la empresa privada o sector público. De hecho, donde más se tatúan son la pantorrilla, pierna, pecho y espalda.

La población que más asiste a sitios de tatuaje son las mujeres (seis de cada 10), que habitualmente piden dibujos asociados con animales o frases de alguien especial, mientras que hombres lo hacen en menor cantidad sobre todo por miedo a ser confundidos con miembros de maras y pandillas en barrios y colonias, ya que hay ciertos tatuajes cercanos a ideologías de estas estructuras, particularmente los denominados rosarios, tumbas, infinitos, payasos, entre otros.

El segmento que más se realiza tatuajes a nivel nacional comprende un rango de entre 18 y 30 años, según estimaciones de artistas, y los precios oscilan desde 500 hasta 50,000 lempiras.

Aceptación

Enrique Tolentino, un joven con más de 10 años de experiencia en Tattoo San Pedro Sula, considera que el tabú ha bajado en los últimos tiempos, aunque falta mucho por hacer a nivel de empresa privada al momento de contratar o mantener personal.

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“Vivimos en una sociedad muy conservadora, pero ahora profesionales y todo se tatúan”

“Sé, por ejemplo, que en los call center trabaja mucha gente tatuada y creería que esto de despedirlos por esa causa ya no se da en ningún lugar. Muchas personas quieren tatuarse el antebrazo, mano o cuello, pero no lo hacen por su trabajo, aunque por fortuna ya una importante parte de los tatuadores y tatuados que eran empleados ahora son dueños de negocios y eso ayuda bastante”, externó con satisfacción.

Tolentino agregó que en su caso recibe clientes de todos los estatus sociales. “Si alguien se tatúa, por ejemplo, en la cara, es lógico que en ningún lugar le darán trabajo, pero cada quien puede hacer lo que quiera. Vivimos en una sociedad conservadora y, aunque antes advertíamos a los clientes qué implicaba tatuarse, ahora cada quien decide y sabe si debe respetar o no su trabajo”, precisó el tatuador y modificador.

$!Hay sectores más abiertos a contratar: discotecas, bares, call center y algunas tiendas de ropa.

Fernando Méndez, quien tiene un local en Villanueva, Cortés, reconoció también que “los tatuajes aún son un tabú, tengo muchos conocidos y clientes que los ocultan con su ropa por temor a no hallar empleo o ser despedidos. Las personas asignadas a Recursos Humanos deben romper esos estigmas y no pensar que por tener tatuajes pertenecen a alguna mara”.

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Israel Velásquez, quien tiene su negocio en una calle frente al parque central de San Pedro Sula, comentó que la poca presencia masculina en los centros de tatuaje se debe a tres factores relacionados: situación económica, problemas para hallar empleo e inseguridad.

$!Con el paso de los años y el devenir de las generaciones, el tatuaje ha dejado de ser un tabú en muchos países del primer mundo.

“A quienes se tatúan les digo siempre que la Constitución no menciona artículos que prohíban, el problema son las políticas de las empresas”, lamentó.

No hay una cifra exacta de cuántas personas se dedican a este oficio en Honduras, pero se estima que son cientos los artistas del tatuaje entre profesionales y empíricos, de estos más de 25 trabajan en San Pedro Sula.

Reinvindicación

La abogada laboralista Damicela Mayes recordó que el Código de Trabajo castiga la discriminación, aunque reconoció que esta práctica ha disminuido en los últimos años.

Señaló que en algunas empresas no existe mayor problema para contratar a personas tatuadas, tal es el caso de los call center, al tiempo que reflexionó que “en Honduras hay una sociedad conservadora que se resiste al cambio, pues si alguien es capaz para el puesto, tiene calificaciones académicas y experiencia no debería ser obstáculo”.

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“Aunque es difícil de acreditar la discriminación, sí pueden demostrar su honorabilidad”

La experta añadió que “sabemos que las mismas empresas ahora tienen mecanismos internos e incluso hay certificadoras externas que monitorean posibles denuncias, que de reincidir puede desencadenar hasta cancelación de contratos”.

Cayó en cuenta que la discriminación es difícil de comprobar porque usualmente no hay testigos ni evidencias, pero la Secretaría de Trabajo puede hacer citaciones para declaraciones juradas, además de presentar sus antecedentes policiales y penales.

Discriminados
  • > En Honduras el trabajador no sabe exigir al empleador cuando se violan sus derechos, aunque hay leyes que permiten defenderse en situaciones diferentes
  • > Los hondureños pueden acudir a la Procuraduría General del Trabajo, de la Secretaría, para interponer sus demandas
  • > Se conoció que muchos de los casos ingresados los abandonan por miedo a represalias de sus jefes o del entorno social del trabajador.

En tanto, Jazmín Mendoza, gerente administrativa de la compañía de empleos Ceyse, informó que “las empresas presentan a diario diversidad de vacantes y los requisitos se han vuelto rigurosos, sobre todo en los parques industriales.

Confesó que, a raíz de situaciones vinculadas a la discriminación hacia ciertos sectores, como empresa de colocación han entablado diálogos recurrentes con reclutadores a fin de pedir igualdad de oportunidades y un trato digno, independientemente de sus preferencias.

La oficina regional del Comisionado Nacional de los Derechos Humanos (Conadeh) regional no tiene denuncias sobre discriminación laboral por tatuajes.

$!Rubros como hospitales, restaurantes, bancos, maquilas, aeorolíneas, centros educativos, Policía o Fuerzas Armadas aplican restricciones.

Luis Rivera, investigador de quejas en San Pedro Sula, insistió en que la discriminación laboral debe desaparecer, ya que muchos solo buscan retratarse algo artístico y sentimental. “Estas empresas deben ser razonables y no descuidar otros aspectos como la capacidad y el intelecto, pues al final esto es libertad de expresión”, mencionó.

Indicó también que como organismo están en la obligación de orientar y dar seguimiento a cada reporte a través de la Secretaría de Trabajo si se trata de un espacio privado, así como a nivel gubernamental, ya que poseen asidero jurídico para actuar.

En esa misma línea, el dirigente obrero José Luis Baquedano urgió a funcionarios de la Secretaría de Trabajo a dar importancia a este sector que, a su criterio, está invisibilizado, al tiempo que instó se les tutelen sus derechos, ya que, pese a que “Honduras es un país de leyes, el problema es su aplicabilidad. Hay que reconocer que este sector está afectado al igual que otros, debemos aceptar que ellos solo son artistas y tienen los mismos derechos de todos, venden su fuerza de trabajo y producto y en algún momento la gente se sirve de ello”, cuestionó.

Los actos de discriminación están prohibidos y pedir que un trabajador no se tatúe o bien condicionar el ingreso al empleo es una violación en el marco legal.

$!Conadeh está facultado para dar acompañamiento a todos los casos que lleguen a la Secretaría de Trabajo.

La Secretaría de Trabajo notificó que la discriminación contra sus portadores puede tener repercusiones administrativas y civiles. La institución especificó que afectados pueden demandar al empleador e incluso exigir una indemnización por daños morales.

A criterio de la Procuraduría General de Trabajo, debe tomarse mayor conciencia de los deberes laborales. Detallaron que muchas de las quejas que entran a la Secretaría de Trabajo las dejan por miedo de sus superiores o del entorno social laboral, también pasa que los agraviados colocan el reclamo y al conciliar con su empleador no avisan a la institución o ingresan casos para después contratar sin avisar a un intermediario externo.