Ruta a Santa Cruz de Yojoa, principal corredor de bandas que asaltan a traileros

El tramo carretero que cubre Villanueva, Potrerillos y Pimienta, hasta llegar a La Barca y San Luis de Zacatales, es el más peligroso.

Foto: Jorge Gonzáles / LA PRENSA

Los transportistas de carga son el principal blanco de bandas de asalto que operan en diferentes departamentos del país, según pesquisas de la Policía.

jue 16 de noviembre de 2023

30 min. de lectura

San Pedro Sula, Honduras.

Fernando, a quien se le omite su verdadera identidad por razones de seguridad, bajó la velocidad del camión repartidor de productos alimenticios que conducía hace año y medio a la altura de Siguatepeque, cuando a eso de las 2:00 de la madrugada, tres hombres armados que se conducían en una camioneta negra le apuntaron con fusiles desde afuera y le ordenaron detenerse.

Ya había cruzado el corredor hacia Tegucigalpa decenas de veces, pero era la primera ocasión que rozaba la muerte tan de frente. Como Fernando no frenó del todo, fue herido de bala, pero aún mientras sangraba logró continuar sobre el timón y finalmente llegar a un centro asistencial del sector, donde fue auxiliado. Hoy tiene la fortuna de estar vivo para contar la historia, pero no se atrevió a denunciar formalmente el hecho ante las autoridades por temor a su vida y la de su familia.

En los más de 15,000 kilómetros de carretera que atraviesan Honduras, según datos del Instituto Nacional de Estadística (INE), miles de conductores que circulan en sus vehículos diariamente, salen de los hogares con la angustia de no estar seguros de regresar donde sus familias al final de la jornada.

La falta de seguridad en las carreteras del país ha llevado a una incidencia significativa en los asaltos a mano armada. Los delincuentes, en su mayoría armados con revólveres y pistolas, operan en diversas regiones y suelen atacar a conductores, pasajeros de vehículos de transporte público y camioneros que movilizan mercancías.

Los robos se concretan en puntos clave: cuando se estacionan en áreas de servicio, en las gasolineras o incluso cuando van en plena marcha en trayectos solitarios.

$!Las bandas suelen apuntar a camiones y rastras que transportan mercancías de alto valor o fácilmente vendibles en el mercado.

Los objetivos de estos asaltos varían desde robar pertenencias personales hasta saquear camiones cargados de productos. Los asaltos a vehículos no solo plantean un riesgo a la seguridad de quienes viajan por las vías, sino que también tienen consecuencias que van más allá de las pérdidas materiales.

Un ejemplo público de esta problemática ocurrió el 29 de abril de 2019, cuando un asalto contra un carro recolector de valores en el sector de Baracoa, Cortés, resultó en una víctima mortal y dos heridos. El atraco sucedió a las 9:00 am en el kilómetro 2 del bulevar que conduce a Puerto Cortés, específicamente en la zona conocida como Los Mangos, donde nueve individuos a bordo de un vehículo negro interceptaron a los ocupantes del carro blindado mientras recogían un depósito de dinero en un supermercado.

$!Las bandas delincuenciales evalúan la carga que transportan los camiones antes de llevar a cabo los asaltos.

Otro incidente sucedió en enero de 2020, cuando un intento de asalto contra un camión repartidor terminó con un delincuente muerto y otro herido después de enfrentarse a la Policía en la carretera CA-13, cerca de la ciudad de La Ceiba, Atlántida. Los ocupantes del camión se detuvieron en un negocio para desayunar, momento en el cual los asaltantes aparecieron con pistolas en mano, con la intención de apoderarse del vehículo.

La oportunidad motivada por la vulnerabilidad y la atractividad son componentes principales, que son aprovechados por las bandas para cometer asaltos a vehículos como autobuses, taxis, camiones repartidores de carga, entre otros. Estos sucesos causan pérdidas económicas significativas, incluyendo bienes materiales, productos y pertenencias personales.

Zonas peligrosas

Los datos ofrecidos por el Sistema Nacional de Emergencias 911 revelan un total de 7,337 denuncias por robos o asaltos a vehículos registradas desde 2019 hasta el 31 de octubre de 2023. Es destacable que más de 2,000 de estas incidencias se reportaron en el Distrito Central, mientras que San Pedro Sula experimentó más de 1,000 casos.

Aunque las estadísticas estatales no especifican la cantidad de incidentes ocurridos en las carreteras, se presume que los casos en las conexiones interurbanas son considerablemente numerosos. Esta suposición se basa en la subnotificación, ya que no todos los incidentes son informados o denunciados a las autoridades, generando un desafío adicional en la cuantificación de las pérdidas.

A través de reportes oficiales se conoció que los lugares con más eventos cuantificados de este tipo a nivel de carreteras, entre los años 2018 y 2023 fueron Santa Bárbara y Cortés con seis atracos cada uno, seguidos de Choluteca con cinco; Colón, Ocotepeque y Comayagua con dos cada uno; Atlántida y Francisco Morazán con uno cada uno.

$!Estos grupos organizados, que son independientes a las estructuras criminales tradicionales, según investigaciones, tienen sus propios circuitos de operatividad.

Con relación a los sectores más afectados en este lapso, se evidenció que el transporte de carga sufrió cuatro asaltos, seguido por el transporte liviano con 10 incidentes y el transporte urbano con cuatro. Aunque la falta de denuncias impide contar con registros precisos, las autoridades sostienen la creencia de que la tendencia sigue el mismo orden de afectación: transporte de carga, transporte liviano y transporte urbano.

La Dirección de Inteligencia Policial (Dipol) informó a LA PRENSA Premium que tiene identificados 14 puntos carreteros de alto riesgo para el tránsito vehicular en el país, entre estos figuran especialmente La Barca y San Luis Zacatales, ambos en Santa Cruz de Yojoa; y parte de la CA-5, que abarca desde Chamelecón, Villanueva, Potrerillos y Pimienta.

$!Los operativos que activa la Policía pueden ser fácilmente rastreados a través de aplicaciones como Waze, lo que facilita la actividad criminal.

LA PRENSA Premium se desplazó desde San Pedro Sula hasta este tramo carretero hasta llegar a San Luis Zacatales, donde el único retén policial permanente se encuentra en la salida hacia municipio de Potrerillos, integrado por entre cinco a seis agentes. Policías locales informaron que periódicamente realizan inspecciones exhaustivas tanto a los usuarios como a vehículos, dado que se trata de la ruta más propensa a asaltos en todo el territorio nacional.

El recorrido desde La Barca hasta San Luis de Zacatales, cubriendo alrededor de cinco kilómetros, se considera el trayecto más inseguro en el país. En esta área, las condiciones de la carretera presentan un evidente deterioro, la falta de viviendas y la soledad del acceso son más que reales. Además, la ausencia de alumbrado público agrava la seguridad, especialmente durante las horas nocturnas.

$!Los delincuentes buscan artículos que sean valiosos y relativamente fáciles de revender.

Vecinos cercanos a la zona manifestaron extraoficialmente a este medio que individuos armados descienden de vehículos livianos con cuchillos, machetes y armas cortas, aguardan la llegada de autobuses para abordarlos y, como patrón de acción, se bajan antes de arribar al sector de La Barca tras cometer el asalto y huyen de inmediato.

Otra de las rutas que enfrenta serias dificultades por la delincuencia es la CA-13, que se extiende desde Choloma hasta Puerto Cortés. Para comprender mejor las condiciones en riesgo de esta vía realizamos un segundo recorrido. Esta autopista es una de las principales rutas de transporte de carga, ya que conecta el norte y occidente del país, sirviendo como punto de entrada y salida de todo tipo de mercancías a través de la aduana de Corinto, ubicada en el municipio de Omoa.

$!Los transportistas buscan implementar medidas de seguridad adicionales para proteger estas cargas valiosas en tránsito.

Aunque gran parte de las condiciones a lo largo del trayecto son aceptables para el tránsito automotor, la presencia policial a través de patrullajes o retenes fijos es irregular, especialmente durante las horas nocturnas y la madrugadas.

En el departamento de Choluteca se resalta como zona peligrosa la carretera que conduce hacia la aldea Agua Fría, en El Corpus. En la aldea Guasaule, en El Triunfo, Choluteca, también existe un punto de alto riesgo, puesto que los motoristas de tráiler acostumbran a realizar trámites aduaneros y ante la baja seguridad, los criminales aprovechan para abrir las unidades, robar pertenencias personales y objetos de valor.

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“No hay suficiente voluntad ni resultados, aunque a veces se introducen proyectos, tampoco se les da seguimiento”: Elio Muñoz, analista de transporte

El transportista Elio Muñoz pormenorizó la facilidad que tienen los delincuentes para investigar sobre todo a los transportistas de carga desde que acarrean diferentes mercaderías en las aduanas y cómo vigilan sus movimientos para concretar los asaltos.

Muñoz también destaca la influencia del tipo de carreteras en la planificación de los asaltos, ya que en carreteras en buen estado, los vehículos suelen moverse a una velocidad constante, mientras que en carreteras con baches, los conductores tienden a frenar con frecuencia.

”El tipo de carreteras que hay también les ayuda para planificar los asaltos, pues en carreteras de buen estado los automóviles van más rápido o a una velocidad estable, mientras que en una dañada con baches, los motoristas frenan constantemente”, ejemplificó.

En un esfuerzo por abordar esta problemática, Muñoz y otros representantes del sector se reunieron recientemente en Casa Presidencial con el asesor Manuel Zelaya Rosales. En esta reunión se propuso a la Secretaría de Seguridad asignar, como mínimo, un policía por transportista con denuncias de amenazas. En su defecto, se sugirió aumentar la presencia policial y la vigilancia de las patrullas de carretera en zonas de mayor tránsito y riesgo para el equipo pesado.

Objetivos codiciados

Indagaciones policiales apuntan que el modus operandi en el caso del transporte liviano, ya sea pick up, turismo, camioneta o motocicleta, los delincuentes manejan información sobre víctimas selectivas, centrándose en el dinero y teniendo en cuenta el lugar y el horario en el que se desplazan. Una vez que conocen su entorno, actúan con armas en mano, detienen a la persona, le roban sus pertenencias y huyen del lugar.

En cuanto al transporte de carga que lleva mercancía, este suele ser vigilado desde el inicio de la ruta por antisociales que utilizan vehículos tipo pick up o motocicletas. Estos alertan a sus cómplices para asegurarse de las condiciones de la carretera, la presencia policial y civil. Una vez que ven una oportunidad, detienen a los motoristas de camiones repartidores o rastras, los amenazan y los desvían hacia lugares boscosos de difícil acceso.

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Los delincuentes que se dedican a asaltar vehículos pesados no roban cualquier cosa, buscan cargas que tienen gran valor de mercado. La carga que transporta el camión o rastra es uno de los objetivos principales en los asaltos. Los delincuentes suelen estar interesados en una variedad de productos, desde alimentos y productos químicos, hasta mercancías de alto valor como productos electrónicos.

En el transporte urbano, particularmente en los autobuses, los delincuentes utilizan varios modos de operación, siendo el más común el abordaje como pasajero. Portan armas de fuego o armas blancas ocultas bajo la ropa mientras el bus avanza, luego coordinan el acto delictivo, sacan sus armas, amenazan a las víctimas y les roban sus pertenencias.

Otra táctica utilizada en este medio es que los delincuentes se esconden en la maleza, pasillos, postes o muros para sorprender a los conductores de los autobuses. Con armas en mano, los obligan a detenerse, suben al vehículo, despojan a las personas de sus pertenencias y se van rápidamente.

Los asaltantes tienden a robar efectivo de los pasajeros, así como celulares y otros dispositivos electrónicos que son objetivos populares debido a su portabilidad y valor. También carteras, bolsos y mochilas que contienen tarjetas de crédito o débito, identificaciones, joyas y más.

$!La inseguridad y la ola criminal en el transporte público siguen siendo un dolor de cabeza para los civiles.

Amílcar Pinto, un experimentado transportista de buses interurbanos, con 30 años en el rubro y actual colaborador de la empresa Congolón, con ruta Ocotepeque-San Pedro Sula, relató que varios de sus compañeros han sufrido asaltos durante los trayectos, especialmente en la ruta San Pedro Sula-Comayagua, y en la zona de Villanueva, donde hay bandas que operan en nombre de las pandillas.

Pinto explicó que los asaltos suelen ocurrir después de las 3:00 pm y que, como motoristas y ayudantes, sigue siendo un desafío identificar a los asaltantes entre la multitud de pasajeros.

“Desde el momento en que salimos de la casa nos encomendamos al Señor, en mi caso gracias a Dios nunca he sufrido algo parecido, pero la Policía debería montar patrullajes continuos en lugar de enfocarse en otras cosas”, reflexionó.

Agregó que, “por ejemplo, este año hemos mirado mucho asalto en el sector de Chiquila, Santa Bárbara, y le han tirado a matar a los choferes, esto ha obligado a que no trabajemos solos en la carretera, sino en grupo”.

Medidas

Helen Barahona, representante de la Dirección de Seguridad de Transporte, dependencia de la Policía Nacional, destacó los esfuerzos continuos que realizan para mejorar la seguridad de los usuarios y aseguró que asignar agentes a cada vehículo no es factible debido a la gran cantidad de unidades en circulación.

Sin embargo, subrayó que están capacitando a agentes para conducir motocicletas de monitoreo en áreas estratégicas donde se sabe que existen puntos vulnerables a asaltos.

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”Damos seguridad cuando identificamos amenaza o riesgo, pero tampoco hay cultura de denuncia”: Hellen Barahona, portavoz de la División de Seguridad de Transporte

Indicó que están trabajando en reforzar la seguridad en las terminales de transporte interurbano, implementando medidas como el registro de las personas que ingresan. A pesar de los esfuerzos, Barahona reconoció que garantizar la seguridad en las carreteras sigue siendo un desafío constante.

Remarcó que a través de la Policía de Carretera persiguen el mismo objetivo, particularmente en puntos específicos con altos índices de asaltos. “Cuando se presentan denuncias de este tipo se despliegan equipos motorizados para garantizar la seguridad de las unidades en su trayecto, se establecen retenes fijos en las carreteras y se asignan agentes encubiertos para llevar a cabo labores de campo”, especificó.

Otro informe oficial con datos recopilados desde 2018 hasta el 31 de octubre de 2023 pormenoriza que se realizaron 117 detenciones a nivel nacional por el delito de robo o asaltos a vehículos. La mayoría de estas capturas se concentraron en las siguientes áreas: Distrito Central, San Pedro Sula, Choluteca, Santa Cruz de Yojoa y Villanueva.

Del total de personas detenidas, solo una era mujer, mientras que el resto eran hombres. Entre los arrestados predominaban jornaleros, labradores, comerciantes, motoristas y mecánicos automotrices.

En julio de 2023, en el municipio de Petoa, Santa Bárbara, se logró recuperar un camión cargado con mercancía que había sido reportado como robado. El ilícito había ocurrido en la zona conocida como Cuenta de La Vaca, en el municipio de Quimistán, Santa Bárbara.

Tras recibir la denuncia y obtener información sobre las características del vehículo, se desplegó un operativo de búsqueda y seguimiento. Los delincuentes, al verse acorralados, decidieron abandonar el camión, el cual transportaba mercancía valorada en 400,000 lempiras, incluyendo toallas sanitarias, toallas húmedas y pañales.

$!Supuestos miembros de una banda de asaltantes de camiones repartidores fueron capturados en la aldea Liquidambo San José, Comayagua. Su caso como el de otros pasó a la Fiscalía y posteriormente a su enjuiciamiento.

El 4 de octubre de este año se produjo la detención de cinco individuos presuntamente vinculados a la banda conocida como Los Jiménez, especializada en asaltar camiones y rastras que transportan diversos tipos de mercancía en varias regiones de Honduras.

Esta banda delictiva operaba en un amplio corredor que se extendía desde Taulabé, en el centro de Comayagua, hasta Potrerillos, en Cortés. También se dedicaban a asaltar camiones desde La Guama, Santa Bárbara; hasta Tela, en Atlántida, además de operar en la zona que va desde Santa Rita a El Negrito, Yoro.