En San Pedro Sula hay 76 puntos altamente inundables
Aunque no se esperan abundantes lluvias este año por fenómeno de El Niño, expertos invitan a no confiarse, porque la probabilidad de inundación no desaparece.
Foto: Franklin Muñoz/LAPRENSA
LA PRENSA Premium recorrió y constató in situ la vulnerabilidad que aún permea en ciertos barrios y colonias de los sectores Rivera Hernández y Chamelecón.
Por: Ariel Trigueros
San Pedro Sula, Honduras.
Aunque todas las alertas apuntan a una profunda sequía este año en Honduras, expertos en meteorología y riesgo invitan a no bajar la guardia con las lluvias.
Tgeucigalpa es el mejor espejo: mientras el resto del país está en emergencia por falta de lluvias, la capital está en alerta amarilla por los últimos torrenciales, con 160 barrios y colonias en riesgo.
En el caso particular de San Pedro Sula, Chamelecón, Rivera Hernández, El Merendón y Cofrafía son cuatro sectores urbanos y rurales de San Pedro Sula que se encuentran en una ubicación especialmente vulnerable.
Aquí los residentes y autoridades locales lidian con las inundaciones de manera recurrente, enfrentan la pérdida de propiedades y la necesidad de evacuar repetidamente para salvar su vida.
LA PRENSA Premium constató un total de 124 barrios y colonias de la ciudad industrial mapeados por niveles de riesgo de inundación, deslizamientos y derrumbes frente a potenciales lluvias.
Los peores escenarios están trazados para las zonas de Chamelecón, con 29 puntos altamente inundables, entre los cuales destacan San Jorge, Sabillón Cruz y tres etapas de la Morales. Del mismo modo en la Rivera Hernández, con 25 sitios identificados con el mismo nivel de riesgo, entre los cuales figuran la 6 de Mayo, Cerrito Lindo y algunas etapas de Llanos de Sula.
En cuanto al distrito de El Merendón, aldeas como El Remolino y La Unión de Río Frío también están ampliamente expuestas. En el sector de Cofradía, lugares como Casa Quemada, Brisas del Valle y San Juan Bosco de igual manera están severamente en peligro por fuertes lluvias.
Por otro lado, autoridades de la Alcaldía de San Pedro Sula tienen en la lupa de emergencia un bloque de 19 barrios y colonias vulnerables a derrumbes y deslizamientos. Se trata de sitios de El Merendón y Chamelecón, como ser Las Crucitas, etapas de la Lempira y El Porvenir.
Desafíos
Haciendo un análisis sobre lo que ocurre en estos circuitos del valle de Sula, el geólogo Maynor Ruiz indicó que debido a las características de Chamelecón y laderas abruptas en la cordillera de El Merendón, estos fenómenos naturales amenazan constantemente.
Explicó que sus rocas son las más antiguas del país, por lo que están alteradas, aparte, la saturación de agua y pendientes mayores a 25 grados de inclinación provocan que la gravedad mueva masas de suelo inestable. Sin bien es cierto, son deslizamientos pequeños y superficiales, afecta siempre a la población que desordenadamente ha habitado allí.
El experto añadió que las inundaciones en los otros puntos del valle se derivan de varios factores: población sobre las llanuras del río Chamelecón, canales de alivio diseñados para evacuar volúmenes de agua menor al que actualmente drenan y la deforestación en la cuenca del río que provoca erosión del suelo.

“Hay basura en el cauce del río y sistemas de drenaje, no hay monitoreo ni sistemas de alerta como método de prevención, nos gusta mitigar más que prevenir y esto es mucho más caro. Tampoco hay una política local ni estatal clara de cómo reducir el impacto de las lluvias desde la gestión integral del riesgo”, apuntó.
Que estos sectores estén en zonas con proximidad a ríos los arrastra a un riesgo inminente.
El meteorólogo de la Comisión Permanente de Contingencias (Copeco), Alberto López, manifestó que estos sectores están dentro de los 100 kilómetros de amortiguamiento de los ríos, por lo que la población jamás tuvo que haber habitado sus cercanías.

Recordó que el país está en pleno fenómeno de El Niño, al tiempo que comunicó que entre julio a agosto se pasará a El Niño moderado y de octubre a noviembre a El Niño severo, eso significa que habrá escasez de lluvias.
“Hay un 40% de probabilidad que tengamos uno o dos fenómenos entre octubre y noviembre de este año, por tanto debemos de estar preocupados porque mientras la probabilidad exista esto puede ocurrir; es decir, en meteorología este porcentaje es alto; cuando Eta y Iota teníamos una posibilidad del 85% y el año pasado con Julia del 65%”, señaló durante entrevista el pronosticador en el norte del país.

Desde el Cuerpo de Bomberos se reconoce que estas zonas siguen igual o más vulnerables que antes, por lo que se recuerda a la población prepararse con los insumos básicos.
El 1 de junio inició la temporada ciclónica en el Océano Atlántico y finalizará el 30 de noviembre. Para este año se pronostican 13 ciclones tropicales, de los cuales seis podrían convertirse en huracanes y dos alcalzarían la categoría mayor de 3,4 y 5. El 15 de mayo comenzó la temporada ciclónica en el Océano Pacífico y finalizará el 30 de noviembre, pero a la fecha no ha provocado ningún evento lluvioso a causa del fenómeno de El Niño.
“Urge un plan de contingencias donde participen múltiples instituciones. La gente debe estar pendiente de los boletines que emita Copeco y evacuar de ser necesario, sin importar las cosas materiales, pues ese es nuestro principal problema al realizar rescates”, mencionó la sargento Marixa Arauz, portavoz del Cuerpo de Bomberos en la ciudad.
Salidas
San Pedro Sula no tiene un drenaje fluvial y cada vez que cae una tormenta, las calles se convierten en un canal abierto, provocando inundaciones en las partes bajas.
El consultor estructural Orlando Avendaño urgió la necesidad de tener la represa El Tablón para que el caudal del río Chamelecón no supere su nivel y se eviten inundaciones.
En marzo pasado el Gobierno anunció que este año comenzarían con lo estudios de este proyecto valorado en 5,400 millones de lempiras, con la idea de iniciar obras en enero de 2024.

“Otro problema de la ciudad es que los bordos no fueron construidos adecuadamente, cuando llueve se derrumban y convierten en lodo. Cada vez que se hace algo hay que realizar un estudio y revisar el material”, dijo el ingeniero.
Avendaño recomendó a la Alcaldía trabajar en un drenaje fluvial dentro de la ciudad y que este vaya directo al río, pues lamentó que aunque en el pasado hayan realizado estudios de mitigación, estos únicamente quedaran en papel.
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A esta queja se sumó Emilio Fajardo, exdirectivo de un patronato en la Rivera Hernández. “Pedimos a las autoridades que reparen o refuercen esos bordos, pareciera que al Gobierno le conviene que haya inundaciones para recibir ayudas y condonar deudas”, cuestionó.
El residente en la colonia 6 de Mayo externó que año con año sufren una zozobra por la situación y, pese a que se han organizado comités, al final nada se ejecuta.
En estos lugares el riesgo no solamente viene de los ríos, también por la topografía del suelo y terrenos muy bajos.
