María Catalina Fúnez: “Si mi hijo no aparece no sé qué pasará”

OLANCHITO

“Ya no tengo fuerzas, solo Dios me sostiene y si mi hijo no aparece no sé qué va a pasar”, expresa con dolor María Catalina Fúnez, madre de Yovani Damián Acosta, un taxista que desapareció junto a una pareja en El Progreso, Yoro, hace tres meses.

La salud de la señora empezó a desmejorar, según su familia, luego de no saber nada del paradero de Acosta desde el 8 de abril, cuando salió de Sabá, Colón, con José Samuel Rubio Bardales y la esposa de este último, Fabiola Chávez.

Desde que los tres amigos dejaron de contestar los celulares, la familia comenzó una intensa búsqueda e interpuso denuncias en la Policía, pero no reciben ninguna respuesta.

“Mis días son difíciles, no tenemos recursos para ir a buscarlos todos los días y me siento desesperada porque la autoridad no nos da esperanza, ni siquiera nos dicen que están investigando”, lamentó María Fúnez.

Yovany Damián Acosta trabajó como taxista en Sabá, pero después solo realizaba viajes directos a los aeropuertos o a cualquier otro lugar que le solicitaran.

“Además era tramitador y se ganaba la vida para darle de comer a su cuatros hijos”, dijo la progenitora.

Acosta residía en Tocoa y consiguió una oportunidad para hacer un viaje con su amigo José Samuel Rubio Bardales, quien con su esposa Fabiola Chávez viajaban desde Sabá a El Progreso. El plan de Rubio era vender un carro.

Luego, el viaje continuaría al aeropuerto de Palmerola, en Comayagua, donde Yovany dejaría a la pareja pues se dirigían a España.

Cristian Rosales relató que su hermano, José Samuel Rubio, normalmente publicaba en redes sociales los vehículos que vendía y así consiguió comprador para un Toyota Tacoma pick up gris, con placas HCO 3958.

Indicó que el arreglo de su hermano con Yovani era que, tras vender el carro en El Progreso, lo llevaría a Comayagua para tomar un vuelo a España, donde asistiría a la boda de una de sus hermanas.

Pero antes de llegar a El Progreso, las familias hicieron llamadas a Rubio y Chávez sin tener respuesta, aunque creyeron que no contestaban porque ya estaban viajando en avión.

Fue hasta que la familia en España alertó a la de Honduras que no habían llegado al aeropuerto de Madrid que la preocupación se apoderó de los parientes.

La familia de Yovani Acosta también alertó del problema y se unieron a la de la pareja para comenzar la búsqueda e interponer la denuncia en la Policía, pues ya habían pasado tres días y no sabían nada de los tres y tampoco de los dos vehículos en los que se conducían.

Parientes de los tres desaparecidos visitaron la posta policial de El Progreso, donde los remitieron a la Dirección Policial de Investigaciones (DPI) de San Pedro Sula, pero han pasado varios meses y no han recibido ni una llamada con datos relevantes del caso. Incluso, el padre de José Samuel se movilizó a buscar ayuda en Tegucigalpa, pero regresó a Sabá sin tener nueva información. “Estamos como en los primeros días, no se sabe qué pasó con ellos ni con los vehículos que salieron de Sabá”, dijo.

No obstante, las familias se enteraron de que la placa del vehículo Toyota Tacoma que José Samuel Rubio planeaba vender no sale registrada en los sistemas del Instituto de la Propiedad (IP).

“Eso nos da mucho temor, pero estamos haciendo la lucha y no creemos que nadie no sepa de tres personas y dos vehículos que desaparecieron”, expresó Ruth Nohemí Acosta, hermana de Yovani.

Los familiares de los tres desaparecidos no quieren que el caso quede como el de muchos hondureños de quienes sus parientes no volvieron a saber nada de ellos por falta de investigación.

Los desaparecimientos son una constante en Honduras, pese a la complejidad para analizar las cifras. Para el caso, después de la pandemia por el covid-19 se dispararon los casos.

La Policía maneja el doble de reportes y denuncias que el Ministerio Público. En los últimos cinco años y lo que va de 2023 se registraron casi 6,000 denuncias o reportes de desaparecidos en la Policía Nacional.

El Ministerio Público recibió casi 2,700 denuncias de desaparecidos entre 2018 y lo que va de 2023. En 2022 fueron reportados 1,007 desaparecidos en Honduras y en 2023 hasta mayo hubo 344 personas de las que no se sabe su paradero. El caso de Yovani Damián Acosta, José Samuel Rubio y su esposa Fabiola Chávez ya lo lleva Interpol, pero no dieron respuestas de su investigación.