Jorge Bueso Arias potenció los empleos, el café y la agricultura
Su enfoque en acceso a créditos cambió la vida de innumerables personas. Abrió puertas a quienes necesitaban financiamiento para sus proyectos y aspiraciones.
Foto: La Prensa.
Los ganaderos y agricultores de occidente recibieron apoyo del banco.
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SAN PEDRO SULA
“Apoyando al pequeño de hoy hacemos el grande del mañana”. Este poderoso lema del Banco de Occidente personifica los valores y el legado de compromiso con Honduras que el eminente empresario Jorge Bueso Arias, fallecido el pasado lunes a sus 104 años, dejó a su paso. Ayer martes, miles de personas se reunieron para darle el últimos adiós en un cementerio de Tegucigalpa y recordar los valiosos aportes que dio al país.
A pesar de incursionar brevemente en la esfera política y el servicio público como funcionario, el mayor impacto de Bueso Arias se sintió en el ámbito de la banca privada. Fue a través de esta plataforma que impulsó a diversos sectores. Entendió que el desarrollo económico de Honduras dependía en gran medida de apoyar a pequeños y medianos empresarios.
A través de su banco inyectó vitalidad en rubros como la caficultura, agricultura, ganadería y comercio local, además de generar cientos de empleos de manera directa mediante sus sucursales y potenciar miles de fuentes de trabajo mediante préstamos que realizó a empresas que crecieron con el pasar de los años.
Su banco llegó a zonas remotas, allí donde otros no se aventuraron. Esto no solo facilitó el acceso a servicios financieros, sino que también fomentó la inclusión económica de regiones enteras en el territorio nacional.
Es recordado por cómo su banco otorgó préstamos a industrias que hoy se han convertido en pilares del desarrollo económico, ofreciendo créditos con tasas de interés y plazos asequibles.
Oxígeno financiero
Partiendo de lo anterior, el rector universitario y economista Julio Raudales subrayó que el Banco de Occidente, bajo su liderazgo, tenía una estrategia única en comparación con otras instituciones financieras en el país.
Tanto así que se enfocó en sectores productivos y siempre mantuvo una reputación intachable en términos de honestidad. Bueso Arias, con su vasta experiencia en economía y banca central, inculcó valores fundamentales de integridad en el sistema bancario nacional.
A diferencia de otros bancos, opinó Raudales, estableció sucursales en pueblos lejanos, lo que facilitó el acceso de clientes.
El analista económico Carlos Urbizo respaldó la afirmación de que Bueso Arias tenía una afinidad especial con los pequeños y medianos empresarios. Pese al crecimiento en el mundo financiero, nunca perdió de vista a quienes se encontraban en la base de la pirámide económica. “Estableció una sólida base de ahorrantes y prestatarios, cultivando relaciones cercanas con la clientela y demostrando una profunda sensibilidad hacia la prudencia financiera”, enfatizó Urbizo.
También mencionó que, aunque Bueso Arias tenía otras empresas en la región occidental, su verdadera fortaleza radicaba en su papel como intermediario entre depositantes y prestatarios. Esta función era crucial, ya que, como señaló, un banco es el motor económico de cualquier país.
A través de su banco respaldó en el pasado una serie de fideicomisos. Aunque estos eran modestos en comparación con los fondos del Gobierno, desempeñaron un papel significativo al agilizar asertivamente licitaciones y compras efectivas, particularmente en la adquisición de medicamentos.
Legado
Eduardo Facussé, presidente de la Cámara de Comercio e Industria de Cortés (CCIC), elogió a Jorge Bueso Arias como un ciudadano excepcional que siempre buscó el bienestar de Honduras.
Comentó que a través de su gestión el banco contribuyó positivamente al crecimiento, no solo de la economía en la región occidental, sino también en el norte y el valle de Sula en general.
Facussé destacó que Bueso Arias apoyó activamente a pequeños negocios, demostrando de manera efectiva el lema de su banco.
En 2019, Bueso Arias recibió la máxima distinción de la Cámara, El Forjador, en reconocimiento a su contribución.
De su lado, Vladimir Polanco, un empresario de Santa Bárbara, compartió una experiencia personal al recibir respaldo del Banco de Occidente. Él mencionó que fueron la primera familia en Santa Bárbara en obtener un crédito hipotecario cuando el banco llegó a la ciudad.
“El banco, a su mando, siempre mostró disposición para ayudar a las personas y confiaba en la palabra de la población. Cumplieron fielmente su lema, apoyando en quienes otros no confiaban”, apuntó.
Polanco resaltó que el banco extendió su presencia más allá de la cabecera departamental, llegando a municipios como Atima, San Luis, San Nicolás y Colinas. Destacó la fortaleza y solidez de la cobertura en la zona occidental y el profundo cariño que Jorge Bueso Arias sentía por su departamento de Copán.
Mencionó que más allá de ser un negocio, el banco bajo su dirección se percibía como un amigo, lo que fomentaba un sentido de pertenencia inigualable en la institución.
Estos sectores representan pilares de la economía. La ganadería, café y agricultura tienen un gran potencial de crecimiento y contribuyen al Producto Interno Bruto (PIB) del país. Al invertir en estos rubros, Bueso Arias estaba respaldando áreas que podían generar un impacto económico considerable.