En Honduras se expande la apuesta por cafés de calidad ante caída de precios

YAMARANGUILA, INTIBUCÁ.- No canta en los cafetales como en una famosa telenovela colombiana, pero Milton Lemus cuida su cultivo con tanto amor que el trato que le da solo se compara al que una novia bien amada se merece.

En medio de una pertinaz llovizna, característica de esta temporada en Intibucá, el joven caficultor cortaba las primeras “cerezas” de sus frondosos y bien cargados arbustos de café.

“Esta es mi pasión, es el amor de mi vida”, decía evidenciando el orgullo que siente por la productiva plantación que esta temporada lograron junto con su gemelo David, y el artífice de todo, su padre Orlando Lemus, un reconocido productor en Intibucá, dueño de una finca que es el sueño de cualquiera que la visita.

Su café, sembrado en medio de enormes robles y pinares y de árboles frutales como cítricos y plátanos, se ha gestionado bajo la estrategia “renovar sin dejar de producir”, implementada por el Instituto Hondureño del Café (Ihcafé).

El día que LA PRENSA Premium llegó a la finca El Bosque, un grupo de al menos 30 productores de la aldea El Pelón, de La Esperanza, Intibucá realizaba una gira para conocer las buenas prácticas que implementaron los Lemus y que los llevarán a tener una cosecha envidiable.

Mientras esculcaba entre los palos cargaditos de granos en busca de los ya rojitos, el joven señalaba que aunque este año tendrán una producción soñada, en el mercado los precios del café no se mantienen al alza. Honduras empezó el nuevo año cosecha el 1 de octubre, el que tradicionalmente finaliza el 30 de septiembre del año siguiente.

El café se mantiene como la principal fuente de divisas por ventas al extranjero en el país, que prevé exportar en la cosecha 2023-2024 unos 6.5 millones de quintales (de 46 kilos). Es particularmente el mercado europeo, que representa cerca del 60% de las exportaciones del grano aromático de Honduras, el principal comprador.

La actividad cafetalera de Honduras está en manos de unos 120,000 productores, el 90% de ellos son pequeños, y genera alrededor de un millón de empleos en los procesos de corte, beneficiado húmedo y seco, y transporte, de acuerdo con el sector.

Selman Dagoberto Hernández, jefe de la agencia del Instituto Hondureño del Café (Ihcafé) en La Esperanza, Intibucá, que abarca siete municipios en su área de influencia, habla de las perspectivas para el año cafetalero 2023-2024.

“Aunque el precio ahora no es muy alentador, vemos un buen manejo de las fincas de parte de varios productores y esperamos que el volumen de producción se mantenga”.

Para el ingeniero, experto en temas de café, mientras los precios mejoran, garantizando así buenos ingresos a las miles de familias que viven del aromático en el país, el Ihcafé está haciendo un trabajo de hormiga para mejorar la calidad del café que el mundo disfruta. Y una forma de hacer mejores cafés es mejorando los procesos en los cultivos.

“Fincas como la de El Bosque dejaron de lado el manejo tradicionalista, ahora son más eficientes en la nutrición, tienen buen manejo de tejidos y conservan la parte vegetativa con la siembra de plantas maderables y frutales dentro del sistema de café”, expone.

Para el productor Orlando Lemus, un café especial tiene aroma y sabor únicos, y se lo aportan los árboles maderables y frutales que enriquecen el grano.

Él desde hace un año implementó mejores prácticas de la mano con el Ihcafé y hoy ve una finca totalmente diferente. El mayor cambio lo espera en volumen.

El año pasado cultivó dos manzanas de café que le dieron 60 quintales cada una, hoy, con una manzana más en producción, prevé aumentar a 80 quintales por cada una.

“Tener plantas bien cargadas de café significa que el suelo ha tenido buena nutrición”, explica.

Fruto de ese esfuerzo, hace poco su café obtuvo un perfil de 86 sobre 100 puntos en un proceso de catación, que lo hace fuerte candidato para la Taza de la Excelencia.

Para Rafael Perdomo Rivera, un experimentado conocedor del café que trabaja como técnico colaborador en la zona, la finca El Bosque se renovó sin dejar de producir, y eso solo le significó aumento de su producción.

“Y no solo tiene café, tiene frutales, huerto, frijoles, maíz y ganado. Y eso lo hace con sus gemelos, que son promotores comunitarios y expertos en la técnica del café”, expuso.

Perdomo señala que para que un café aumente su calidad y se vuelva especial debe por lo menor tener unos 12 sabores, y al momento de la catación tendrá olor a durazno, cítrico, huerta.

El café absorbe rápido los olores, por eso su manejo debe ser con mucho cuidado”, precisó el experto.

En Honduras, el 55% de los 6.9 millones de sacos de 46 kilogramos exportados en el año cafetalero que recién terminó son café diferenciado (certificados y especiales).

No obstante, la productividad del oro negro hondureño se enfrenta a una dura realidad: la mayoría de fincas del país está envejeciendo y reportan baja producción, ya que más del 90% del parque cafetalero supera los seis años de edad.