Pese a desempleo, escasea la mano de obra calificada

Gremios culpan a la situación económica como la principal causaque obliga a muchos trabajadores experimentados a emigrar.

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El desempleo en Honduras se estima en alrededor del 10% de la población en edad de trabajar. Mientras muchos negocios cierran por reveses económicos, otros lo hacen por falta de trabajadores, muchos de los cuales han emigrado, llevándose consigo conocimientos y habilidades.

dom 15 de enero de 2023

16 min. de lectura

San Pedro Sula

Mientras que el sector formal de la economía reporta miles de empleos perdidos el año pasado, las microempresas tienen el problema contrario: están teniendo inconvenientes para llenar sus cuadros de empleados ante una aguda escasez de trabajadores calificados.

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Algunos gremios como la zapatería, la sastrería o la construcción reportan un impasse de tales dimensiones que ha llevado al cierre de talleres y pequeños negocios que de pronto se encontraron sin el personal suficiente para seguir operando.

Escasez

De acuerdo con los datos que publica el Instituto Nacional de Estadística (INE), hasta mediados de 2022, la tasa de desempleo abierto (TDA) en Honduras se movía en torno al 9%, siendo este valor un poco más alto (de alrededor de 10%) en las áreas urbanas y ligeramente menor (7.1%) en las zonas rurales.

Datos estadísticos del INE muestran que la tasa de desocupados se incrementó 2.2% entre mediados de 2017 y mediados de 2022.Sin embargo, los resultados económicos del año recién terminado hacen suponer que dichos números subirán aún más.

Para saber
  • > Entre las actividades más afectadas por la escasez de mano de obra se mencionan la producción de calzado, la confección (sastrería) y la albañilería, entre otras.

Un informe reciente del Consejo Hondureño de la Empresa Privada (Cohep) reportó que el sector económico formal perdió cerca de 59,000 puestos de trabajo tan solo el año pasado.

Entre los motivos para explicar dicha pérdida se enumeran los fenómenos climáticos como las tormentas tropicales, la invasión de tierras, la extorsión y el cierre de empresas.

Pero en el sector informal, donde están la mayoría de las micro y pequeñas empresas, la situación se presenta muy diferente.

$!Muchos trabajadores calificados se han ido en caravanas, sobre todo a EEUU.

Esperanza Escobar, presidenta de la Asociación Nacional de la Mediana y Pequeña Industria de Honduras, explica que muchos trabajadores, que aspiran a mejores condiciones de vida y mejores ingresos, se capacitan en un oficio y comienzan a laborar en una pequeña empresa de producción, para posteriormente renunciar y marcharse en una caravana migrante en busca de mejor fortuna en el extranjero, por lo general, en los Estados Unidos, donde las mismas habilidades que adquirieron en Honduras les reporte ingresos más altos en dólares.

“La gente necesita ganar más, porque (en Honduras) no puede comer ni con dos salarios mínimos. Nosotros conocemos a nuestros trabajadores: después de que les hemos enseñado, se nos van en las caravanas. Los que aprendieron se van a EEUU y ganan muy bien”, dice Escobar.

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“ Éramos entre 400 y 500 talleres y se han cerrado un aproximado de entre 200
y 250”.

Entre tanto, este fenómeno migratorio mantiene amenazado a cierto sector microempresarial que lucha por mantenerse a flote en medio de una escasez de mano de obra.

“Realmente la situación se ha venido agudizando año con año. Antes de la pandemia ya estaba en crisis la zapatería por muchos factores y ya ahorita con la pandemia vino a agudizar aún más y los trabajadores, la mano de obra del calzado, se fue para otro país y emigró”, refiere Román González, pequeño empresario de la industria del calzado.

González señala que el fenómeno migratorio actual es diferente al de épocas anteriores y era más que todo de naturaleza temporal.

“Antes teníamos una inmigración de la mano de obra que se iba para Guatemala, porque era muy bueno, pagaban bastante bien en Guatemala, pero esa inmigración solo eran dos o tres meses y así regresaba la mano de obra”.Sin embargo, en la actualidad los trabajadores cruzan más fronteras y una vez que se van, en general, ya no regresan.

“Y ahora lo que ha pasado es que no solamente no hay mano de obra sino que ahora han cerrado los talleres”, indica el microempresario.

Impacto

De acuerdo con los cálculos del gremio del calzado, en San Pedro Sula y sus alrededores se contaban unos 2,000 talleres de diferentes especialidades.

Ahora, por la situación antes descrita, el número se ha reducido a unos 800, aproximadamente. González refiere que tan solo en la zona en la que se encuentra su negocio había unos 150 talleres similares, pero ahora solo quedan unos 50, es decir, un tercio de los que había antes.

3 Claves del empleo
  • > 1. Elvia Suazo es la encargada de la Bolsa de Empleo de la Cámara de Comercio e Industrias de Cortés (CCIC) y explica que la actual oferta laboral incluye plazas en áreas operativas, administrativas, técnicas y de servicio, de acuerdo con los perfiles laborales que les han llegado en fechas recientes a la CCIC.
  • > 2. Entre los empleos que se ofrecen con mayor frecuencia figuran los de guardias de seguridad, motoristas, vendedores de ruta, conserjes y auxiliares de bodega. Para los más profesionales hay ofertas para contadores, supervisores de ventas, gerentes de tiendas, diseñadores gráficos, maestros y coordinadores de áreas.
  • > 3. Una persona en busca de empleo puede abocarse a la CCIC para consultar la oferta laboral de la Bolsa de Empleo. Puede contactarse vía telefónica llamado al 2561-6100 o escribiendo al correo electrónico bolsaempleo@cScichonduras.org. El tiempo de respuesta puede variar entre unos pocos días y una semana.

A fin de mantenerse en los mínimos operativos, los talleres necesitan contar con entre dos y tres personas, mientras que para producir en cantidad se requiere contar con alrededor de una decena de personas.

González relata que en su momento de mayor expansión contó con siete trabajadores, cifra que se elevaba a ocho si se incluía a sí mismo.

En la actualidad solo cuenta con dos trabajadores porque el resto de su pequeña plantilla emigró.Para mantenerse en operaciones el microempresario ha tenido que buscar maneras de mantener en sus puesto a los trabajadores que todavía le quedan, lo que incluye una incesante búsqueda de capital para invertir en mejorar sus equipos y, en la medida de los posible, para mejorar los salarios de sus trabajadores.

El microempresario Rony Coto, por su parte, advierte del riesgo potencial para toda la economía hondureña si la tendencia actual continúa.

“A todos los talleres nos ha afectado (la escasez) de mano de obra, pues con las caravanas de migrantes se nos ha estado yendo nuestra gente buscando una mejor vida, mejores oportunidades y creo que eso nos afecta a todos en el país debido a que la gente que se nos va es la que trabaja, la que produce, la que compra”, observa.

Albañiles

En similares términos se expresa Roberto Cwu, ingeniero ejecutor de obras de construcción, quien manifiesta las dificultades que ha tenido para hallar personal con experiencia.

“La mano de obra calificada, como albañiles, muchos empezaron a emigrar hacia otros países y nos ha perjudicado a nosotros en el sentido de que hemos perdido una generación de mano de obra y los que vienen abajo todavía no tienen la misma capacidad que los que teníamos anteriormente”.

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“En navidad no tuvimos suficiente recurso humano para producir, porque se fueron”.

A fin de compensar la situación, Cwu refiere que se ha visto obligado a trabajar jornadas más largas con los trabajadores que aún conserva para cumplir los compromisos laborales, a la vez que les ofrece salarios más altos en compensación.

Sin embargo, en las últimas fechas, la elevada rotación de personal se mantiene, pues una vez aprende el oficio, se lleva sus conocimientos y emigra, lamenta el contratista.

Piden apoyo

Los microempresarios reconocen que necesitan apoyo para revertir la situación y para ello han propuesto algunas iniciativas, entre estas la de establecer escuelas de formación para instruir a nuevos aprendices que sustituyan a los que se marchan.

Sin embargo, para que esa clase de iniciativas prosperen y logren su objetivo se necesitan otras clases de apoyo, sobre todo financiero.

Cuando menos, solicitan a los gobiernos municipales darles un trato diferenciado a la hora de pagar impuestos. De acuerdo con algunos representantes del sector, las autoridades suelen aplicar las mismas tasas sin importar el tamaño de la empresa, y la práctica común es aplicar las tasas impositivas basándose en la facturación, no en la utilidad, lo que resulta en un ingreso más alto para las alcaldías, pero a costa de mermar los ingresos de las pequeñas empresas que luchan por mantenerse a flote.

Esa es, en parte, la razón por la que un buen número de pequeñas empresas no se formalizan, porque les resulta muy difícil enfrentar los retos que supone su emprendimiento como para tener una dificultar añadida en la forma de obligaciones tributarias con las que difícilmente pueden cumplir.

“Así como se mira el panorama ahorita, hay muchas posibilidades de que cierre mi negocio”, dice González.

Coto agrega que, entre los trabajadores de los talleres en los que labora, varios de ellos ya han avisado de su intención de emigrar dentro de poco.

Situaciones urgentes requieren soluciones acordes, pues como explica Escobar, de la Anmpih, “la gente no se va porque quiere, pero se nos fueron talleres completos y ahora tenemos talleres parados por falta de mano de obra”.

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