Cancillería: Hay ocho hondureños que luchan por sus vidas

San Pedro Sula

Mientras la noche y el frío cubrían la ciudad fronteriza e industrial de Juárez, en México, punto colindante con El Paso, Texas, a eso de las 9:30 pm del lunes pasado, al interior de un centro del Instituto Nacional de Migración (INM) comenzaba a desatarse el fuego en uno de los dormitorios donde permanecían encerrados y bajo llave 68 migrantes hombres.

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Se denunció que aún cuando las llamas avanzaban a su paso, los guardias que custodiaban la celda se rehusaron a abrir. Horas después de estallar el incendio, había hileras de cadáveres envueltos en mantas de aluminio afuera de la instalación en Ciudad Juárez, que está situada al otro lado del río Bravo y es uno de los cruces más importantes para EEUU.

Ambulancias, bomberos y camionetas de la morgue acudieron al lugar. Mientras tanto, horas después, medios locales e internacionales con presencia en dicha ciudad adelantaron que el siniestro habría sido un hecho provocado, citando informes anónimos de autoridades y testimonios de sobrevivientes.

De hecho, uno de ellos aseguró que el área donde estaban se encontraba cerrada y que cuando le pidieron al guardia que abriera la puerta este se negó a hacerlo. Esto provocó que los migrantes no pudieran evacuar el inmueble y salvar sus vidas.

Los 29 heridos, por su parte, fueron trasladados en estado grave a cuatro hospitales de la localidad para su atención inmediata. El lugar permanecía custodiado durante la madrugada del martes por militares y guardias nacionales.

A eso de las 10:03 am del martes, un día después de la tragedia, el presidente de México, Andrés Manuel López Obrador, informó mediante una rueda de prensa los pormenores del incendio, donde ya se informaba de 39 decesos.

El mandatario detalló que se trataba de 28 ciudadanos de Guatemala, 13 hondureños, 12 salvadoreños, un venezolano, un colombiano y un ecuatoriano.

Aunque el presidente mexicano había notificado del deceso de 39 migrantes en su intervención matutina, el portavoz de la Presidencia de México, Jesús Ramírez Cuevas, precisó que la cifra de fallecidos era de 40.

A eso de la 1:33 pm, el vicecanciller hondureño Tony García, mientras viajaba a México, informó mediante redes sociales que “lamentablemente 13 compatriotas han fallecido en el incendio de la estación migratoria en Ciudad Juárez. En nombre de la presidenta @XiomaraCastroZ y @EnriqueReinaHN nuestras más sentidas condolencias. Haremos todo y lo más rápido para traer los cuerpos”.

Sin embargo, Héctor Amador, cónsul de Honduras en ese país, rectificó después lo expuesto por el vicanciller más tarde, a las 2:38 pm, y confirmó que había al menos ocho hondureños sobrevivientes y se buscaba a los restantes seis.

Además, aclaró que la cifra de 14 connacionales se refiere a la cantidad de hondureños que estaban en la celda, pero no significa que todos fallecieron por el siniestro.

Se supo que los migrantes fueron trasladados al centro tras presuntamente participar en una redada en Ciudad Juárez. Por consiguiente, los ingresaron a una zona de confinamiento donde esperaban ser deportados a sus países de origen.

El Gobierno de México responsabilizó lo sucedido a una protesta que supuestamente iniciaron tras enterarse que serían deportados. Se presume que en la puerta del albergue pusieron colchonetas y les prendieron fuego. Por el momento, el Gobierno de López Obrador sigue sin detallar ni aclarar cuánto tiempo se tardó en abrir los candados de las celdas en las que murieron calcinados los migrantes que estaban bajo resguardo de federales.

Mediante un comunicado, la autoridad migratoria mexicana se comprometió a dar seguimiento a la evolución del estado de salud de hospitalizados y a brindar apoyo a familiares de las víctimas.

La Fiscalía General de la República ya investiga para deslindar las responsabilidades y se espera que la Comisión Nacional de los Derechos Humanos actúe en las diligencias de ley para salvaguardar a extranjeros. Paralelamente, los funcionarios consulares de varios países comenzaron a trabajar desde la tarde de ayer para identificar a los fallecidos.