Se gastan los ahorros de su vida en un coaching personal
Las certificaciones en línea de coaching son parte de una industria que crece rápidamente.
Foto: Rose Wong
Algunos que buscaban mejorar sus vidas vía el coaching quedaron atrapados en lo que llaman una pirámide.
Por: Katie Bishop/The New York Times
Billiejo Mullett es una enfermera que trabaja para un proveedor de seguros médicos y tiene una vida familiar ocupada. En muchos sentidos, Mullett, que vive en Minoa, Nueva York, parece saber cómo funcionan las cosas, razón por la cual todavía está resintiendo una experiencia de coaching de vida que ella llama una “estafa piramidal” que le quitó decenas de miles de dólares.
“Soy un ser humano inteligente”, dijo. “Todos pensamos que nunca nos sucederá a nosotros”.
Mullett, de 46 años, es parte de un grupo cada vez mayor que habla del lado malo del coaching personal.
Con raíces en la tendencia de finales del siglo 20 hacia la superación personal, el coaching de vida abarca un programa de establecimiento de objetivos y sesiones estilo psicoterapia destinadas a mejorar el bienestar de un individuo. La Federación Internacional de Coaching, la asociación de coaching sin fines de lucro más grande, estimó que la industria tenía un valor de 4.6 mil millones de dólares en el 2022 y que el número de coaches aumentó 54 por ciento entre el 2019 y el 2022.
Ya que la industria carece de acreditación estandarizada, lo más probable es que sea más grande —cualquiera puede reclamar el título de coach de vida. Y aunque muchos operan con integridad, la naturaleza no regulada de la industria puede facilitar tomar ventaja de la gente.
Cursos en línea
En el 2018, Mullett se estaba cansando del mundo corporativo. Un amigo recomendó un podcast y Mullett comenzó a ver videos en el sitio web de la conductora. La conductora, una coach de vida a quien pidió no identificar por temor a ser acosada, prometió una nueva trayectoria en la que las mujeres podrían tener el control.
Mullett tomó 18 mil dólares de su cuenta de jubilación para pagar su primer curso en una escuela líder. Describió un programa de lecciones en línea de baja calidad. Pero ella se aferró al sueño de ganar buen dinero mientras ayudaba a los demás. Después de completar el programa, obtuvo la certificación de la escuela, pero se encontró sin clientes. ¿La solución que le ofrecieron? Gastar más dinero en recibir coaching.
“¿Cómo puedes venderle a alguien el valor del coaching si no estás pagando por el coaching tú misma?”, dijo que le dijeron. Mullett comenzó con un curso de 2 mil dólares, luego un curso similar que costó 5 mil dólares y posteriormente gastó otros 10 mil dólares. “No estaba ganando dinero”, dijo. “Estaba gastando dinero”.
Máire O Sullivan, profesora en la Universidad Tecnológica de Munster, en Irlanda, y experta en fraudes de mercadotecnia multinivel, dijo que esquemas como este eran parte de la razón del rápido crecimiento de la industria.
Aunque los sondeos sugieren que los coaches cobran un promedio de 244 dólares por hora, lo más probable es que esto esté sesgado por un puñado de nombres importantes que cobran miles. La mayoría de los coaches también están limitados por la demanda; la mayoría reporta brindar coaching alrededor de 11 horas por semana. Esto significa que muchos tienen que expandir sus negocios, como vendiendo certificaciones de coaching.
“El coaching de vida atrae a personas vulnerables a la explotación”, dijo O Sullivan.
Carrie Abner, vicepresidenta de la Federación Internacional de Coaching, dijo que los clientes deben asegurarse de trabajar con coaches capacitados y experimentados que estén acreditados.
Eva Collins, de 40 años, encontró el coaching de vida alrededor del 2010. Fue coach de vida durante varios años y trabajó en los equipos de ventas de coaches destacados, donde comenzó a notar el “elemento insidioso del esquema piramidal” de muchos de estos negocios.
Collins ahora opera una página en Instagram que comparte comentarios anónimos sobre algunos de los peores infractores del coaching de vida. Cree que muchos coaches de vida capacitados están haciendo una buena labor, pero dijo que la industria tenía un problema con estafadores.
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