Occidente recela el rápido avance comercial de China

Por: Keith Bradsher/The New York Times

BEIJING — Las exportaciones de las fábricas de China están avanzando, poniendo en peligro empleos en todo el mundo y desencadenando una reacción negativa que está ganando impulso.

Desde acero y automóviles hasta productos electrónicos de consumo y paneles solares, las fábricas chinas están encontrando más compradores extranjeros. El apetito mundial por sus productos es bien recibido por China, que está sufriendo una grave crisis en lo que había sido el mayor motor de crecimiento de la economía: la construcción y equipamiento de departamentos. Pero otros países están cada vez más preocupados de que el ascenso de China se produce en parte a expensas suyas, y están empezando a tomar acción.

La Unión Europea anunció recientemente que se estaba preparando para cobrar aranceles a todos los autos eléctricos que lleguen de China. La UE dijo que había encontrado pruebas sustanciales de que Beijing había estado subsidiando ilegalmente estas exportaciones, lo cual China niega.

China produce un tercio de los bienes manufacturados del mundo, más que Estados Unidos, Alemania, Japón y Corea del Sur juntos, afirma la Organización de las Naciones Unidas para el Desarrollo Industrial.

Restricciones y aranceles

La Unión Europea también ha estado considerando restricciones a la importación de turbinas eólicas y paneles solares procedentes de China. India anunció el año pasado que impondría amplios aranceles al acero procedente de China. Y Turquía dice que China le envía exportaciones y compra poco.

Estados Unidos ha impuesto una lista cada vez más larga de restricciones a sus exportaciones de alta tecnología. “Me he asegurado de que las tecnologías estadounidenses más avanzadas no puedan utilizarse en China”, dijo el Presidente Joseph R. Biden Jr.

China ha encontrado formas de eludir algunos aranceles. Los componentes chinos van en volúmenes cada vez mayores a países como Vietnam y México. Estos países procesan las mercancías para que cuenten como productos propios. Estos países luego envían los productos a Estados Unidos y la Unión Europea, que les cobran aranceles bajos o nulos.

Europa también introducirá pronto un impuesto a las importaciones de todo el mundo con base en la cantidad de dióxido de carbono emitido durante su producción. El nuevo impuesto recaerá fuertemente en las importaciones procedentes de China. Dos tercios de la electricidad en China se generan quemando carbón altamente contaminante.

Europa y EU también enfrentan amenazas de China a sus relaciones en los países en desarrollo, que cada vez más eligen productos chinos más baratos. En gran parte de Latinoamérica y África, los países ahora compran más a China que a las democracias industriales cercanas, y EU y Europa poco pueden hacer al respecto.

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