El mundo se pone en guardia para evitar una pandemia de gripe aviar
La OMS envió una alerta global por la muerte por gripe aviar de un menor en Asia.
Foto: Thomas Cristofoletti para The New York Times
Personal del Ministerio de Agricultura de Camboya toma una muestra de un pato en un mercado de Phnom Penh.
Por: Stephanie Nolen/The New York Times
KRATIE, Camboya — Mientras Sreyleak Luch conducía al trabajo el 8 de febrero, en el delta del Río Mekong en Camboya, reproducía mensajes de voz de su equipo. El estado de salud de un niño de 9 años que ella atendía se había deteriorado gravemente y lo habían intubado, dijo un médico. Ella se preguntó qué podía hacer que el niño enfermara tan rápido. “H5N1”, recordó haber pensado. “Podría ser gripe aviar”.
Cuando llegó al hospital provincial en Kratie, el padre del niño dijo que su gallo había sido encontrado muerto días antes y que la familia se lo había comido.
Luch les contó a sus colegas su teoría. Sus respuestas variaron desde la duda hasta la incredulidad: nunca se había reportado un caso humano de influenza aviar en su área. Le advirtieron que si activaba el sistema de alerta de gripe aviar, podrían involucrarse funcionarios del Gobierno. Se arriesgaba a parecer tonta o peor.
De todos modos, Luch contactó al departamento de salud pública local. Pronto llegó un equipo para recolectar una muestra del niño, Virun Roeurn, para analizarla. Los padres de Virun exigieron que fuera trasladado en ambulancia a la capital, Phnom Penh. Murió en el viaje.
A las 20:00 horas, el Laboratorio Nacional de Salud Pública confirmó que había fallecido a causa de influenza aviar altamente patógena.

Luch se recriminó no haber pensado en hacerle la prueba al niño un día antes, cuando podría haberlo salvado si lo hubiera tratado de influenza. Pero la actividad urgente que siguió fue testimonio de la solidez del sistema de seguimiento de enfermedades de Camboya y de su importancia para el sistema mundial de biovigilancia. Es el fruto de años de inversión internacional y local, y muestra cómo la labor en países de bajos recursos es cada vez más vital para un sistema global de detección de enfermedades zoonóticas —patógenos que saltan entre animales y humanos, como lo hizo el Covid-19.
El H5N1 ha evolucionado
El H5N1 surgió en Hong Kong en 1996 y desde entonces ha evolucionado. En el 2020, una versión particularmente mortal se extendió por las rutas de aves migratorias a África, Asia y Europa. Para el 2022, estaba matando ganado y mamíferos marinos en las Américas. Por eso los científicos se alarmaron cuando, en febrero del 2023, Camboya reportó dos personas infectadas con H5N1. ¿Era esta la nueva versión, regresada a Asia y matando gente?
La muerte de Virun sacudió al sistema global. El día después de su muerte, un equipo del departamento de salud de Kratie tomó muestras de todos en su casa y en las vecinas, y luego a sus compañeros de clase, para realizar pruebas.
Un equipo del Ministerio de Agricultura, Pesca y Bosques reunió a la media docena de gallinas sobrevivientes de la familia y a las de sus vecinos y se las llevó para matarlas.
En Phnom Penh, el laboratorio nacional envió la muestra de Virun al cercano Instituto Pasteur, la avanzada camboyana de una red global de centros de investigación de salud pública. Los virólogos confirmaron que se trataba del conocido subtipo H5N1 —no el presente en las Américas.
Veinticuatro horas después de la muerte de Virun, el laboratorio Pasteur subió la secuenciación genómica del virus a bases de datos accesibles en todo el mundo. Notificó a la Organización Mundial de la Salud, que envió una alerta global. De vuelta en Kratie, hubo otro caso: el hermano de Virun, Virak, de 16 años. Tenía pocos síntomas, pero pasó cuatro días en aislamiento.
Los detectives estaban seguros de que Virak había sido infectado por el mismo gallo muerto que Virun. Eso significaba que este no era el inicio de una transmisión sostenida de persona a persona.

El crédito de la eficacia del sistema de vigilancia de Camboya se puede atribuir en parte a Ly Sovann, un especialista en medicina tropical que dirige el Centro Camboyano para el Control de Enfermedades.
Después de un brote de gripe aviar en el delta del Río Mekong en el 2004, Estados Unidos comenzó a financiar un programa de vigilancia ampliado. Ha invertido 30 millones de dólares en la respuesta de Camboya a la gripe aviar desde el 2006, y el Banco Mundial ha añadido 19.5 millones de dólares.
Pero la gente se muestra renuente a informar sobre pollos enfermos. Y a menudo se comen a los que encuentran muertos.
Sovann dijo que es necesario realizar mucha educación pública. Para mantener seguros al País y al mundo, necesita más trabajadores como Luch, que sean lo suficientemente valientes como para sonar la alarma.
“Podrías sólo hacer esa pequeña cosa, pero se podrían salvar muchas vidas”, dijo. “Se podría retardar la próxima pandemia”.
©The New York Times Company 2024