La economía en tiempos apocalípticos, ¿se paga hoy por sobrevivir mañana?”
El cambio climático, las divisiones políticas cada vez más profundas y la ansiedad respecto a la inteligencia artificial aumentan los temores de un inminente apocalipsis.
Foto: Emily Najera para The New York Times
Fortitude Ranch en Nevada. La empresa tiene complejos en Virginia Occidental, Wisconsin, Colorado y Texas, también.
Por: Alexander Nazaryan/The New York Times
Cuando se trata de sobrevivir al apocalipsis, podría haber peores cosas que la sucursal de Fortitude Ranch en Virginia Occidental, uno de los cinco complejos de supervivencia de la compañía en Estados Unidos y uno de un número creciente de empresas que pretenden aprovechar las ansiedades de los estadounidenses sobre el futuro.
Dominando un exuberante valle junto a un bosque, la propiedad de 20 hectáreas está anclada por una bonita casa de huéspedes. Dos dormitorios grandes y un búnker básico están diseñados para albergar a más de 100 miembros, cada uno de los cuales paga entre 2 mil y 20 mil dólares (dependiendo del nivel de alojamiento) para ser parte del Fortitude Ranch, y mil dólares más por año en cuotas para llamarlo su “fuerte hogar”, a donde irán si ocurre una catástrofe.
Un espacioso refugio subterráneo protegido por capas de concreto, acero y madera conecta los dos edificios residenciales, sus paredes revestidas con latas de café y atún, así como kilos de comida deshidratada. Dentro de una armería cerrada hay rifles de asalto y ballestas. Sobre una mesa hay un rifle calibre 50, que podría usarse para derribar el bloque de motor de un vehículo que se aproximara. Hay un detector de radiación cerca. Torres de vigilancia rodean la propiedad. En el exterior, corrales albergan gallinas, ovejas y conejos. Su carne y huevos están destinados a complementar la dieta de 2 mil calorías al día que los miembros tienen garantizada durante un año. “Comeremos muchos alambres”, dijo Steve Rene, quien administra el complejo de Virginia Occidental; él es uno de tres trabajadores que viven en la propiedad.
Fortitude Ranch es creación de Drew Miller, un coronel retirado de la Fuerza Aérea que busca expandir el negocio a través de franquicias. Es uno de las docenas de emprendedores que se han aprovechado de la economía apocalíptica, impulsados por el creciente movimiento “preparador”.
Sus seguidores toman diversas medidas —desde almacenar alimentos y agua para varios días hasta erigir búnkeres de concreto— para prepararse para el desastre. El cambio climático, las divisiones políticas cada vez más profundas y la ansiedad respecto a la inteligencia artificial han hecho que las fantasías apocalípticas sean menos fantásticas de lo que alguna vez parecieron.
Economía apocalíptica
Entre algunas empresas en la economía apocalíptica figuran American Reserves, que ofrece el suministro de un año de alimentos (2 mil 799.99 dólares) y una radio de manivela de emergencia (59.99 dólares); Fieldcraft Survival, que ofrece clases (250 dólares) sobre “habilidades tradicionales y modernas de supervivencia”; y los que ofrecen búnkeres de lujo, como Vivos xPoint en Dakota del Sur, donde la membresía cuesta 55 mil dólares.
La Encuesta Nacional de Hogares sobre Preparación para Desastres del año pasado arrojó que el 57 por ciento de los estadounidenses habían tomado tres o más medidas para prepararse para el desastre.
Algunos estadounidenses ricos han comenzado a construir sus propios complejos lujosos de supervivencia. Mark Zuckerberg, director ejecutivo de Meta, está desarrollando un complejo de 100 millones de dólares en Hawai que, de acuerdo con una investigación de Wired, incluye un búnker subterráneo de unos mil 500 metros que contará con “su propia energía y suministro de alimentos”.
Miller considera que la membresía de Fortitude Ranch es más adecuada para el estadounidense promedio. (Un alojamiento “austero” ofrece poco más que una litera en un pasillo; una membresía “de lujo” puede albergar a una familia de cinco integrantes en un espacio más privado, con todo y baño privado). “Queremos ser una opción de supervivencia costeable para la clase media”, afirmó.
Fortitude Ranch tiene un aspecto recreativo en tiempos libres de desastre. Los casi 800 miembros pueden utilizar cualquiera de sus cinco complejos en Virginia Occidental, Nevada, Wisconsin, Colorado y Texas con fines recreativos dos semanas al año. “Prepárate para lo peor, disfruta el presente”, es el lema de Fortitude Ranch. Miller dijo que su empresa empleaba a 20 personas y apenas era rentable.
“He decidido pasar el verano aquí porque me gusta mucho”, dijo Ray, un miembro de Fortitude Ranch que se negó a dar su apellido. En ese momento, estaba disfrutando de la soledad del remoto complejo en Nevada. Tiene una membresía de 10 años diseñada para usuarios de vehículos recreativos, que le costó 7 mil dólares.
Y aunque ahora usa Fortitude Ranch para vacacionar, Ray está convencido de que algún día podrá brindarle protección. “Si alguien viene a darnos algún problema, aquí hay un grupo de personas con las que podemos unirnos y defendernos solos”, dijo Ray.
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