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The New York Times

Los disturbios en Reino Unido se convierten en una prueba crucial para Keir Starmer

El primer ministro británico ha prometido reducir las cifras de migración ante los violentos disturbios en Reino Unido.

Foto: Danny Lawson/Press Association, vÍa Associated Press

Un motín antiinmigración en Rotherham, Inglaterra, donde se atacó un hotel que albergaba a migrantes.

mié 14 de agosto de 2024

Por: Stephen Castle/The New York Times

LONDRES — Con automóviles incendiados y mezquitas y hoteles albergando a buscadores de asilo bajo ataque, los disturbios que azotaron Gran Bretaña en las últimas semanas han planteado el primer desafío directo al nuevo Primer Ministro Keir Starmer.

Pero incluso si la violencia ha disminuido, las escenas de desorden han subrayado la tarea que enfrenta su Gobierno.

Eso, dicen los analistas, incluye aliviar las tensiones avivadas con éxito por los grupos de extrema derecha —en temas de inmigración y servicios públicos deteriorados— particularmente en áreas de Gran Bretaña que tienen mucho tiempo de estar en declive económico.

Aunque las encuestas de opinión muestran que el público apoya claramente la represión de Starmer contra los manifestantes violentos, “muchas de las personas que ven a los alborotadores como rufianes quieren reducir la inmigración”, dijo Steven Fielding, profesor emérito de historia política en la Universidad de Nottingham.

Starmer, que ha prometido reducir las cifras de migración, “necesita proceder con eso”, añadió Fielding, al señalar que “no fue casualidad” que estallara la violencia en varias regiones desfavorecidas.

Amarga disputa

La preocupación por la inmigración, que disminuyó en Gran Bretaña después del Brexit, está al alza nuevamente y, cuando los empleos escasean y la atención médica y otros servicios están al límite, los inmigrantes se convierten en un blanco fácil para la extrema derecha. La campaña previa a las elecciones generales del mes pasado desató una amarga disputa política sobre los planes del último Gobierno de enviar a Ruanda a personas que llegaban a Gran Bretaña en barco.

Pero aunque unas 30 mil personas entraron al País de esa manera en el 2023, eso fue una fracción de los admitidos legalmente menos los que salieron —una cifra que sumó casi 750 mil en el 2022.

$!El Primer Ministro Keir Starmer (izq.) visitó una mezquita en Solihull, Inglaterra. Las mezquitas fueron blancos de disturbios.

Personas cercanas a Starmer dicen que está abordando el desorden, aprovechando su experiencia como fiscal titular en el 2011, cuando se produjeron disturbios en Londres y presionó para que los responsables fueran juzgados, sentenciados y encarcelados rápidamente.

“Él entiende cómo se procesa y condena rápidamente, y hacerlo de una manera que envía un mensaje a cualquiera que esté pensando en participar en uno de estos disturbios”, dijo Claire Ainsley, ex directora de políticas de Starmer y que ahora trabaja en Gran Bretaña para el Progressive Policy Institute, un instituto de investigación con sede en Washington.

Los buscadores de asilo fueron el blanco de los disturbios recientes, incluyendo en Rotherham, Inglaterra, donde el 4 de agosto fue atacado un hotel que albergaba a algunos de ellos.

El ex Primer Ministro Rishi Sunak adoptó el plan para enviar solicitantes de asilo a Ruanda de su predecesor, Boris Johnson, en el 2022. Los tribunales fallaron contra la propuesta. Después de asumir el cargo, Starmer descartó el plan.

Las opciones de Starmer para frenar los cruces del Canal de la Mancha son limitadas. Planea medidas enérgicas contra las bandas de tráfico de personas, pero, a menos que Gran Bretaña llegue a un nuevo acuerdo migratorio con Francia, es poco probable que esa medida por sí sola resuelva el problema.

El hecho de que a muchas más personas se les haya permitido ingresar legalmente al País ha creado otra problemática utilizada como arma por la extrema derecha.

Desde el Brexit, la inmigración legal se ha triplicado, retrocediendo ligeramente desde su pico del 2022. Gran Bretaña depende en gran medida de trabajadores extranjeros para cubrir empleos en sectores como el cuidado de la salud, y la inmigración es un motor del crecimiento económico, por lo que recortarla es difícil.

Los disturbios sugieren que impulsar el crecimiento, revivir ciudades descuidadas e invertir en servicios públicos en decadencia nunca han sido más importantes.

Los disturbios “no le dicen a este Gobierno nada que no supiera”, dijo Fielding. “Simplemente están haciendo que su tarea sea más urgente”.

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