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Comercio de esclavos cambió al mundo

Una sección histórica comienza con un mapa mural que muestra el flujo de los 12 millones de africanos que fueron llevados a la esclavitud. Unos 500 mil llegaron a lo que hoy es Estados Unidos; se estima que 5 millones desembarcaron en Brasil.

Foto: The New York Times

Una instalación de Daniel Minter en el Museo Nacional de Historia y Cultura Afroestadounidense del Smithsonian. (Maansi Srivastava para The New York Times)

mar 7 de enero de 2025

Por: Jennifer Schuessler/The New York Times

“In Slavery’s Wake”, una exposición en el Museo Nacional de Historia y Cultura Afroestadounidense del Smithsonian, en Washington, aborda temas importantes y cifras enormes.

En el curso de cuatro siglos, se estima que 12 millones de africanos fueron enviados en trayectos que transformaron ambos lados del Atlántico.

Sin embargo, de los artefactos en la muestra, a veces son los más pequeños los que hablan con más fuerza. Conchas cauri del Muelle de Valongo en Río de Janeiro, el punto de entrada para casi 900 mil esclavos, podrían haber sido transportadas por quienes soportaron el Pasaje del Medio.

“Con esta historia, a menudo nos perdemos en la enormidad”, dijo Johanna Obenda, una de las curadoras de la exhibición. “Pero cuando ves artefactos como este, comienzas a ver los rostros y las personas”.

“In Slavery’s Wake: Making Black Freedom in the World” es el producto de una colaboración de 10 años entre curadores de 10 instituciones en cuatro continentes. Es una historia de comercio, capitalismo, explotación y violencia, y de cómo los esclavos y sus descendientes se resistieron.

$!Curadores pidieron al artista Nguyen E. Smith crear banderas para algunas de las rebeliones de esclavos registradas. (Maansi Srivastava para The New York Times)

“Si hablamos de violencia e intentos de deshumanización, también hablamos de cómo la gente resistió y se aferró a su humanidad”, dijo Paul Gardullo, uno de los directores de la exposición.

Luego de cerrar en Washington en junio, la muestra se trasladará a Brasil, Sudáfrica, Senegal, Bélgica y Gran Bretaña, al cambiar de idioma en el camino.

En el 2014, un grupo de curadores internacionales se reunió en el Centro Ruth J. Simmons para el Estudio de la Raza y la Justicia, de la Universidad Brown, que había realizado un estudio de unas 90 exposiciones sobre la esclavitud por todo el mundo. Se halló que la mayoría contaba una historia nacional o regional. En el curso de los siguientes años, el grupo intercambió ideas sobre cómo crear una exposición que contara una historia global.

A medida que las reuniones se trasladaban a Ámsterdam, Ciudad del Cabo, Río de Janeiro y otras ciudades, los curadores acordaban principios básicos. La muestra no podía limitarse a contar una historia lineal que terminara con la emancipación.

Los socios africanos enfatizaron la necesidad de conectar el comercio de esclavos con el dominio colonial europeo de África. También era necesario enfocarse en las voces de los esclavizados y colonizados y sus descendientes, por lo que los curadores iniciaron un proyecto de historia oral.

Una sección histórica comienza con un mapa mural que muestra el flujo de los 12 millones de africanos que fueron llevados a la esclavitud. Unos 500 mil llegaron a lo que hoy es Estados Unidos; se estima que 5 millones desembarcaron en Brasil.

$!Una exhibición yuxtapone grilletes usados en esclavos, hechos por Hiatt & Co., con esposas de la compañía hoy. (Maansi Srivastava para The New York Times)

Otro gráfico ilustra la red de instituciones —bancos, compañías de seguros y universidades— que se beneficiaron de la esclavitud y las formas en que las leyes, la religión y la ciencia fueron usadas para crear la idea de inferioridad negra.

La exposición tiene instalaciones dedicadas a nueve personas individuales. Juntas, vuelven más complejas las geografías y cronologías tradicionales de esclavitud y abolición.

Tahro fue sacado del Reino del Congo cuando tenía 27 años y llevado a EU en 1858. En Carolina del Sur, trabajó en una alfarería donde artesanos esclavizados a veces elaboraban figuras tradicionales del Congo.

“Esta fue una historia que vivieron millones de personas, pero en el caso de la mayoría de ellas, se han perdido sus nombres”, apuntó Obenda.

La exhibición prácticamente no incluye nombres de esclavizadores. El énfasis está en la supervivencia y la resistencia. Se muestra una de las primeras banderas de la República de Haití, fundada en 1804 luego de que esclavos derrocaran al régimen francés. Junto a ella hay carteles que representan algunas de las otras rebeliones de esclavos, creados por el artista Nguyen E. Smith.

La última sección de la muestra, dedicada al arte contemporáneo, la cultura, la música y la protesta, enfatiza que aún no ha terminado la construcción de la libertad de la gente negra.

“No es el final de la historia”, aseveró Gardullo.

©The New York Times Company 2025