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The New York Times

Cierre fronterizo por crisis migratoria golpea sustento en Arizona

Miles de migrantes han llegado en las últimas semanas al cruce fronterizo entre México y Arizona.

Foto: Rebecca Noble/ The New York Times

Migrantes esperan a ser procesados por agentes de la Patrulla Fronteriza de EU en Lukeville, Arizona.

mié 13 de diciembre de 2023

Por Jack Healy y Miriam Jordan/ The New York Times

Igual que mucha gente en el diminuto pueblo de Why, Arizona, la vida de Stephanie Fierro gira en torno al cruce fronterizo cercano. Trabaja en un café a la orilla de la carretera sirviendo enchiladas a turistas estadounidenses que se dirigen a centros turísticos de playa en México. Su marido, un ciudadano mexicano, vive del otro lado.

Ese vínculo fue cortado este mes cuando funcionarios fronterizos de Estados Unidos cerraron el puerto de entrada en el poblado cercano de Lukeville para lidiar con los miles de migrantes que han estado acampando en un área de desierto a lo largo del muro fronterizo.

Las autoridades dijeron que tuvieron que cerrar el puerto a los cruces legales para poder concentrarse en el aumento de los ilegales.

Esto ha creado una emergencia humanitaria en la frontera, donde cientos de migrantes queman cactus para mantenerse calientes por las noches, y un desastre económico para personas en las zonas rurales del sur de Arizona cuyo sustento depende del cruce.

“Venimos y vamos todos los días”, comentó Fierro, de 26 años, quien tiene ocho meses de embarazo de su segundo hijo. Si la frontera permanece cerrada, duda que pueda ver a su marido antes de la fecha del parto, aseveró.

CRISIS FRONTERIZA

Sin las alrededor de 3 mil personas que a diario cruzan legalmente a Estados Unidos en Lukeville, gasolineras, restaurantes y agencias de seguros de viaje reportaron que sus ventas habían caído un 90 por ciento.

$!Stephanie Fierro (der.) ha sido separada de su esposo por el cierre del puerto de entrada en Lukeville, Arizona.

Familias que trabajan en Arizona, pero que viven justo al otro lado de la frontera en Sonoyta, México, batallan para llevar a sus hijos a la escuela, trasladarse al trabajo o cuidar de padres a quienes ya no pueden visitar fácilmente. Conducir de Arizona a Sonoyta, por lo normal un trayecto recto de 40 minutos por la autopista 85, ahora requiere un recorrido de seis horas serpenteando por secciones de México controladas por los cárteles, dijeron los residentes.

Líderes demócratas y republicanos en Arizona han criticado el manejo de la crisis fronteriza por parte de la Administración Biden, una coincidencia bipartidista poco común en un estado dividido.

La inmigración ilegal ha sido una realidad durante tanto tiempo cerca de Lukeville que los rótulos en el Monumento Nacional Organ Pipe Cactus advierten a los excursionistas que estén al tanto de contrabandistas, y los residentes ven camionetas de la Patrulla Fronteriza a diario. Pero muchos dijeron que no habían resentido personalmente los impactos de la crisis migratoria sino hasta ahora.

Los residentes de las comunidades cercanas de Ajo y Why dijeron que sentían compasión por los migrantes, pero estaban frustrados porque el aumento de los cruces ilegales había interrumpido sus viajes legales a través de la frontera.

El sector fronterizo que corresponde a Tucson, un trecho de 420 kilómetros que incluye a Lukeville, ahora se ha convertido en el tramo más transitado de la frontera sur de 3 mil 220 kilómetros. Agentes allí encontraron a 55 mil 224 migrantes en octubre, el mes del que se tienen datos más recientes, comparado con 22 mil 938 en octubre del 2022.

Los migrantes pasan a través de huecos en el muro fronterizo, luego avanzan durante horas por caminos de tierra hasta llegar a una sección polvorienta del Monumento Nacional Organ Pipe Cactus. Allí esperan. La Patrulla Fronteriza detiene primero a mujeres y niños, dejando atrás a hombres adultos que tiemblan bajo mantas de rescate durante horas o días hasta que son detenidos.

$!Agentes fronterizos vigilan a migrantes que serán llevados a procesamiento cerca de Lukeville, Arizona.

La Administración Biden ha tratado de reducir los cruces ilegales al establecer un proceso ordenado para que los solicitantes de asilo obtengan una cita a través de una aplicación. También ha intentado expulsar a los migrantes, acusar a personas por múltiples ingresos ilegales e imponer normas más estrictas para el asilo.

Sin embargo, los migrantes dijeron que no se habían sentido disuadidos por la amenaza de violencia a lo largo del trayecto a Estados Unidos, ni por la deportación una vez que llegaron. A algunos se les había dicho, falsamente, que se les permitiría quedarse permanentemente en Estados Unidos una vez que cruzaran la frontera y se entregaran.

Guido Sarango, de 42 años, y su hijo Neyder, de 21, estaban sentados acurrucados contra el muro fronterizo una fría mañana reciente, su segundo día esperando a que los agentes fronterizos los recogieran.

Los hombres habían llegado a la frontera procedentes de Ecuador. Tenían hambre, no se habían bañado en días y tuvieron que hacer sus necesidades en público junto con los cientos de los otros hombres. Sin embargo, valió la pena, manifestó Sarango.

“Todo lo que pasa aquí es mejor que lo que sucede en mi País”, afirmó.

©The New York Times Company