Argentina aguarda la reforma fiscal de Milei para salir de la crisis económica

Por Jack Nicas, Natalie Alcoba y Lucía Cholakian Herrera / The New York Times

Buenos Aires. Marcelo Capobianco estaba inspeccionando la canal de ternera que colgaba de un gancho en su pequeña carnicería en las afueras de Buenos Aires el 21 de noviembre cuando admitió que la carne de primera calidad difícilmente le redituaría algo.

Desde que su candidato preferido, Javier Milei, ganó la Presidencia de Argentina dos días antes, el costo de la carne había aumentado un 5 por ciento, mientras que el valor en la calle del peso argentino había caído 12 por ciento, perjudicando el poder adquisitivo.

Capobianco dijo que había aumentado los precios tantas veces en los últimos meses que se mostraba reacio a trasladar nuevamente los costos a los clientes. “Ya está resultando difícil vender a estos precios”, afirmó.

En su tienda había señales de la crisis económica y la inflación del 140 por ciento que ha convulsionado a Argentina y que envió a Milei, un libertario autodenominado “anarcocapitalista” que quiere reemplazar el peso con el dólar estadounidense, al máximo cargo de Argentina.

Los precios en la carnicería estaban escritos en gis para permitir aumentos frecuentes y el lema de campaña de Milei —”¡Viva la libertad!”— estaba garabateado junto al tablero utilizado para anunciar un corte de carne en dólares. Era una demostración irónica, dijo Capobianco, de que “ya vivimos en una economía dolarizada”.

Milei, de 53 años, economista y ex comentarista de televisión, ha hecho de la “dolarización” la pieza central de su plan radical para salvar la economía de Argentina.

Después de años de alta inflación y una caída del 93 por ciento en el valor del peso desde el 2020, la economía ha evolucionado para depender más de los dólares. Los sitios de noticias rastrean el “dólar azul”, un tipo de cambio del mercado negro.

Dólares escondidos

Y después de que los argentinos convierten sus pesos a dólares, muchos los esconden en sus casas. Con el valor de sus sueldos desintegrándose el momento en que los reciben, los argentinos que pueden ahorrar dinero generalmente eligen efectivo estadounidense. Como resultado, alrededor del 10 por ciento de la moneda estadounidense en circulación se encuentra en Argentina, según estimaciones, alrededor de 200 mil millones de dólares.

Ahora Milei prestará juramento como Presidente este mes y pronto descubrirá que sus promesas serán más difíciles de cumplir que de hacer. El dólar tiene mucho tiempo de ser prominente en Argentina, y su movimiento frente al peso ha servido como referente de su salud económica durante décadas. Los economistas han advertido que dolarizar una economía generalmente requiere que un país tenga una gran suma de dólares. Aunque muchos argentinos tienen dólares escondidos bajo los colchones, el Gobierno argentino básicamente no tiene.

“Dolarizar no será posible, al menos de inmediato”, dijo Santiago Bulat, un economista argentino. También señaló que otros países que se han dolarizado, como Ecuador y El Salvador, han batallado para mejorar sus economías.

Durante la campaña electoral, Milei dijo que si un inversionista externo estuviera dispuesto a prestarle a Argentina decenas de miles de millones de dólares, podría dolarizar rápidamente. De lo contrario, dijo que sería una cuestión de “ingeniería financiera” y llevaría más tiempo.

La crisis de Argentina tiene sus raíces en años de mala gestión económica del Gobierno, incluyendo gasto excesivo, grandes déficits, 44 mil millones de dólares en deuda internacional y una excesiva dependencia de la impresión de más pesos para pagar las cuentas del Gobierno.

La inflación anual tiene meses de estar en tres dígitos, más de dos quintas partes de los argentinos son pobres y el hambre y la indigencia están al alza. En abril del 2020, al inicio de la pandemia, 1 dólar compraba 80 pesos al tipo de cambio del “dólar azul”. Hace un año, 1 dólar compraba 300 pesos.

El 21 de noviembre, cuando los mercados en Argentina abrieron por primera vez tras la victoria de Milei, el valor del peso cayó a un mínimo histórico. Ese día, 1 dólar compraba mil 75 pesos.

Capobianco dijo que los problemas de su negocio habían sido impulsados por la debilidad del peso. Una sequía en gran parte de Argentina había destruido la pastura que normalmente alimentaba a los animales que abastecían su carnicería, por lo que los productores estaban utilizando forraje para animales, cuyo precio es en dólares. “Eso automáticamente encarece el producto”, afirmó.

“Ha sido una situación bastante traumática”, dijo Capobianco, agregando que estuvo a punto de cerrar su carnicería este año. Pero ahora, con Milei a punto de tomar el poder, tiene la esperanza de que llegue una solución, incluso si llegar allí pudiera resultar doloroso. “Hay un aire nuevo”, dijo. “Pero sabemos que nos esperan meses difíciles”.

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