8 de 10 relaciones tóxicas acaban mal en Honduras

Expertos advierten sobre el peligro en relaciones tóxicas que desembocan en violencia. Control constante, discusiones interminables y menosprecios son algunos avisos

Foto: Yoseph Amaya / LA PRENSA

La violencia doméstica se ejerce de diferentes formas.

mié 3 de abril de 2024

7 min. de lectura

“Llegó borracho, intentó tener sexo conmigo y, como me negué, me dio una patada en la espalda y me tiró una caja de herramientas”, recordó Yolanda (nombre ficticio) mientras conversaba con una periodista de LA PRENSA Premium sobre los episodios de violencia que sufrió a manos de su expareja.

Pero no siempre fue así. Yolanda dijo que, al principio, su relación parecía el sueño de cualquier mujer enamorada: romántica, apasionada y llena de promesas. Sin embargo, con el tiempo las actitudes de su pareja cambiaron gradualmente y cuando decidieron vivir juntos comenzó la verdadera pesadilla.

“Tenía prohibido usar faldas cortas o shorts, cuando iba al salón -de belleza- a pintarme las uñas, tenía que mandarle foto de los colores a ver cuál quería que me pusiera porque si me ponía uno que no le gustara, se enojaba”, contó la víctima.

$!La Ley contra Violencia castiga al agresor con la prestación de servicios a la comunidad por el término de uno a tres meses, cuando la denuncia sea declarada con lugar.

“Solo podía salir con familiares o amigas de infancia y, cuando lo hacía, debía mandarle mi ubicación en tiempo real y me hacía videollamadas para constatar que estaba donde le había dicho”, agregó.

La situación llegó al punto de que tenían intimidad solamente cuando su expareja quería. Muchas veces cuando bebía alcohol, llegaba a insultar y golpear a la víctima sin motivo aparente. “Es duro y da pena contarlo, pero sé que hay varias que se van a identificar conmigo, por aguantar a patanes de este tipo”, expresó.

Incidencia

El caso de Yolanda no es el único en Honduras. De acuerdo con la psicóloga Fanny Ordóñez, el 80% de las relaciones tóxicas terminan en violencia doméstica e inclusive feminicidios a nivel nacional. “Es alta la probabilidad porque recuerde que la violencia va escalando su nivel de agresividad, ya que también se ve involucrado el alcohol y drogas”, explicó.

80%

De las mujeres no denuncian a su agresor por temor, condición económica, miedo al qué dirán, por no dejar sin padre a sus hijos y por la esperanza de un cambio.

La experta dijo que el 80% de las mujeres que pasan de relaciones tóxicas a violencia doméstica comprenden edades de entre 15 y 50 años, quienes prefieren continuar la relación con su agresor por cultura o tradición.

“Cuando entran a terapia es normal que lleguen con la esperanza de que el agresor narcisista va a cambiar y se imaginan que todo va a cambiar, ellas difícilmente comprenden y analizan la realidad”, explicó Ordóñez.

Para Itsmania Platero, defensora de los derechos humanos, el problema de la violencia doméstica es más que el machismo, es una enfermedad social. A través de su experiencia documentando casos, destacó cómo la violencia doméstica en todos sus sentidos (psicológica, patrimonial, física y sexual) afecta a mujeres de todas las clases sociales, desde las más privilegiadas hasta las más desfavorecidas.

$!Honduras se ha convertido en tierra fértil para la impunidad contra mujeres.

“Lo más preocupante es que en muchos casos, después de los golpes, el hombre busca reconciliación, abraza a la mujer, le pide perdón, ella lo tolera y se convierte en un círculo vicioso”, mencionó.

En cuanto a la respuesta de las autoridades hondureñas, Platero criticó la falta de apoyo y atención hacia las víctimas. Señaló la ausencia de procesos de investigación adecuados y la tendencia a trivializar el problema, relegando a las mujeres a enfrentarse solas con sus agresores.

Patrones

Las relaciones tóxicas se caracterizan por una serie de patrones que van desde la dependencia emocional hasta la falta de límites y la manipulación. La necesidad de aprobación constante, las discusiones interminables y los menosprecios son solo algunos de los síntomas de una relación enfermiza.

Lara Bohórquez, del Centro de Derechos de Mujeres (CDM), destacó la importancia de reconocer estos patrones de violencia y cuestionar la normalización de comportamientos abusivos en las relaciones.

“Algunas veces se habla de toxicidad, como ‘mi pareja es tóxica’, de una forma como naturalizando y normalizando la violencia. Las personas conciben que su relación es una relación de amor, y por eso es bien difícil identificar una relación de violencia porque son patrones bien pequeños, pero que constantemente se realizan en una relación y puede llegar a ser violencia física, psicológica, emocional, hasta la violencia sexual”, mencionó.

Eso fue lo que ocurrió en la relación de Yolanda, quien reveló a LA PRENSA Premium que su límite llegó cuando su expareja la lastimó por no querer tener relaciones sexuales.

“Siempre teníamos intimidad solo cuando él quería. Una vez llegó borracho en la madrugada y me estaba quitando la ropa interior para tener sexo conmigo. Me negué, le dije que tenía sueño y me dio una patada. Fue cuando me di vuelta para seguir durmiendo, mire, yo sentí una patada en mi espalda que me tumbó a la pared, en ese mismo momento me escupió y mientras me insultaba agarró una caja de herramientas, que era lo que tenía cerca, y me la tiró encima”, manifestó la fémina.

Ese episodio de violencia marcó el punto de quiebre para Yolanda, quien decidió escapar de la situación.

“Al día siguiente tomé mis cosas como pude y me fui para el sur, donde comencé otra vida. De él no supe más, ni me interesa, aunque me arrepiento de no haberlo denunciado”, finalizó.

Sin embargo, su historia es una de decenas, quizá miles, porque las autoridades no contabilizan una estadística precisa de las mujeres que sufren violencia doméstica derivada de una relación tóxica.