Valle de Sula: entre 9 y 18 horas antes se sabrá que vienen llenas

San Manuel, Cortés

Cuando en este municipio se habla de las tormentas Eta y Iota, el primer recuerdo que vuelve a la mente de muchos es el de Jerónimo Ruiz intentando salvar su hato ganadero de la descomunal crecida del Ulúa, que llegó sin previo aviso.

El veterano ganadero, con sus fuerzas lánguidas por la edad, recién había sacado a pastar a sus vacas cuando la crecida las arrastró.

Aquella tarde de noviembre de 2020, el río entró con tal furia que hizo un ruido ensordecedor cuando rompió el bordo que llevaba intacto 20 años.

En segundos, se desató el caos. Todos corrían de un lado a otro queriendo salvar sus cosas, sus vidas, sus animales.

Ruiz no pudo rescatar a todas sus vacas, que se estima eran más de 30; ni sus fuerzas ni las del río lo permitieron.Las que no murieron arrastradas por la crecida, se terminaron ahogando en el trayecto.De esa descarga de agua que bajó a enorme velocidad desde Jesús de Otoro y Santa Bárbara donde se abastece el Ulúa, no hubo una alerta temprana anticipada.

Si bien el río tiene dos estaciones telemétricas para leer el nivel del caudal en Santiago, aldea de Pimienta, aguas arriba de San Manuel, y la otra en Chinda, San Bárbara, antes de Eta y Iota apenas eran monitoreadas, recuerdan pobladores.

Tres años después de aquel horror que golpeó a San Manuel y a todos los municipios que tienen de vecino al Ulúa y a sus ramales, es menos probable que una tragedia como la que terminó de envejecer a Jerónimo, que aún lamenta haber perdido a un joven toro semental valorado en más de 60,000 lempiras, vuelva a repetirse.

A raíz de las enormes crecidas que bajaron desde la cuenca del Ulúa, primero con Eta y una semana después con Iota, y ante la falta de una alerta preventiva para evitar pérdidas de vida y evacuaciones tempranas, río arriba varias instituciones han estado trabajando en tecnificar y mejorar los tiempos para alertar a los pobladores que viven aguas abajo.

Para que se haga una idea de lo que están haciendo, ahora los dos poderosos ríos que bañan al valle de Sula: el Ulúa y el Chamelecón están siendo monitoreados desde un satélite, que en tiempo real, capta información sobre el nivel de los ríos y la velocidad en la que bajan las crecidas, cuando se producen tormentas considerables en las cuencas. Esto permitirá una alerta precisa con un margen de 19 horas solo en el Ulúa.

Es decir, si usted vive en la colonia Policarpo Paz García de El Progreso, la primera que se inunda cuando crece el Ulúa, podrá evacuar su casa y sacar sus pertenencias con 19 horas de anticipación antes que la llena inunde todo. Esto salvará vidas y bienes materiales.

En la zona media y alta de las cuencas de los ríos Ulúa y Chamelecón se viene trabajando desde el año pasado con el proyecto de alerta temprana “Preparémonos”, impulsado por la Comisión de Acción Social Menonita (Casm) y Trocaire con fondos de la Unión Europea y de la Iglesia Católica de Irlanda.

A ellos los acompañan el Centro de Estudios y Desarrollo del Valle de Sula (CEDVS), Copeco y siete municipios de la cuenca media y alta del Ulúa en Santa Bárbara y dos de la del Chamelecón del mismo departamento.

El año pasado, el proyecto dio con la primera fase de alerta temprana un margen de 12 horas para avisar sobre una crecida del caudal, y ahora con los nuevos aparatos instalados en ambos ríos, al Ulúa el margen de alertamiento le subirá a 19 horas y en el Chamelecón, que tenía margen de aviso de tres horas desde El Tablón, se incrementará a ocho o nueve horas, explicó Gustavo Reyes, especialista en gestión de riesgos de CASM y Trocaire.

Para aumentar esos tiempos en favor de las familias vulnerables de San Pedro Sula, La Lima, Choloma, El Progreso, Santa Rita, San Manuel, Pimienta, Potrerillos y el ramal del Tigre de Tela, se han instalado equipos de última generación, autónomos, es decir, con paneles solares y chips para emitir señal en ambos ríos.“Los estamos calibrando para tener una información más expedita sobre los datos que arrojan”, afirmó Reyes.

El monitoreo de datos lo continuará realizando el CEDVS, Copeco y los comité de emergencia municipal (Codem). Entre todos mejorarán sus niveles de coordinación, su capacidad de respuesta a través del Sistema Nacional de Gestión de Riesgos.

Con el proyecto Preparémonos son 21 municipios los impactados y alrededor de 800,000 personas a nivel global, de los que unos 100,000 viven en las riberas de los ríos.

Los equipos que se están instalando, a diferencia de las estaciones telemétricas donadas en el pasado, son más autónomos, incluso tienen su propio panel solar y baterías recargables, sus precios son más accesibles, ya que cada aparato ronda en los 2,000 dólares con una vida útil de hasta siete años, y los softwares son actualizados cada año por los proveedores.

Los aparatos que se están calibrando en la actualidad son dos líneas de tecnología, uno es un sistema de monitoreo meteorológico y el otro es un sensor de lámina de agua.

Con la combinación de ambos se puede medir la precipitación, fluorometría, la erosión, la fuerza y velocidad del agua para hacer análisis más asertivos y notificar con mayor precisión las alertas en las zonas de impacto.

Toda la información es enviada vía satélite mediante datos móviles a una base de datos que monitorea en una computadora, ofrece gráficos en tiempo real, que no se verán afectados por los embates del clima.

Luis Da Costa, jefe de hidrología de la CEDVS, explicó que entre más arriba, en la cuenca, estén los instrumentos de medición, más tiempo de alerta se ganará para alertar al valle de Sula. Precisó que los nuevos equipos que han instalado son integrales porque además de medir los caudales de los ríos y los niveles de precipitación, monitorean la radiación, temperatura, humedad y velocidad del viento.

Todos ellos se complementarán con la primera fase del proyecto que consistió en instalar sirenas en comunidades ribereñas de San Bárbara, así como pluviómetros, donde además, se organizó y capacitó a la población, que a su vez, se enlaza con los comités de emergencia locales y municipales.

Señala que todavía deben trabajar en la labor de evacuación porque la gente siempre decide salir de sus hogares a última hora para no dejar atrás sus menajes, pero cree que con el alertamiento temprano, podrán tener margen para salvar lo material.

San Pedro Sula. Honduras fue declarada en alerta verde indefinida el lunes 15 de mayo debido a que el país estará siendo influenciado por el fenómeno de El Niño.

Esta advertencia es válida para 64 municipios de seis departamentos del país, por posible sequía meteorológica, producto del fenómeno de El Niño, que afectaría el territorio nacionaleste 2023.

Según el informe actualizado de la perspectiva climática del Centro de Estudios Atmosféricos, Oceanográficos y Sísmicos (Cenaos), este año será afectado por el fenómeno de El Niño, que dejará escasas lluvias en el territorio nacional y en diferentes períodos, acentuándose con mayor fuerza la sequía entre el 10 de junio y 10 de julio.

En el boletín emitido el lunes, expresan que El Niño comenzó a manifestarse a partir de mayo, dejando escasas y débiles lluvias y se estará intensificando a partir de junio, debido al incremento de las temperaturas en el océano Pacífico, afectando con más intensidad al corredor seco.

Respecto a lo que causa El Niño, Luis Da Costa de la CEDVS, señala que aunque produce sequía, también provoca calentamiento del mar Caribe, lo que favorece la formación de tormentas y huracanes. El fenómeno aún no está muy marcado por lo que hay que esperar su evolución.