Estancadas mayoría de obras en educación para las que destinaron más de L460 millones

LA PRENSA Premiun analizó una base de datos de 238 escuelas y colegios de Honduras por infraestructura dañada en 2022.

Foto: Franklin Muñoz / LA PRENSA

Múltiples trabajos de reparación de centros educativos no han terminado y otros aún piden ayuda.

jue 2 de febrero de 2023

15 min. de lectura

San Pedro Sula, Honduras. A raíz de los múltiples daños que aún hay en el sistema escolar tras el paso de las tormentas Eta y Iota en 2020, para el año pasado se colocaron sobre la mesa de financiamiento más de 460 millones de lempiras. El objetivo era reparar daños en 238 escuelas y colegios del país durante el primer año de gobierno de la presidente hondureña Xiomara Castro.

Un reporte estadístico oficial que analizó LA PRENSA Premium indicó que la reconstrucción de 80 centros aún está sin comenzar o se consigna con un 0.00% de avance, de 16 no aparece ningún dato, de 85 no hay reporte de avance de las obras, seis se lograron concluir, cinco aparecen como formulado y enviado al Fondo Hondureño de Inversión Social (Fhis), 43 con avances entre el 4% y 99%, pero varias de estos trabajos están suspendidos o en ejecución.

Según los análisis, la mayoría de fondos se destinaron a reparaciones varias en infraestructura ya existente, intervenciones integrales y mejoras múltiples en baños, cocinas, aulas, comedores, entre otros espacios. Del total, más de 96 millones se dispusieron para el departamento de Gracias a Dios, por encima de 52 millones en Francisco Morazán y superior a 44 millones en Intibucá.

Las inversiones se concentraron en municipios como el Distrito Central (Francisco Morazán), Wampusirpi, Villeda Morales y Ahuas (Gracias a Dios). Según se conoció, más de 253 millones se desprendieron de fondos del programa de cooperación de Promine KFW, más de 133 millones producto de la emergencia nacional y arriba de 32 millones se derivaron del proyecto Joven/Banco Interamericano de Desarrollo (BID).

A inicios del año pasado, en el marco de la transición de gobierno, la Secretaría de Educación diseñó un plan maestro que involucraba las múltiples necesidades en 17,525 planteles educativos en todo el país, de los cuales 6,247 estaban sin agua potable, 15,304 carecían de un sistema de tratamiento de aguas residuales y 7,400 presentaban problemas de electricidad. A la fecha, según la matriz corroborada, pese a las inversiones hechas, un gran porcentaje de centros continúan y enfrentan los mismos problemas de antes, sobre todo en departamentos como Gracias a Dios, Cortés, Francisco Morazán, Santa Bárbara y Yoro.

Insuficiente

Denis Cáceres, director de educación de la Asociación para una Sociedad más Justa (ASJ), declaró que, aunque hay un avance importante en tema de infraestructura, en los análisis propiamente hechos encontraron que no se había terminado ni 50 centros escolares.

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”Aunque hay avances, la infraestructura dañada y no han terminado varias obras”: Denis Cáceres, director de educación en ASJ

“Miramos que hay voluntad del Gobierno, pero los mandos intermedios no ejecutan el presupuesto de manera ágil. Por tanto, será complicado intervenir más centros este 2023, pues ahora lo que deberán hacer más bien es concluir los que no pudieron el año pasado”, especificó el representante de la sociedad civil.

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El investigador lamentó que para este 2023 muchos estudiantes corran el riesgo de no recibir clases presenciales o en condiciones no dignas debido l estado físico de los centros educativos. La mayor parte del magisterio concuerda que la situación del sistema escolar ha avanzado poco.

René Dubón, conocido dirigente magisterial en el norte del país, recordó que el problema en infraestructura educativa viene desde hace muchos años y todo empeoró debido a las tormentas Eta y Iota.

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“Tenemos expectativas con reparación escolar este año, vamos a evaluar los avances”: René Dubón, dirigente magisterial de Cortés

“Vemos cómo en el caso de Cortés las condiciones de muchos centros son pésimas, y esto se gravó en los últimos años. Aquí solo al menos el 30% cuenta con agua potable, pese a que estamos bañados por los ríos Ulúa y Chamelecón”, apuntó.

El docente pormenorizó que “durante el año 2022, en el valle de Sula sí comenzaron a realizar reparaciones e inversiones de parte del Gobierno en infraestructura, aunque no se está al nivel deseado. “Como magisterio vamos a valorar los avances que se den este año”, cerró diciendo el catedrático.

Reconstrucción

Uno de los centros que logró ser beneficiado con una reconstrucción fue el jardín de niños Sonrisa Infantil, que funciona dentro de la escuela Dilcia Fernández , de la colonia San Juan Nuevo. En ese lugar, según la información de Educación, se destinaron 65,042.50 lempiras para la construcción de dos aulas de clase y reparación de baños, pero la obra aún no ha concluido.

La construcción comenzó hace alrededor de un mes y solo tiene las bases y paredes, pues según se conoció, han tenido dificultad para conseguir mano de obra, pues el pago es poco. Ante ese problema, la municipalidad de La Lima está apoyando con cuatro hombres que trabajan con dos albañiles contratados que esperan terminar lasdos aulas de clase en alrededor de tres meses. El 8 de enero, fecha fijada para el inicio de clases, los niños del preescolar no comenzarán sus clases ante el panorama desalentador.

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En la escuela Dilcia Fernández, afectada hace dos años por las tormentas Eta y Iota, sufrió daños en la infraestructura, pero tuvieron la ayuda de organismos no gubernamentales como Cepudo, que construyeron otras tres aulas del centro educativo.

En tanto, en los campos bananeros de La Lima, también una escuela en la comunidad de Flores de Oriente, fue reparada e invirtieron 50,000 lempiras.

En 2020, el presupuesto de la Secretaría de Educación subió a 35,553 millones de lempiras, un equivalente a un 4% del Producto Interno Bruto (PIB).

De edificios nuevos solo se menciona la construcción en el centro de atención Apoautis, en el barrio San Miguel, de El Progreso, con un valor de 114,285.71 lempiras, así también la construcción de edificio en el centro de atención Cipie, con una inversión de 120,000 lempiras.

La escuela Fesitrán II, ubicada en la colonia conocida como Céleo González, fue totalmente reconstruida, pues las fuertes corrientes de las aguas que dejaron Eta y Iota la destruyeron y ahora la comunidad tiene una mejor construcción de segunda planta. En otras escuelas detallan reparaciones de sanitarios, techos, pisos y aceras.

“Mire, por aquí pasaron los que inspeccionaban del Fhis y no entraron a este colegio”, manifestó una de las profesoras del instituto José Dolores González, de la colonia San Juan Nuevo, de La Lima. Ese colegio, a pesar de tener carreras de Agricultura, Contaduría y Finanzas, lamentan que no han recibido apoyo , pues carecen de mobiliario para alumnos y maestros, tampoco tienen herramientas para hacer sus prácticas ni los espacios físicos han sido reparados.

Los maestros comentaron que aportan 500 lempiras de su sueldo para apoyar con algunas reparaciones , pues están olvidados.