El “infierno” de “Tony” Hernández en Victorville

Lo tuvo todo en Honduras: político con poder, patrimonio familiar y hacendado prolífico de Lempira, hasta que EEUU lo extraditó, lo enjuició y lo condenó a una oscuridad por el resto de sus días

Foto: LA PRENSA

Juan Antonio Hernández Alvarado nació hace 45 años en Gracias, Lempira.

lun 15 de enero de 2024

Aunque no está tan distante de Los Ángeles (California, Estados Unidos), desde la árida prisión de Victorville, en la periferia de la localidad con el mismo nombre (condado de San Bernardino), no pueden verse las estelas de millones de luces de la ciudad californiana, el corazón de esa región y uno de los pulmones y estandarte de la “libertad” del país norteamericano.

En la prisión de Victorville cumple una condena a cadena perpetua más 30 años por narcotráfico Juan Antonio “Tony” Hernández Alvarado, exdiputado hondureño y hermano de Juan Orlando Hernández, expresidente de Honduras entre 2014 y 2022.

Cuando el juez Kevin Castel, el 30 de marzo de 2021, leyó la sentencia contra “Tony”, este desconocía dónde pasaría el resto de sus días. Su vida dio un giro cuando el juez de la Corte del Distrito Sur de Nueva York ordenó que Hernández no volvería en vida a su país, donde le esperarían sus parientes y amigos.

$!Cientos de penitenciarios turnan en Victorville para despejar amenazas de amotinamientos y otros incidentes violentos.

Sin embargo, como si más reveses le faltaran a “Tony” Hernández, en agosto de ese mismo año la Corte determinó que el excongresista nacionalista sería trasladado a Victorville, alejado de las luces neoyorquinas que también, ahora, son, aunque no tan complaciente, hogar de su hermano mayor, extraditado y a las puertas de un juicio similar, aunque con mucha mayor trascendencia por tratarse de un jefe de Estado.

Victorville puede ser un infierno en verano como un témpano de hielo en invierno. Enclavada en el desierto de Mojave, escenario de grandes westerns (películas del “Viejo Oeste” de Hollywood), alberga un poco menos de 1,000 reos. Todos considerados de alta peligrosidad por el tipo de crímenes que los llevó hasta allí. Victorville es descrita por periodistas y medios especializados como “un horno”, debido a las altas temperaturas que obligan al sistema penitenciario a climatizar con aires acondicionados las celdas.

En Victorville, inaugurada en 2004 y con 59,000 metros cuadrados de terreno, está limitado el contacto entre prisioneros. “Tony” no ha tenido que anclarse a una banda de índole racial o ideológico para no quedar “a la deriva”, como ocurre en las películas, debido a que las autoridades penitenciarias estadounidenses restringen en esta clase de prisiones (de máxima seguridad) la creación de estas células.

$!Victorville está enclavada en el desierto de Mojave, uno de los más áridos de Norteamérica.

Pero no siempre fue así. Hace diez años, Victorville era conocida como “Victim-Ville” (que hace alusión en inglés a “víctimas” más el nombre de la prisión). Esto debido a los constantes motines, segregación racial, ideológica e incluso a los ataques raciales contra guardias. Al llegar a esa prisión, los reos tenían que “anexarse” a algún grupo o estaban condenados a, por lo menos, una vida de pesadilla.

La vida en prisión de “Tony” Hernández es, como consecuencia de la misma rigidez normativa del sistema que se adoptó tras modificaciones e intervenciones, segura, pero también solitaria y estricta. Victorville es considerado “un lugar de disciplina” y los arrebatos de los reos son duramente castigados con golpes o con aislamiento.

En su celda de cuatro metros de ancho por dos de largo, acompañado de no más de dos periódicos, no más de diez revistas y no más de 25 cartas, “Tony” está solo como medida característica de las cárceles de máxima seguridad estadounidenses. La luz del exterior también está ausente, igualmente característica del sistema, que busca que los reos no tengan contacto entre sí ni con el exterior. Pierden la noción de la ubicación y tampoco escuchan lo que ocurre alrededor, porque las celdas suelen estar construidas herméticamente o adaptadas de forma que son insonoras.

El declarado culpable en octubre de 2019 de conspirar para el tráfico de toneladas de cocaína, posesión de armas y de dispositivos destructivos, y dar falso testimonio sufre de la soledad que él mismo por los cargos que se le imputaron se condenó a sí mismo, dejando a sus familiares con escasas posibilidades de visitarlo.

$!”Tony” Hernández negó durante años nexos con el narcotráfico, hasta que EEUU lo capturó, enjuició y condenó.

El contacto que “Tony” Hernández tiene con el exterior se basa en llamadas telefónicas y correos electrónicos. Las llamadas, así como los correos electrónicos, son celosamente monitoreados por las autoridades de la prisión.

Diez datos sobre Victorville

1. La Penitenciaría de los Estados Unidos, Victorville, CA es una prisión federal de máxima seguridad para reclusos varones. Es parte del Complejo Correccional Federal de Victorville y es operado por la Agencia Federal de Prisiones, una división del Departamento de Justicia de los Estados Unidos.

2. La prisión abrió el 21 de octubre de 2004 y costó $101,4 millones. Fue construida por la Compañía Constructora Hensel Phelp, de Irvine (California) y Crosby Group Design Firm, de Redwood City (California).

3. La prisión tiene 59,000 m² y está diseñada para albergar a 960 reclusos varones en seis unidades de vivienda.

4. Las celdas tienen un tamaño aproximado de 4 × 2 metros cuadrados y están equipadas con una litera, una combinación de lavabo e inodoro hecha de acero inoxidable y una mesa pequeña con un taburete fijo.

5. Los reclusos tienen acceso al programa de correo electrónico basado en texto conocido como TRULINCS (Sistema de Comunicación de Reclusos Limitado del Fondo Fiduciario). Se les permiten 13,000 caracteres por correo electrónico y no se pueden enviar, recibir ni ver archivos adjuntos.

6. Los reclusos no pueden poseer más de dos periódicos, 10 revistas y 25 cartas en sus celdas.

7. Se les permite realizar llamadas telefónicas a un máximo de 30 números aprobados, las cuales están restringidas a 15 minutos por llamada y cinco horas al mes