Tormenta Julia: Las pérdidas superan los L1,000 millones

Ya van seis fallecidos como consecuencia de las crecidas de los ríos y hay un niño de 12 años desaparecido. Solo el rubro del banano ya perdió L800 millones por lluvias.

Familias en Choloma fueron puestas a salvo por socorristas luego de la crecida del río Chamelecón.

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Golpeados

San Pedro Sula

Julia no descargó toda su furia sobre Honduras, tampoco nos embistió con la fuerza de sus vientos, pero lo que sí ha hecho es dejar lluvia y aunque por fortuna no es la cantidad que se calculó que dejaría, ha infligido el daño suficiente para afectar a casi todo el país.

Septiembre ya venía de ser terrible, sobre todo para la zona norte. Casi 25 días de lluvias constantes en las cuencas de los ríos, principalmente la del Ulúa, hizo que los bordos no soportaran, provocando nuevamente inundaciones, daños a plantaciones de banano, palma, caña y granos básicos y cientos de familias afectadas.

Con la vulnerabilidad a flor de piel y con apenas una semana y media de tregua llegó lo que nos alcanzó de Julia, un huracán que afectó al país ya degradado en tormenta tropical.

Con bebés en brazos y otros niños pequeños fueron evacuadas ayer varias familias de los bajos de Choloma; muchos no lograron salir a tiempo y los sorprendió la crecida del caudaloso río que ayer bajó su caudal.

Y aunque ahora se esfumó, sus remanentes pueden seguir ocasionado daños, mucho más de los que ya dejó en Honduras, Nicaragua, El Salvador, Guatemala, Panamá y Venezuela.

El domingo 9 de octubre fue crítico en la cuenca del río Chamelecón. Aguas arriba del valle de Sula su potente caudal era amenazante. En su trayecto por Copán y Santa Bárbara su tamaño causaba miedo y también dejaba afectados.

Abajo, en la parte plana, el río estuvo a centímetros de desbordarse, pero se apiadó de La Lima y bajó su caudal. Y aunque causó filtraciones, la calma volvió.

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Ahora la amenaza se centra en el Ulúa y se expande a otras regiones del país donde los caudales de muchos ríos también se fueron arriba.

Los reportes dan constancia de daños en Colón, Ocotepeque, Valle, Choluteca, La Paz, El Paraíso y hasta en la capital donde ya todos miran con resquemor el poderoso río Choluteca y varios de sus tributantes como el Apacilagua.

En el último boletín que resume los daños emitido ayer a las 6:00 pm, la Comisión Permanente de Contingencias (Copeco) daba cuenta de la situación nacional tras el paso de Julia.

El saldo más triste es el de fallecidos. En total son seis localizados así: tres en La Mosquitia luego que una lancha naufragara en Brus Laguna. Las víctimas son Osiris Chirinos (23 años), su hija Lohana, de 3 años, y Ovilso Correa, de 25.

En Quimistán, Santa Bárbara, se reportó el deceso de José Luis Amaya (37). Su hijo Rubén Amaya, de 12 años, que iba con él, está desaparecido al ser arrastrado por una corriente.

Una quinta fallecida respondía al nombre de Nexi Maribel Dubón (22), que fue arrastrada por las corrientes del río Bijao en Choloma, Cortés.

En tanto, se halló una sexta víctima identificada como Rafael Umanzor, quien cayó a las aguas del río Chameleconcito en Puerto Cortés, se presume que en estado de ebriedad.

Además, hay más de 17,153 personas evacuadas y refugiadas en más de 1,337 albergues habilitados en Cortés, Santa Bárbara, Choluteca, Valle y El Paraíso, confirmó Edwin Aguilera, gerente de afectaciones de Copeco.

En cuanto a infraestructura vial hay 33 tramos carreteros dañados y 10 vados destruidos por ríos y quebradas.Támbién hay 211 viviendas dañadas y tres destruidas.

Kevin Rodríguez, director ejecutivo de la Cámara de Comercio e Industrias de Cortés (CCIC), señala que los daños causados por los efectos indirectos de Julia vienen a dar el golpe de gracia a sectores, como el bananero, que intentaban reponerse de las lluvias e inundaciones de septiembre.

“En Eta y Iota tuvieron gran cantidad de daños. En 2022 solo cinco fincas bananeras, de las 22 que había antes se reactivaron. Invirtieron unos 80 millones de lempiras y con estas inundaciones de septiembre tenían casi pérdidas totales. Ahora con las inundaciones de Julia, ya prácticamente es difícil que puedan sostenerse”, lamentó Rodríguez.

Señala que no solo quedan con la deuda, sino dejan de ser objeto de crédito o de incluso refinanciamiento.

“Estamos pidiéndole una reunión a la Comisión Nacional de Bancos y Seguros porque ellos aprobaron unas medidas de alivio hace poco. Tal vez se pueda con la banca, ya sea que les alarguen el plazo, o que les den algún plazo de amnistía o que no les cobren cargos, muy similar a lo que se dio durante la pandemia porque no es que las empresas quieren pagar, se inundaron y perdieron la cosecha”, expuso.

Rodríguez señaló que apenas estaban finalizando las estimaciones de los daños de las lluvias de septiembre cuando se les vinieron las de Julia.

“Solo en septiembre estimamos 800 millones de lempiras en pérdidas. Para ese periodo solo en el sector banano, las pérdidas aproximadas eran de unos 480 millones de lempiras, las estimaciones de hoy -ayer- que nos estaban dando los productores de banano es de L800 millones. Calculando creemos que las perdidas totales del agro rondarían más de 1,000 millones en pérdidas, pero falta que sumar todos los demás sectores que todavía no nos han dado datos”, afirmó.

Para el dirigente empresarial, hay que mantenerse atentos a los 35 días de lluvias que todavía faltan.Cree que a corto plazo urge mejorar el monitoreo de los ríos, ubicar más y tecnificar las estaciones de medición de los ríos.

Para 2023 es prioridad urgente la reparación de bordos, dragado de los ríos y a mediano plazo, arrancar con la represa El Tablón con la idea de hacerla rompepicos para contener las crecidas repentinas, ya que para generación no es rentable.

Esta se haría en un periodo de cuatro años. A largo plazo, se debe construir las represas Los Llanitos y Jicatuyo, que tendrían funciones similares a El Cajón.

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