Hondureños pagaron L82,000 por falsas visas de trabajo

De 200 estafados, 124 denunciaron a la empresa en 2016, pero solo 20 llegaron a juicio porque el proceso en los juzgados lleva siete años y desistieron por falta de recursos económicos.

Los hondureños creyeron que pronto trabajarían en plantaciones, pues los estafadores hasta contratos con salarios y horarios los hicieron firmar.

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Estafa

SAN PEDRO SULA

Más de cien hondureños que tenían la esperanza de irse a trabajar a Estados Unidos con una visa de trabajo fueron estafados por una empresa que les ofreció colocarlos en plantaciones agrícolas, cobrándoles a cada uno 82,000 lempiras (más de 3,000 dólares).Así lo conoció LA PRENSA Premium tras acceder a expedientes y varios testimonios referentes al caso.

El calvario de esos compatriotas que fueron estafados data de 2014, cuando una empresa legalmente constituida, denominada Iteca, llegó hasta zonas de La Esperanza, Intibucá; Siguatepeque, Comayagua; y Puerto Cortés, Cortés, a ofrecer los servicios.

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Según conoció este medio, en el parque de La Esperanza, Intibucá, empleados de la empresa ofrecían los trabajos a campesinos y después de varios días reclutaban grupos, a quienes les pedían 3,500 dólares a cambio de los trámites.

Lo mismo hacían en otras ciudades, al punto que llegaron a tener 200 aplicantes, entre ellos muchos jóvenes que tenían la esperanza de irse a laborar en el exterior.

Las personas pagaban 82,000 lempiras en las oficinas de la empresa, ubicada en la colonia Stibys, pero tras el pago el presidente de la empresa les extendía un recibo por 10 mil lempiras.

Veinte de las víctimas de la estafa terminaron el proceso declarando en los juzgados, pero 14 dieron un perdón expreso a los acusados, pues les devolvieron 20 mil lempiras, pero seis quieren que se haga justicia por todo lo que han vivido en los siete años del proceso legal.

Cuando los estafados preguntaban, él les respondía que era para no tener problemas en la embajada de Estados Unidos y que si no estaban de acuerdo que se retiraran.

Tras el desembolso, los sujetos comenzaban una supuesta preparación, lo que volvía muy creíble el proceso, pues ofrecían capacitaciones y entrenamientos físicos para ir preparados para trabajar en plantaciones de tomate y fresa en Estados Unidos. Además, llenaban un supuesto contrato con una empresa estadounidense.

Todo estaba muy detallado: el pago de horas, así como el tiempo de la jornadas de trabajo, alojamiento y alimentación, indican los reportes conocidos por LA PRENSA Premium.

La esperanza que generó fue alta, al punto que muchos campesinos de Intibucá vendieron algunas tierras en desuso y otros las hipotecaron para poderle pagar a la empresa.

Luego del pago, los hondureños recibían charlas y participaban en talleres donde miraban videos de las formas de cultivar tomates y fresas en plantaciones de Estados Unidos, supuestamente para que fueran preparados.Y el proceso no se quedaba en esas capacitaciones, sino que hacían pruebas físicas, para lo que hasta habían contratado a un militar, según el relato de un afectado de Puerto Cortés.

El hombre de porte grueso y carácter fuerte ponía a los hondureños a hacer una variedad de ejercicios y recomendaba seguir la preparación por cuenta propia.

Aunque las jornadas de capacitación no eran constantes, los interesados de otras ciudades tuvieron que visitar San Pedro Sula a veces una vez por semana durante tres meses.

Cuando pasaron los tres meses y tras sentir que la inversión todavía no era recompensada, los ciudadanos comenzaban a preguntarle a los encargados sobre el viaje, pero ellos siempre evadían sus preguntas o les indicaban que ya estaba cerca de que las visas estuvieran aprobadas.

Algunos esperaron hasta seis meses, pero -desesperados por no tener trabajo y las deudas que habían adquirido- decidieron comprar las respectivas citas para ir a la embajada estadounidense en Tegucigalpa.

Los afectados hasta contrataron un bus.Tras llegar a la sede diplomática se dieron cuenta que habían sido estafados por Iteca, pues no había ninguna empresa registrada como contratista ni tenían alguna autorización legal para hacer ese tipo de reclutamiento.

El delito de estafa es de instancia particular y permite la conciliación.

La desesperación por haber perdido su dinero y no tener un trabajo llevó a 124 hondureños a recurrir a la Fiscalía Especial de Protección al Consumidor y Adulto Mayor.

La denuncia colectiva fue interpuesta el 10 de mayo de 2016.Los fiscales comenzaron con las investigaciones en contra del presidente la empresa Iteca, Jaime Alberto Medina Santos.

Las indagaciones también abarcaron a Pedro Francisco Sánchez Lino y Jairo Antonio Lino, porque los afectados les depositaron dinero en sus cuentas y eran los reclutadores que iban a los pueblos a ofrecer las visas.

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Cabe apuntar que cuando la Unidad Transnacional de Investigación Criminal (Utic) inspeccionó la casa donde la empresa Iteca impartía las capacitaciones, ya estaba deshabitada.

Los investigadores y fiscales reunieron las declaraciones de los afectados, los recibos por 10 mil lempiras, así como la copia de la escritura pública de la empresa Iteca y procedieron con la acusación por estafa agravada continuada en contra del gerente y los otros dos empleados.

La justicia ha sido lenta en este caso para el grupo de afectados, pues aunque lograron que el Juzgado de lo Penal decretara el auto de formal procesamiento en contra de los acusados, los mantuvieron en libertad.

Además, en 2020, cuando se suponía que el caso iba a juicio oral y público, el proceso se estancó por la pandemia de covid-19.Muchos de los afectados se fueron del país y otros que vivían en montañas o zonas alejadas, así que dejaron de llegar al juzgado.

Sin embargo, en noviembre por fin el juicio se desarrolló, solo 20 víctimas terminaron llegando a declarar y 14 otorgaron el perdón expreso con el imputado porque llegó a un acuerdo de pago.

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Aunque seis de los afectados arreglaron con el imputado y le recibieron 20,000 lempiras, decidieron seguir el juicio.Los jueces deberán dar un fallo absolutorio o condenatorio el 27 de enero de 2023 por el delito de estafa agravada continuada.

Pese a ello, unas cien víctimas perdieron su dinero y no terminaron el proceso legal en contra de los tres acusados, que para librarse de la responsabilidad decidieron pagarle a algunos estafados solo 20 mil lempiras.

Este caso se suma a otro similar por el que la Fiscalía de Protección al Consumidor logró la condena de un padre y su hija que estafaron a 41 personas ofreciéndoles visas de trabajo en el exterior.

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