Casas pierden hasta el 70% de su valor por inundaciones

Las familias, además de perder bienes en noviembre de 2020, no pueden vender las viviendas en las zonas inundables para comprar en un lugar seguro.
En la colonia Céleo González aún hay viviendas en la ruina. Están tal como las dejó Eta y Iota. Las lluvias del domingo y lunes han formado lagunas en las calles.

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SAN PEDRO SULA.

Los terrenos y propiedades situados en las zonas bajas de San Pedro Sula perdieron hasta un 70% de valor en el último año luego de las inundaciones causadas por los huracanes Eta y Iota.

Esa aparatosa caída del valor la registran las viviendas ubicadas en la parte baja de Chamelecón, Céleo González, Rivera Hernández de San Pedro Sula, también en la Planeta (jurisdicción de La Lima) y el sector inundable de Choloma.

Ese porcentaje de desvalorización recae en los inmuebles que han sido restaurados o reconstruidos por los propietarios, quienes después de varios meses de alquiler volvieron a habitarlos. Mientras las casas que continúan en la ruina, tal como quedaron después del siniestro, no son objeto de compra.

“Aquí las casas perdieron todo el valor. Aunque sean buenas, nadie las quiere comprar por miedo a una nueva inundación. Algunos dueños hasta ahorita están haciendo reparaciones para que no se arruinen más”, explicó Exequías Lanza, cuando pintaba la pared exterior de una vivienda en la Céleo González.

En noviembre de 2020, cuando Eta y Iota azotaron al país, cientos de personas salieron huyendo de esta populosa colonia y cientos, igualmente, se quedaron creyendo que los ríos no se desbordarían, pero en cuestión de horas el agua llegó y los obligó a escalar las paredes y subir a los techos para salvaguardar las vidas.

Lanza, quien es de Santa Bárbara y visita periódicamente esa colonia “por cuestiones de trabajo”, cree que mientras “se sigan dando inundaciones las casas no lograrán recuperar sus precios y tendrán que permanecer vacías”.

“Repararon los bordos, pero la gente que vive aquí tiene miedo, ahorita, con estas lluvias, ya hay calles y terrenos de las viviendas con grandes lagunas. No creo que gente que vive en otros lugares tenga interés en comprar aquí”, dijo.

Abandono

En esta colonia aún hay viviendas abandonadas, incluso, hasta con electrodomésticos con el lodo de hace un año.Los dueños no quieren invertir en reparaciones por la incertidumbre y el temor que prevalece por no haber concluido la temporada de huracanes y tormentas tropicales.

Una parte de las familias afectadas repararon las viviendas y regresaron después de pagar alquiler varios meses en otras partes de San Pedro Sula.

Los propietarios o los inquilinos que las habitaron ahora se encuentran en otra parte de San Pedro Sula.

El año pasado, Javier Rivera y su familia lograron salir de la vivienda cuando la inundación solo de “las aguas lluvias” había alcanzando unos 30 centímetros de altura.

Desde ese momento vivieron unos cuatro meses en una casa que alquilaron en Bosques de Jucutuma. Hoy quieren celebrar la Navidad y Año nuevo donde siempre ha sido su hogar.

“Pero para volver a vivir aquí hemos tenido que invertir dinero en limpieza y reparaciones. La inundación, que llegó hasta el techo, dañó las paredes, tuvimos que resanarlas.También pintar y reparar la tubería del interior de la casa. Los que regresamos hemos tenido que gastar, pero no podemos vender la casa por el precio que nosotros pedimos”, dijo.

“Muchas viviendas han perdido un 50% del valor y hasta un 70%, aunque ya repararon los bordos”, manifestó.

Decenas de casas siguen abandonadas; los propietarios no quieren invertir porque tienen miedo a otra inundación pese a que los bordos están reparados.

En la cuadra donde él vive hay por lo menos tres casas vacías. La dueña de la vivienda que está al lado y quien vivía en Estados Unidos, según Rivera, falleció de un paro cardíaco “cuando le dieron la mala noticia que todo esto estaba inundado”.

Empresa Energía Honduras

Rivera y otros vecinos consultados por periodistas de Diario LA PRENSA, dijeron ayer tener miedo por las lluvias que han caído sobre San Pedro Sula entre domingo y lunes y lamentaron que “las autoridades no les dieran ningún tipo de apoyo económico”.

“Nosotros perdimos todos los enseres, los muebles y todas las cosas de la casa. Tuvimos que salir a alquilar teniendo problemas que ya nos había dejado la pandemia.La Empresa Energía Honduras es tan bárbara que hasta nos cobró promediado la energía que no consumimos porque no vivíamos aquí. Y no vinieron a leer el medidor porque permaneció cubierto de lodo varios meses”, dijo Rivera.

La situación de esta colonia, ubicado cerca de la Planeta, es similar a la de otras zonas de la ciudad, como en Nuevo Chamelecón, donde el río anegó toda la comunidad y sus aguas destruyeron viviendas que, después de un año del siniestro, aún se encuentran en la ruina; los propietarios no tienen dinero para rehabilitarlas.

“Los precios de las casas se vinieron abajo en toda esta zona. Las personas no quieren vivir aquí. Yo estoy reconstruyendo despacio los cuartos que teníamos y que le alquilábamos a la gente.Esperamos que los tiempos mejoren y que no haya otra inundación. Esta propiedad es lo que tengo y no la tengo en venta”, expresó Óscar Hernández.

Hernández, al igual que otros ciudadanos que quedaron damnificados, lamenta que “las autoridades no les hayan dado un cinco para ayudar a las familias afectadas para recuperarse”.

“La inundación nos destruyó los apartamentos, el café internet. Perdimos todo lo que teníamos. A nosotros quien nos ayudó fue la iglesia Luz del Mundo a la cual asistimos.El líder internacional de la iglesia nos dio electrodomésticos y nos dio alojamiento en la iglesia. Nosotros no hemos recibido ayuda económica de nadie para reparar las casas”, dijo.

En estos días, Hernández, con el dinero que reunió en un año, mantiene trabajando a un albañil en la reparación de tres de varios cuartos.

Préstamo

Eta y Iota golpearon económicamente a empresarios que se lanzaron en los cinco años previos a las tormentas a la construcción de vivienda social en zonas que (suponían) habían quedado protegidas desde 2005 con el Canal Maya.

Leonardo Villegas, vicepresidente de la Asociación de Urbanizaciones y Promotoras de Viviendas de Honduras (Asuprovih), con un préstamo bancario invirtió 90 millones de lempiras en la construcción de La Frontera, una colonia de 290 viviendas.

“Los desarrolladores perdimos mucho dinero y no hay ayuda de nadie. Además de perder parte de la inversión, quedamos como no aptos, la banca nos satanizó. Para recuperar algo de dinero y poder pagarle al banco, vendemos los lotes que costaban L200,000 en solamente L95,000. Las casas las vendemos a las personas que corren el riesgo por su cuenta”, indicó.

Villegas, quien hasta hace tres meses logró despejar las calles para que transiten las personas que habían comprado en La Frontera, señaló que la Empresa Energía Honduras comete “groserías y sinvergüenzadas al cobrar energía desde noviembre del año pasado sin haber sido consumida”.