Sólo falta voluntad política para terminar centro penal de La Acequia
Desde 2020, la obra está abandonada. La última inversión que le hicieron fue de 130 millones de lempiras y le quedaron debiendo a la constructora. Actualmente, el Gobierno busca habilitar el centro penitenciario.
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SAN PEDRO SULA
Aunque siempre se recomendó construir otra cárcel y no continuar los trabajos en el predio destinado para el Centro Penitenciario de La Acequia, en Naco, Santa Bárbara, la constructora a cargo de la mayor parte de la obra sostiene que están todos los planos hechos, solo falta voluntad política para terminarla.
El presidio, a unos cinco minutos de la carretera CA-4, en Naco, Santa Bárbara, occidente de Honduras, tiene 17 años de abandono y actualmente se halla casi en ruinas.
Debido a las denuncias de hacinamiento en centro penales, sumado a los amotinamientos y hasta masacres, varios Gobiernos han intentado habilitarla; pero han fracasado.
Según los registros oficiales, la construcción del Centro Penitenciario de La Acequia inició bajo la responsabilidad de una comisión interinstitucional, después pasó bajo el mundo de la Fundación Pro Construcción del Centro Penal.Sin embargo, la construcción seguía un diseño inadecuado, ya que no contaba con la normas internacionales de infraestructura de centro penales ni de derechos humanos.
Ese diseño original incluía contenedores para la edificación, pero al final no sirvieron porque la temperatura dentro de los mismos alcanzaba los 48 grados.
Además de que el diseño era deficiente, tampoco había planos que cumplieran las especificaciones, incluso organismos de derechos humanos no estuvieron de acuerdo con la edificación de esa forma.
De forma sorpresiva, el proyecto pasó en 2016 a manos del Instituto Nacional Penitenciario (INP) y la fundación quedó relegada. Actualmente, el gobierno de la presidenta Xiomara Castro, a raíz de los tiroteos y reyertas en los centros penales de Honduras volvió a retomar la construcción de la cárcel de La Acequia, por lo que el fin de semana visitó el recinto abandonado junto con la viceministra de Seguridad, Julissa Villanueva, quien lidera la intervención del sistema penitenciario.
En 2017, la empresa Evaluación, Desarrollo y Gestión de Proyectos (Edge) comenzó la reconstrucción en La Acequia.
Luis Fernando Laínez, director ejecutivo de Edge, relató que en ese año se hizo un primer pago de 130 millones de lempiras, provenientes de la Tasa de Seguridad. Este monto sirvió para lograr un avance del 12% de la construcción (hasta ese porcentaje se logró progresar).
Indicó que la construcción está dividida en varias etapas, incluyendo el equipamiento, área administrativa, cuartos de custodios. La idea era entregar con llave en mano el proyecto, diseñado para albergar a 1,300 reos.
Recalcó que la empresa Edge hizo un estudio de cómo se podía mejorar la cárcel por las deficiencias que tenía y se trabajó en un diseño y presupuesto.
“Se comenzó la construcción de la cárcel en La Acequia, solo hicieron un pago y dos años se estuvo trabajando sin que hicieran los pagos, y en 2020 dijeron que no había dinero”, apuntó.
Recalcó que el total de la obra tenía un valor de 1,040 millones de lempiras, pero solo hicieron un desembolso de 130 millones.Laínez indicó que no recurrieron a demandas, sino que hicieron un finiquito en el que hubo auditorías forenses e inspecciones.
En ese sentido, tuvieron que retirarse de la construcción por el incumplimiento del contrato por parte del Estado de Honduras.
Cuando la extinta Fuerza de Seguridad Interinstitucional Nacional (Fusina) toma el control del sistema penitenciario y comienza la administración de los centros penales vuelven a llamar a la compañía Edge, con experiencia en construcción de cárceles.
Estuvieron un año y medio en proceso de planificación. Mientras que por parte de los militares se designaron arquitectos e ingenieros para involucrarse en la recuperación de la obra.
En ese momento, la compañía constructora expresó que “les dijimos claramente que la inversión era enorme y que con lo que se iba a gastar se podía construir una cárcel con costos de operación menores”, expresó Laínez.
A criterio de Edge, que estuvo a cargo de la construcción de la cárcel de Ilama, Santa Bárbara, conocida como El Pozo, este centro carcelario tiene una capacidad para 1,900 privados de libertad y se administra con un cuarto de la operación de La Acequia (debido a que es 4.3 más grande en diseño).
La compañía trabajó con los militares por año y medio en un proyecto de reconversión más económico para gestionar al final un total de 630 millones de lempiras.
A finales de 2021, los fondos fueron aprobados, pero se produjo el cambio de Gobierno y la cárcel volvió a quedar en el abandono.
En un informe de derechos humanos se llamó la atención al Estado de Honduras, señalando que la construcción de La Acequia estaba para 2014 y que llevaba 10 años de retraso.Llegaron en helicóptero a la zona, permanecieron 22 minutos en el lugar y anunciaron que buscarían habilitar el recinto.