Los taxilanchas, indispensables para recorrer la isla de Guanaja

Guanaja es un municipio acuático. Hasta al aeropuerto hay que ir en lancha, al igual que a todos los cayos.

Quienes no pueden comprar su propia lancha deben pagar taxi, medio de transporte vital y necesario en todo el municipio

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Movilización

GUANAJA, ISLAS DE LA BAHÍA. Ir y venir por la isla de Guanaja no es fácil ni barato. Allí todo ronda en torno a las lanchas de motor y los barcos de todos los calados.

Sin embargo, el servicio de taxi ofrecido por lancheros de las comunidades cercanas y del propio cayo Bonacca, sede administrativa de la isla de Guanaja, y una de las tres que componen a Islas de la Bahía, facilita mucho la movilización.

En Savanna, Mitch y Mangrove sí hay calles y vehículos.

En Guanaja los taxistas no solo van y vienen, también hacen el papel de guías turísticos. Nosotros tuvimos la suerte de encontrar a Ricardo Rafael Munguía, que en la isla todos conocen como Richard. Él es conductor de lanchas y ofrece el servicio de taxi. Es carismático, honrado y muy sincero.

Él le dice a los viajeros cuando no son locales que el transporte es algo costoso porque en la isla el combustible es muy caro. Allá un galón ronda los 128 lempiras, y su precio dependerá de donde se compre.

El combustible va “curado” con lubricante, porque de lo contrario se podrían dañar los motores. Dependiendo del movimiento, Richard dice que gasta de 15 a 20 galones. “

El sábado no es tan bueno. Aquí la mayoría de gente es adventista y va a la iglesia. Sale poco. Pero como este es el día que me han dado para trabajar toca salir por la necesidad”, señala.

En tramos cortos el pasaje cuesta L25 de ida y L25 de regreso, pero si es a zonas como El Pichete, a 300 metros del cayo Bonacca.

Ya si quiere ir por el lado de Mitch, lugar que se llama así luego del paso del huracán que prácticamente dejó arrasado el lugar, los precios varían y van arriba de los L250.

En Guanaja todo es por agua. Quienes no pueden comprar su propia lancha deben pagar taxilancha.

Si alguien quiere ir a La Giralda, Sandy Bay, Mi Casa Too o a comer pizza artesanal donde los alemanes ahí le tocará desembolsar al menos L150 o un poco más.

Él hace una labor educativa porque algunos lancheros se aprovechan del desconocimiento de los visitantes. Ya si quiere ir más lejos, por ejemplo, a la playa de El Soldado, una de las bellezas de Guanaja, el precio le puede costar hasta L800 o L1,000.

“Desde la pandemia solo trabajamos dos veces por semana. A mí me toca los miércoles y sábados y el domingo podemos trabajar todos porque siempre hay necesidades en casa”, expone.

En Guanaja hay al menos 30 lancheros activos. Para poder operar deben tramitar un permiso en la alcaldía. Si el día va bien, las ganancias andan por los L1,000 dejando a un lado lo que se gaste de combustible.

“A veces hacemos más. Ojalá vinieran más turistas para que haya movimiento en la isla”, clamó.

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