“Para los gobiernos, Honduras llega hasta Santa Rosa de Copán”

La población de Ocotepeque espera que, finalmente, las autoridades respondan a sus necesidades y los apoyen con la reconstrucción de centros educativos.
El centro de educación básica José Trinidad Reyes, en Gualtaya, Sensenti, urge de mobiliario, libros y reconstrucción de diferentes áreas, situación que se repite en varios centros. Fotos: Melvin Cubas.

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SENSENTI, OCOTEPEQUE

Los pobladores de Ocotepeque dicen que para las autoridades “Honduras llega hasta Santa Rosa de Copán”, debido a que el departamento ha quedado rezagado.“

Tenemos mucha fe y esperanza en el nuevo Gobierno, en que los programas sociales y de infraestructura van a llegar a este departamento que tanto le da a Honduras en educación, donde estamos calificados como el número uno”, refirió Kevin Amed Perdomo, director de la Departamental de Educación de Ocotepeque.

Con más de 170,000 habitantes, el 70% de ellos vive bajo la línea de la pobreza con menos de un dólar (24.66 lempiras) al día, según un informe del Instituto Nacional de Estadísticas (INE ).

De referencia, en la cabecera municipal, el nivel de alfabetismo es de 82% y el 65% de la población tiene acceso a servicios de educación primaria; pero a nivel secundaria, el acceso disminuye debido a la distancia que se encuentran los centros educativos, a lo que se suman problemas económicos, según expone Plan de desarrollo municipal con enfoque de ordenamiento territorial y adaptación al cambio climático.

Las condiciones de la mayor parte de los centros educativos son un reflejo de la situación de abandono histórico que vive Ocotepeque.

Suelos resquebrajados, techos podridos, mobiliario destruido por el uso de años, sanitarios en mal estado y muros perimetrales por caerse; las necesidades de las escuelas son múltiples.

En la aldea San Antonio, en Sensenti, dedicada principalmente al cultivo de granos básicos, café, yuca y plátano, la población insta a las autoridades por pupitres nuevos, merienda escolar y rehabilitación del CEB Cristóbal Colón.

“La mera verdad es que los pupitres están muy deteriorados y no ajustan para todos los niños. De repente, cuando hacen eventos, solo hay 50 sillas y se necesitan más. Hace añales que no entra acá un juego de pupitres”, dijo Gustavo Santamaría, poblador de la aldea San Antonio.

A la falta de presupuesto para la reconstrucción de la infraestructura escolar se sumaron los daños provocados por las tormentas Eta y Iota, los cuales también alcanzaron puntos de Ocotepeque.

“En cuanto a infraestructura estamos bastante mal. Somos testigos de que las autoridades pasadas se comprometieron a construirnos un aula y que los materiales didácticos vendrían, pero nunca vinieron”, dijo Enrique Gómez, presidente de la asociación de padres de familia del CEB José Trinidad Reyes, de la aldea Gualtaya, Sensenti.

De los 540 centros educativos del departamento, 147 no tienen energía eléctrica, según datos de la Secretaría de Educación. Como ocurre en el resto del país, el acceso a Internet, computadoras y celulares es una de las limitantes.

“De repente al niño le tocaba ir donde el amigo a que le compartiera wifi o datos móviles para recibir clases virtuales. Ya el año pasado la situación se enderezó, porque comenzaron las clases semipresenciales, lo cual vino de un gran esfuerzo de los maestros de la aldea”, aseguró Gómez.

La pobreza que azota las comunidades ha sido la principal causal por la cual los menores desertan, por lo que docentes y padres de familia exhortan a las autoridades para que promuevan becas estudiantiles, al tiempo que desarrollen carreras técnicas que permitan a los jóvenes tener un oficio para ingresar al mercado laboral.

“Supe de una familia de La Labor que estaban por matricular a su hija y estaban con miedito de que si les cobraban la matrícula y les pedían una computadora iba a regresarse a su casa. La matrícula es gratis, pero de la computadora, la gente tiene la voluntad de querer estudiar, pero es imposible hacerse de una para sus hijos”, dijo Gómez.

Para el retorno gradual a las aulas presencial, los padres de familia y docentes esperan que las autoridades sigan impulsando la merienda escolar e incluyan el vaso de leche fortificada como en años anteriores.

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