Diez horas en lancha y 267 días en una casa: la tragedia de los 13 de Las Marías
Las 13 personas permanecieron hasta la mañana de ayer en Tela, pero luego fueron trasladadas a San Pedro Sula para ser evaluadas por Medicina Forense.
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¿Cómo 13 personas lograron regresar a sus hogares después de 267 días en cautiverio? Las autoridades de Seguridad no responden esa interrogante, pero uno de los secuestrados contó en exclusiva a LA PRENSA que él cree que los tuvieron en Guatemala, siempre custodiados con hombres armados y con capucha.
Trece vecinos de la aldea Crique Las Marías, en Tela, Atlántida, permanecieron raptados nueve meses por una estructura supuestamente ligada al narcotráfico.
Se trata de Omar Escobar, Vanessa Hernández, Carlos Martínez, Miguel Molina, Eduardo Molina, Isaías Guzmán, Lucio Corea, Greysi Hernández, Mirian Hernández, Damaris Bardales, Alberto Bardales, Elvin Hernández y un joven no identificado.
El martes los dejaron en una playa en Tela. Pese a todo mal pronóstico, ahora celebran que regresaron sanos y salvos a casa con sus familias.
Diario La Prensa compartió ayer miércoles con el grupo de personas, conformado por cuatro mujeres y nueve hombres, que en ese momento decían solo querer estar en sus casas y con sus familias, con quienes ya habían hablado por teléfono.
Aguardaban en una estación policial en Tela la llegada de la Agencia Técnica de Investigación Criminal, cuyos agentes los trasladarían a San Pedro Sula para una evaluación forense. Aunque no todos quisieron dar declaraciones, uno de ellos compartió lo que durante casi nueve meses les tocó vivir.
El joven de tez trigueña y un poco tímido empezó contando que el 17 de junio de 2024 estaban en sus casas cuando hombres armados llegaron a la comunidad Crique Las Marías y se los llevaron en vehículos. Luego de vendarles los ojos y llevarlos a otro sector, los subieron en tres lanchas, en las que se movilizaron por unas 10 horas.
Familiares vivieron días de angustia por no saber de sus seres queridos. Ahora los abrazan felices.
“Solo sé que llegamos en la noche y nos metieron en el cuarto de una casa. La verdad es que nunca nos trataron mal, siempre nos dieron comida”, dijo el joven, quien agregó que cree que los llevaron a Guatemala por el acento de quienes los cuidaban.
Aseguró que sus captores estaban armados, con capuchas en la cara, y que en ocasiones los sacaban al patio de la casa, que tenía un muro alto.
Nunca perdieron la fe. Por momentos algunos perdían la esperanza, pero juntos sobrellevaban las penas. “Hubo momentos que llorábamos pensando que no volveríamos, pero entre todos nos animábamos. Orábamos juntos y le pedíamos a Dios que nos permitiera volver a casa. Siempre confiamos en que Dios nos permitiría volver y abrazar a nuestras familias”, recordó con su voz entrecortada.
Dijo desconocer por qué los tuvieron en cautiverio, ya que son personas que no andan en malos pasos. Hasta ayer, las autoridades no dieron detalles sobre la liberación de las personas ni de sus captores.
Los 13 vecinos de Las Marías en ocasiones perdían la noción del tiempo. “Llevábamos la cuenta del encierro con la fe de que llegara el día que seríamos liberados. Cuando llegó esa noche, nos dijeron que alistáramos las cosas y nos vendaron los ojos y nos llevaron a las lanchas de nuevo y, tras unas diez horas, nos tiraron a la arena. Nos dijeron que no volteáramos a ver.
Cuando ya no escuchamos las lanchas nos quitamos las vendas y solo dimos gracias a Dios y buscamos ayuda, unas personas llegaron y llamaron a la Policía, que nos llevó a la estación para atendernos. Ahí supimos que estábamos en Tela”.
Lo primero que hará el joven al regresar a su aldea es “abrazar a mi esposa y dos hijos, quienes pensaron que nunca más me verían”. Las 13 personas lograron el martes hablar con sus familiares.
Algunos se desplazaron desde Crique Las Marías para verlos. Uno de ellos fue Wilmer Escobar, padre de uno de los raptados.
“Estamos muy contentos, ya que después de casi nueve meses de sufrimiento, dolor, desesperación y cuando tal vez quisimos perder la fe, recibimos la mejor noticia, que fue encontrar a mi hijo y los demás vecinos con vida. Siempre supimos que Dios estaba con nosotros”.
La Policía dice que la desaparición de las 13 personas se dio por una disputa entre dos bandas dedicadas al narcotráfico.
Vicente Palma, familiar de cinco de las víctimas, dijo: “Dios los guardó, ya los abrazamos y les dimos nuestro amor. La aldea los espera con ansias y celebra con nosotros el retorno de ellos”.
La Agencia Técnica de Investigación Criminal desplazó ayer a San Pedro Sula a los 13 vecinos liberados el martes.
Se informó que después del proceso serían entregados a sus familias para su posterior traslado a sus casas.