La “nueva” CA-4 vale más de L1,100 millones y no incluye señalización ni iluminación

De momento, tres empresas ya trabajan de Naco a La Entrada, donde repavimentarán con “whitetopping” la doble vía

El tramo de SPS a Naco se está planeando al otro lado del río.

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CA-4

Si usted es de los que ha sufrido la pesadilla de transitar por una carretera a occidente repleta de baches, oscura y con escasa señalización, seguro es de los que se alegró por ver las cuadrillas trabajando en la nueva y repavimentada CA-4.

Todo apunta a que ahora sí se acabará el calvario vial, o al menos eso pasará en 79.10 kilómetros que hay en el tramo Naco-La Entrada (Nueva Arcadia, Copán), luego de que hace unas cuatro semanas comenzaran los primeros trabajos por parte de tres compañías que ganaron la nueva licitación para ejecutar, a más tardar en un periodo de 15 meses, las obras, conforme lo estipulan los contratos.

Las tres ganadoras de la licitación realizada en 2022 fueron Eterna, que remozará el tramo uno; Profesionales de la Construcción (Prodecón), con el subtramo dos, y William & Molina con el tres.

En conjunto, esos 79 kilómetros le costarán al Estado 1,181 millones de lempiras, divididos así: subtramo a un costo de L422.1 millones, el subtramo dos a L344.0 millones y el subtramo tres, valorado en L415.6 millones.

Entre la comunidad de Callejones, en el municipio de Nueva Arcadia, o mejor conocido como La Entrada, a Copán hasta la frontera departamental con Ocotepeque se deben recorrer 95.15 kilómetros de carretera.

Las obras incluyen, además de la repavimentación con concreto hidráulico, usando la técnica de “whitetopping” -similar a lo que se hizo con la primera calle y la avenida Junior-, al menos nueve componentes más, pero en ninguno de ellos se mencionan dos que son vitales para la seguridad vial de miles de personas: la iluminación y señalización (solo incluye pintado de puentes).

El “whitetopping” consiste en colocar encima del pavimento existente una sobrecarpeta o losa de concreto hidráulico, aumentando con ello la duración de la estructura.

Conforme a los contratos, se verterán en la doble vía 183,821 metros cúbicos de concreto bajo estas especificaciones: MR 653 psi (libras por pulgada cuadrada), con un espesor de 22 centímetros.

LA PRENSA Premium intentó contactarse con autoridades de la SIT para conocer sobre quién recaerá la señalización de la vía y a qué costo, pero no fue posible, ni a través de relaciones públicas ni llamando directamente al ministro Mauricio Ramos.

¿Y los otros tramos?

El inicio de la CA-4; es decir, de la colonia Lempira, en Chamelecón, a Green Valley, Naco (18 kilómetros), es la que más retos representa para los ingenieros. Esa parte de la carretera, aparte de ser la más poblada y con un tráfico intenso y constante, tiene cerca al río Chamelecón y a El Merendón. Librarlo, al parecer, no es posible.

El tramo de Santa Rosa a La Entrada fue repavimentado también con “whitetopping” hace unos años.

Al menos eso confirmó Mauricio Ramos, ministro de la Secretaría de Infraestructura y Transporte el pasado 26 de mayo a LA PRENSA, cuando anunció que Finanzas ya aprobó 80 millones de dólares (unos L2,000 millones más) para la nueva carretera que se tendría que construir al otro lado del río; es decir, en la parte que ya corresponde a Villanueva, lo que implica erigir otros dos puentes sobre el río Chamelecón.

Uno de los posibles trayectos contemplados y en análisis mide 24 kilómetros y es el que une a la aldea de El Marañón (Villanueva) y el sector Búfalo con Rancho Manacal en Cofradía.

Ahí ya existe una carretera que va cuesta arriba por la montaña y es de terracería.

“Es imposible pensar en construir cuatro carriles desde Chamelecón a Naco por la actual ruta, nuestra propuesta, que está en proceso de diseño, es buscar una alternativa para el libramiento, que es al otro lado del río”, señaló entonces Ramos. No se puso fecha de inicio para esta parte.

El otro trayecto pendiente es el de Santa Rosa de Copán a la frontera con El Salvador. Ese recorrido de 93 km hasta El Poy (El Salvador) se sometió a licitación recientemente.

Expectativas. Aunque Jorge Chacón no comprendía los trabajos que ejecutan las cuadrillas, que en este momento despejan los derechos de vía y cambian tuberías de drenajes, algo le decía que al fin dejará de pensar en lo peor cada vez que regresa, en la penumbra de la noche, desde la universidad.

Desde hace ocho años trabaja como motorista en una empresa repartidora de San Pedro Sula y luego se va a la universidad a terminar sus estudios en Administración.

Cada día se levanta a las 4:00 am para poder llegar a su trabajo, ya que vive en Quimistán, Santa Bárbara, pues de no ser así no llegaría puntual.

“Ya intenté vivir en San Pedro Sula, pero las rentas son muy caras y me sale mejor venirme todos los días a mi casa, gasto en combustible, pero me sale más barato que alquilar. Lo peor del viaje a esa hora es que uno viene cansado, pero debe venir atento, ya que la carretera es totalmente oscura y casi siempre ha estado llena de baches. Es agotador, pero estoy por egresar y sé que valdrá la pena”, afirmó este ciudadano de 32 años.

Para Rubén Darío Pacheco, alcalde de Quimistán, la ejecución de los trabajos de rehabilitación de la CA-4 abre un abanico de oportunidades para el municipio, que está en plena expansión.

“Nosotros estábamos esperando esto desde hace años. El comercio entre Quimistán y San Pedro Sula es el que le da vida a la actividad económica de esta zona, tanto por lo que va de aquí de producción local como lo que se trae de allá para el consumo. Y nuestra relación no solo es comercial. Nuestros jóvenes van a la universidad todos los días”, expuso.

No obstante a la bienvenida que dan a los nuevos trabajos, enfrentan un reto municipal, ya que por las obras que comenzaron toca mover de los derechos de vía a pobladores de tres comunidades.

En total son en el sector de Las Tejeras 60 familias que deben ser reubicadas, en El Ocotal 17 familias y 12 familias más de Nueva Navidad, así como otras que están dispersas a lo largo de los 44 kilómetros de la CA-4 que le corresponden a Quimistán.

Para ellos han gestionado proyectos de vivienda con Cepudo, que ha aceptado darles nuevos techos.

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