“Ese despertar fue como volver a nacer, y dije, Dios mío, de esto salgo”: Óscar Sánchez
Hoy se cumplen dos años desde que se inició el confinamiento en Honduras por la pandemia de covid-19.
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El doctor Óscar Sánchez se contagió de covid-19 atendiendo una embarazada en la sala de emergencia de Labor y Parto del hospital Mario Catarino Rivas, permaneció 11 días en la unidad de cuidados intensivos, tres de ellos intubado.
A casi dos años de su contagio y recuperación, aún tiene el recuerdo vivo de los días en que estuvo enfermo y como su madre que había muerto dos años atrás, lo visitó y le dijo “hijo luche, usted saldrá de esto”.Sánchez comenzó contando que el sistema de salud no estaba preparado para el inminente ingreso del covid-19.
La Secretaría de Salud no tenía un protocolo de cómo se atenderían los pacientes, ni siquiera se tenía equipos de protección para el personal sanitario.
Relató que la paciente ingresó con un cuadro respiratorio, pero como las pruebas para la detección del virus eran escasas y el resultado de las PCR tardaban entre tres y cuatro semanas para conocer el resultado, la mujer fue hospitalizada y diagnosticada con un cuadro de neumonía común.
“A la señora le tomábamos los signos vitales y veíamos si su bebé estaba bien, ella tenía un embarazo pre término, tosía y se quitaba la mascarilla. Yo la atendí miércoles, jueves y viernes y mi colega que también se contagió el doctor Armando Ábrego la operó el sábado y hasta el lunes la trasladaron a la sala que se tenía para pacientes covid que era la Necroteca”.
Para evitar el riesgo de contagios entre el personal médico las autoridades del Rivas decidieron hacer rotaciones. El doctor Sánchez le tocaba trabajar un jueves, pero ese día no llegó, comenzó con malestares de la enfermedad.
Sintió dolor de estómago. “Como padezco de gastritis creí que era una crisis, tomé medicamentos, nunca tuve tos, la desarrollé hasta que ya estaba hospitalizado, me dio fiebre”, contó.Fue su esposa quien notó que algo no estaba bien con él, le dijo que lo veía cansado y que fueran al hospital.
“La tarde del 28 de marzo me dio fiebre y dolor de cuerpo más fuerte al igual que el dolor de estómago, mi esposa me llevó al hospital, me hicieron exámenes y me llevaron a la sala de respiratorios, me ingresaron por precaución, porque tenía dengue grave, tenía bajas las plaquetas y el hemograma estaba alterado, al día siguiente me hicieron otros exámenes y me dijeron que era pancreatitis. El lunes en la tarde siento que me estoy ahogando, que no puedo respirar, me sentía ahogado, estaba desaturando; es ahí cuando me hacen una tomografía y me diagnostican covid, ya tenía el 50% de afectación en el pulmón”.El día siguiente, un martes, empeoró y fue ingresado a cuidados intensivos.
“Escucho que me van a intubar, yo les pedí que no lo hicieran, me sedaron, no sé que pasó. Cuando despierto no sabía dónde estaba, pregunté por mi familia, qué día era, le pregunté a la enfermera si ya se había ido mi mamá, ella ya está muerta, sentí que me fue a ver, que había estado conmigo, dígale a mi mamá que venga, mi mamá me dijo que me iba a poner bien. Cuando reflexioné dije si mi mamá está muerta, pero acá estuvo, al mi lado izquierdo con otra señora y a la derecha una imagen que no sé quien era, escuché que me dijo, hijo tranquilo, luche, usted va a salir de esto y fue ahí que agarré fuerza. Ese despertar fue como volver a nacer, me dio una fuerza increíble y dije Dios mío de esto salgo”, narró con lágrimas en sus ojos.