El poder destructivo de la 4T
Exclusivo para Suscriptores
¿Ya tiene su suscripción? Únase a nuestra comunidad de lectores.
SuscríbaseGracias por informarse con
La Prensa
Alcanzó su límite de artículos
Suscríbase y acceda a artículos, boletines, eventos y muchos más beneficios, sin límite.
SuscríbaseGracias por informarse con
La Prensa
Artículo exclusivo bajo registro
Inicie sesión o regístrese para acceder al mejor contenido periodístico.
Iniciar SesiónGracias por informarse con
La Prensa
Los primeros tres años de gobierno del presidente mexicano Andrés Manuel López Obrador se caracterizaron por destruir más que por construir: destruyó el aeropuerto de Texcoco, las Zonas Económicas Especiales en Chiapas y Oaxaca, el sistema de compra y distribución de medicinas, una cervecería en Mexicali, la inversión privada en el sector energético, el Seguro Popular y las estancias infantiles, entre otros proyectos e instituciones que existían cuando llegó al poder. La principal excusa fue que había corrupción en ellas.
Esa destrucción implicó miles de millones tirados a la basura y la ausencia de instituciones que realicen sus funciones mejor que las desbastadas. Destruyeron el sistema de compra y comercialización de medicinas porque había corrupción y en el nuevo continúa la corrupción, surge la escasez de medicinas y aumenta la opacidad. El 80.3 por ciento de los contratos de compras en 2021 del gobierno federal fueron por adjudicación directa (Fuente: CompraNet y Mexicanos Contra la Corrupción y la Impunidad).
Además de permitirle a los funcionarios manejar más recursos y concentrar el poder, la ideología marxista es fundamentalmente destructiva, propone el exterminio de lo que denomina instituciones capitalistas. En ningún país gobernado por marxistas construyeron algo mejor a lo que recibieron. Hace años leí un libro titulado El poder destructivo de la dialéctica comunista, que muestra cómo las tesis marxistas llevan a la destrucción y al enfrentamiento social.
El papa Juan Pablo II, quien vivió en la Polonia socialista, señaló lo destructivo de un gobierno basado en el marxismo: “El comunismo no debería existir, es una ideología intrínsecamente perversa, todo lo destruye y corrompe”.
Ojalá el presidente Obrador deseche el “marxismovirus” y gire hacia una economía de libre mercado, con respeto a la división de poderes y a los derechos humanos fundamentales.