Urge acceso al crédito para salvar al sector bananero
La Cooperativa Camul, con 339 hectáreas, es la única del sector independiente que está exportando banano al extranjero. Muchos productores se cambiaron a rubros como la caña para subsistir.
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Obtener un préstamo en la banca nacional para financiar el cultivo de banano en sus fincas se ha vuelto una misión casi imposible para los productores independientes de Honduras.
De acuerdo con Maynor Velásquez, gerente general de la Asociación de Productores Bananeros Nacionales (Aprobana), el sector se encuentra en “estado crítico y la falta de acceso al crédito amenaza con desaparecer la producción nacional de banano”.
Velásquez explicó que el declive de la producción independiente de banano comenzó hace unos siete años, “cuando la banca se interesó más en productos financieros como las tarjetas de crédito y poco a poco fue cerrando las puertas al sector agrícola”.
Más de 7,600 empleos se han perdido en los últimos tres años, debido al cierre de fincas y empacadoras nacionales luego de los embates de los huracanes Eta, Iota y Julia.
Sin embargo, pese al difícil panorama, algunos productores lograron subsistir, hasta que en 2020, los huracanes Eta y Iota “dieron el tiro de gracia”, inundando gran parte de las áreas productivas y arrasando con las fincas en la zona norte.
El experto indicó que estos fenómenos naturales produjeron pérdidas millonarias al sector agrícola y ocasionó que los productores independientes perdieran alrededor de 1,900 hectáreas de cultivo.
En ese sentido, expresó que esto dejó a los bananeros hondureños en “cuidados intensivos”, tocando puertas en agentes prestatarios, diversificando sus fincas y vendiendo sus tierras para sobrevivir.
La pérdida de esas 1,900 hectáreas, también ocasionó que Honduras, que alguna vez fue considerado el mayor productor de banano en la región, perdiera su competitividad en el mercado internacional.
En los primeros cinco meses de 2022 el país registró una caída de 14% en las exportaciones respecto a 2020, según el recuento del Banco Central de Honduras (BCH).
A esto se sumaron las inundaciones ocasionadas por una cuña de baja presión y el huracán Julia en el último cuatrimestre de ese mismo año.
El también productor detalló que en los últimos años la asociación ha hecho esfuerzos para rescatar al sector independiente, como gestionar préstamos con Banhprovi y Banadesa, pero no han tenido éxito.
Destacó que el año pasado, los productores costearon un viaje a Israel, donde una delegación integrada por miembros del Gobierno y representantes de diversos sectores productivos conocieron la tecnología y modelos agrícolas sostenibles que la compañía Green 2000 le ofrece a Honduras con apoyo financiero de un banco de Holanda.
No obstante, manifestó que hasta la fecha no se han visto señales claras por parte del Gobierno para apoyar este proyecto, que “cuenta con el pleno respaldo de las autoridades israelíes y que tanto necesitan los bananeros hondureños”.
Agregó que en la actualidad, las áreas productivas independientes suman 600 hectáreas, apenas un 19% del total que poseían en 2019.
Por su parte, el ingeniero Héctor Castro, presidente de la junta directiva de Aprobana, subrayó que más de 7,600 personas han perdido sus empleos debido a dicha crisis.
Lo más preocupante, según dijo, es que la mayoría de las personas afectadas se han dedicado a trabajar en fincas toda su vida y ahora el desempleo está obligando a los más jóvenes a separarse de sus familias y poner en riesgo su integridad física para migrar hacia Estados Unidos.
Ambos expertos coinciden en que para salvar la producción independiente de banano en Honduras, se requiere de mucha voluntad por política, para ejecutar obras de mitigación en el Valle de Sula y facilitar el acceso a créditos blandos.
Además, aclararon que no pretenden que “les regalen los fondos”, sino que el Gobierno sea mediador para optar a financiamiento con tasas de interés que les permitan seguir trabajando.
Honduras importó $3.1 millones en banano desde Guatemala durante 2021. De acuerdo con productores, más del 80% del banano que se comercializa en el territorio nacional proviene de dicho país.