Las maras siguen imponiendo su ley en barrios y colonias de San Pedro Sula

Hay zonas de alta conflictividad en la capital industrial en las que no operan empresas de servicios y no entran carros repartidores de alimentos y taxis.

Entre los sectores conflictivos está la colonia Cerrito Lindo del sector Rivera Hernández.

Exclusivo para Suscriptores

¿Ya tiene su suscripción? Únase a nuestra comunidad de lectores.

Suscríbase

Gracias por informarse con
La Prensa

Alcanzó su límite de artículos

Suscríbase y acceda a artículos, boletines, eventos y muchos más beneficios, sin límite.

Suscríbase

Gracias por informarse con
La Prensa

Artículo exclusivo bajo registro

Inicie sesión o regístrese para acceder al mejor contenido periodístico.

Iniciar Sesión

Gracias por informarse con
La Prensa

San Pedro Sula, Honduras

La actividad del transporte y las labores de empleados de empresas de servicios públicos y privados siguen sometidas al pago de la extorsión y a las reglas impuestas por las maras y pandillas en los barrios bajo el dominio de esas estructuras criminales.

Hay empresas que en zonas de alta peligrosidad no prestan sus servicios y tampoco entran carros repartidores y taxis.

Entre los sectores conflictivos están las colonias Kitur, Cerrito Lindo, Suyapa y Eben Ezer de los sectores de la Rivera Hernández y Chamelecón, respectivamente.

También figuran en esa lista las colonias Suazo del sector La Puerta, Lomas del Carmen y Jerusalén. En las zonas conflictivas como Chamelecón, Rivera Hernández y Lomas del Carmen que hay servicio de taxis colectivos, estos operan bajo las normas de las maras y pandillas.

Las unidades solo pueden transitar por el corredor que cubren que es dominado por una de las estructuras criminales porque si un taxi se mete a dejar pasajeros fuera de la ruta a territorios de las pandillas contrarias, corre el riesgo que priven de su libertad al conductor y lo maten.

La colonia Jerusalén de La Lima es una de las zonas con influencia de pandilleril.

Otra de las normativas impuestas por las estructuras criminales es que los taxis no tengan monitoreos electrónicos como GPS y también les prohíben instalaciones de dispositivos de cámaras de seguridad en las unidades y en los lugares donde tienen sus puntos.

“Eso los incomoda a ellos (los pandilleros) y hay que cumplirles”, manifestaron personas ligadas al rubro del transporte, quienes dijeron que lo que buscan con esas restricciones las estructuras criminales es que su accionar esté menos visible y vigilado.

Entre las prohibiciones impuestas por las organizaciones delictivas también está cero denuncias a la Policía y el pago puntual de la extorsión.

Las mismas reglas tienen que cumplir los buses que cubren los corredores de las zonas conflictivas.

Los conductores de taxis ruleteros no entran a colonias como la Suyapa y Eben Ezer del sector Chamelecón.

En la zona de la Rivera Hernández no ingresan a las colonias Villas Kitur y Cerrito Lindo. Otro de los lugares a donde no ingresan los ruleteros son las colonias Ayestas, Jerusalén y las que están arriba de los puntos de buses del sector Lomas del Carmen.

Entre los sitios calificados de alta peligrosidad por los taxistas también está la colonia Suazo del sector La Puerta. Según lo relatado por personas de ese sector, al motorista que decide entrar a los lugares conflictivos los pandilleros lo paran y le registran el carro y para darle acceso a la zona primero es interrogado.

La colonia Kitur del sector Rivera Hernández figura en los lugares en los que tienen su dominio las estructuras criminales.

Entre los problemas que enfrentan los empleados de las empresas de servicios públicos como la Enee están los asaltos constantes que sufren en los sectores de alta conflictividad.

Los servidores públicos son sometidos a registros por mareros y pandilleros para ver si no pertenecen a estructuras criminales. Les revisan los celulares para verificar si andan fotografías o cualquier otro dato que tenga que ver con pandillas.

Hay empresas de servicio de cable que han optado por no dar servicio en las zonas conflictivas. En el caso de las compañías que dan ese servicio en esos sectores, sus trabajos de instalaciones, mantenimiento y reparaciones los hacen con el acompañamiento de la Policía y de empresas de seguridad privadas.

El personal de venta en calle de las empresas cableras tampoco no entran a las zonas más peligrosas y en los sectores que operan son víctimas de asaltos.

En el caso de los carros repartidores de productos alimenticios y de bebidas se ven obligados a pagar extorsión y también son asaltados. Algunas empresas distribuidoras de alimentos tienen como norma que en el producto que saca el vendedor para cubrir su ruta le incluyen una cantidad adicional para que pague la extorsión.

Pandillas
Ley
Taxis
Servicios públicos
San Pedro Sula
Chamelecón
Colonia Rivera Hernández