A Carlos Calona la violencia le arrebató su movilidad, pero no su espíritu

Fue acribillado por unos amigos y vecinos en una parranda y dañaron su columna, hoy hace sillas de ruedas en SPS.

El sampedrano oriundo de barrio Medina crea las máquinas en un porche. Fotos: Héctor Edú

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San Pedro Sula

Carlos Arturo Calona Ortiz (52) fue acribillado por unos “amigos” y vecinos, y el daño de esos tiros lo redujo a una silla de ruedas, pero no acabó su creatividad y su espíritu fuerte con el que hoy inspira a otros.

El incidente violento que cambió su vida sucedió hace 18 años mientras departía en un día de vacaciones con sus transgresores. Estos “amigos” , en medio de la parranda, maquinaron traicionarlo para despojarlo de sus pertenencias, y tras darle tres tiros en la cintura y el pecho lo dieron por muerto.

Este ingeniero eléctrico egresado del Centro Universitario Regional del Norte (Curn), hoy la Unah-vs, trabajaba en ese entonces en una empresa privada, pero debido a su inmovilidad cayó en una profunda depresión que casi lo lleva al suicidio.

Es ingeniero eléctrico egresado de la Unah-vs.

El impacto emocional fue durísimo los dos años posteriores al intento de asesinato, pues llevaba una vida muy activa y era una persona muy sociable y servicial; pero el daño que le produjeron quienes un día tuvieron su confianza lo hizo retraerse y ser poco sociable.

Tiempo después, Calona, quien también es técnico en audio por un centro de México, puso una empresa de alquiler de audio y agencia de publicidad.

Una amiga le regaló una silla de ruedas eléctrica y cuando se descompuso, Calona la desarmó, algo que daría paso a una empresa dedicada a la modificación y creación de sillas de ruedas eléctricas y verticalizadores. Esta empresa tiene el nombre de D.C. Technology.

En un principio, el sampedrano abrió un taller en Barandillas, pero luego llegaron extorsionadores. Decidió cerrarlo y fue invitado a Santa Rosa de Copán para ser capacitador con sus conocimientos y desde allá también continuó con sus creaciones.

En ese lugar vivió con unos pastores, los que le pidieron que fuera con ellos a la iglesia y abrazó la fe cristiana. Luego de la pandemia decidió volver a reabrir un taller en SPS y lo asiste su hijo Bryan.

Este ingeniero es ambientalista y utiliza la mayoría de materiales reciclados en sus creaciones. También ha integrado jóvenes en riesgo de su comunidad para enseñarles y alejarlos de las drogas y el alcohol.