Hermano de Ángel Amaya: “Ha sido un proceso muy duro, mi mamá, mi papá y mis dos hermanos están devastados”

Ángel Amaya cursaba el séptimo grado en el Liceo Militar de Honduras y anhelaba convertirse en futbolista, hasta que la noche del jueves el dengue arrebató sus sueños.

Con una misa de cuerpo presente, familiares, compañeros de colegio y amigos despidieron a Ángel Amaya Fotos: Yosehp Amaya

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San Pedro Sula

“Deseo verlo salir de ahí y que me diga: ‘Johan, te amo’”, fueron las desgarradoras palabras del hermano mayor de Ángel Enrique Amaya, el estudiante del Liceo Militar de Honduras que perdió la vida a causa del dengue la noche del jueves.

El sampedrano de 14 años cursaba séptimo grado y anhelaba convertirse en futbolista profesional, hasta que esta peligrosa enfermedad apagó sus sueños.

De acuerdo con sus familiares, el jueves 8 de agosto Ángel comentó que sentía malestar general, pero pensaron que se trataba de cansancio.

Sin embargo, el sábado por la tarde presentó fiebre, vómito y diarrea, por lo que el domingo fue llevado al hospital militar, donde le diagnosticaron dengue.

Pese a los esfuerzos del personal médico, la salud de Amaya se fue deteriorando durante los días posteriores a su ingreso, hasta llegar al punto de requerir intubación debido a que su ritmo cardiaco comenzó a bajar.

El jueves 15, la familia recibió con alegría la noticia de que el adolescente estaba respondiendo bien a los medicamentos, pero a eso de las 7:00 pm les preocupó ver que el personal corría de un lado a otro.

“En el transcurso del día estuvo estable, pero a las 7:00 pm comenzamos a ver movimiento en el hospital. Los médicos no querían preocuparnos, pero a las 11:23 pm nos notificaron de su muerte”, narró Johan Amaya, hermano mayor de Ángel.

Con tristeza contó que, aunque su hermano estaba intubado, solía hablarle al oído para darle ánimos, con la esperanza de que lo escuchara y siguiera luchando por su vida.

Compartió que las últimas palabras que logró decirle fueron: “Papi, vas a salir de esta, hemos salido de peores, vas a salir caminando de aquí”.

También dijo que veía a Ángel como a un hijo y admiraba su valentía, ya que desde niño había luchado con varias patologías, pero nunca dejó de ser alegre y amable.

Agregó que la muerte de Ángel ha devastado a su familia, pero que decidió compartir su testimonio para crear conciencia y pedirles a los hondureños que “no se confíen”, ya que el dengue está arrebatando vidas.

“Ha sido un proceso muy duro, mi mamá, mi papá y mis dos hermanos están devastados. No descuiden a los niños, al primer síntoma vayan al hospital, y a las personas que tienen a familiares con dengue solo les puedo decir que sean valientes y les den palabras de ánimo”, expresó.

El cuerpo de Ángel Enrique fue llevado la tarde del viernes a la capilla del Liceo Militar, donde se realizó una misa, y sus compañeros le rindieron honor, para luego partir a su sepelio.

Con la muerte de Ángel, los hospitales sampedranos sumaron siete decesos por dengue esta semana, mientras que a nivel nacional la cifra supera los 115.

En tanto, los médicos continúan haciendo el llamado a la población para que implemente medidas de prevención en casa y no esperen a presentar signos de alarma para buscar atención médica.

Tegucigalpa. Pobladores de El Paraíso lamentaron ayer la muerte de Kioko Nishi, la voluntaria japonesa que enfermó de dengue. De acuerdo con la información, Kioko llegó a Honduras en 2019 como voluntaria de la Cooperación Internacional de Japón (Jica), pero debido a la pandemia de covid-19 regresó a su país.

En 2023 volvió a Honduras para retomar su voluntariado, siendo asignada a la ciudad de El Paraíso, donde ofrecía clases gratuitas a niños y jóvenes.

Hace pocos días, Kioko contrajo dengue y fue trasladada a un centro privado en Tegucigalpa, donde falleció la noche del jueves. Se conoció que la joven tenía previsto concluir su misión en marzo de 2025, pero lamentablemente el dengue le arrebató la vida.

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